Entrevistas

Maleso: «Me gustan muchas músicas y, a veces y con todo el respeto, me meto donde no me llaman»

Maleso ha publicado el LP y libro ilustrado «Malesofía del tocador». Fotos: Ángel Fernández.

Hacía más de dos años que Maleso no entregaba material nuevo, si exceptuamos la canción «Una guillotina en la Plaza Nueva», incluida en el recopilatorio Fracasos que no me explico (Felices Años XX, 2021), y un adelanto de «Qué bien bebes agua», publicado en su canal de YouTube. Acostumbrado su público a, prácticamente, una entrega anual, se ha hecho larga la espera para poder saborear Malesofía del tocador, un cuidado LP con catorce canciones que viene acompañado por un no menos elaborado libro ilustrado por el propio autor. Estos días anda de promoción y hemos podido tener una charla con él.

En cada trabajo tuyo acostumbras a pasar varias páginas de tu álbum de fotos personal. ¿Has despegado alguna foto de ese álbum para Malesofía del tocador?

Todo, todo no puede ir, claro, hay cosas que son demasiado aburridas para el resto de la humanidad y otras que no las entiendo ni yo… como para explicárselas a alguien. He despegado alguna foto y también he pegado alguna foto que me he inventado, o que he dibujado.

Atendiendo a las melodías y al sentido de los textos yo no lo aprecio, pero ¿es este disco un hijo de la pandemia?

No lo considero para nada hijo de la pandemia. Creo que estamos todos ya bastante hartos del virus de las narices y no nos hacen falta discos o libros para recordarlo. La mayor parte de las canciones las compuse durante la pandemia, pero he intentado que no se filtrara el lado amargo del asunto en las letras. La pandemia ya quedará en los libros de historia, vamos a dejar nuestros discos para cosas más gratificantes.

No hace mucho tocaste de nuevo con Tiernos Mancebos en un concierto homenaje a Benito Peinado, de Dulce Venganza. ¿Cómo fue la experiencia?

La experiencia siempre es buena, hay una suerte de hermandad entre nosotros (hermandad de gloria, aunque sea pequeñita) que hace que nos guste tocar juntos. La discográfica Felices Años XX propició la ocasión, que se prestaba muchísimo al disfrute. Fue un placer y un honor compartir escenario y canciones con el propio Benito Peinado. Es una pena que fuese su último concierto.

Descúbrenos las siete diferencias entre Martín y Maleso.

Pues, si ves el dibujo de la portada del libro, ahí las tienes. Maleso es más joven, más delgado y las gafas le quedan bien. Como toda persona que se expone al público, tu imagen es el reflejo de lo que te gustaría ser.

Casi en cada uno de tus trabajos hay al menos una canción de homenaje a gente de tu entorno, a gente a la que admiras. En Malesofía del tocador me parece intuir que le das protagonismo a un perro. ¿Es real? ¿Es tu primer tributo canino?

También admiro a todas las mujeres, reales o imaginarias, que aparecen en las canciones, incluso a mi hermano, que se cuela de protagonista consorte en una. Te aclaro que en el disco aparecen dos perros diferentes, los dos reales. Hubo un tercero que se quedó fuera al tener que descartar la canción, porque estilísticamente no iba con el resto. No ha sido premeditado, simplemente se han cruzado en el momento de hacer la foto.

 

¿Es este trabajo una vuelta al Pop con mayúsculas? Canciones como «Erizos enamorados», «Oso panda» o «Koljos» así lo atestiguan. Incluso rozas el indie, porque «Qué bien bebes agua» podría figurar en cualquier disco de La Habitación Roja, por ejemplo.

El pop siempre ha andado por ahí, lo que he hecho en este disco es seleccionar el material que sonaba más simple y directo para intentar darle una unidad. Nunca me ha preocupado dónde está la frontera entre el pop, la canción de autor, el indie o lo que sea. Es posible que «Qué bien bebes agua» suene más noventero y menos sesentero que el resto, pero de esas cosas no entiendo.

¿Cómo surgió la idea del libro que acompaña a este nuevo disco, en el que, junto a las letras de las canciones, hay ilustraciones tuyas —revelándonos una faceta desconocida—, conversaciones ficticias de WhatsApp, recortes de periódicos, relatos…?

La idea fue de Aida Vílchez, que tanta participación ha tenido en este disco. Se le ocurrió hacer una especie de fanzine que llevara códigos QR para poder escuchar las canciones. El fanzine inicial fue engordando y cogiendo categoría de libro. El primer material gráfico que tenía para el disco era la magnífica portada de Luz Llona, llena de sugerencia, belleza y delicadeza. Aida me sugirió, me obligó más bien, a que hiciera algunos dibujos que ilustraran cada canción. No pretendo estar al nivel de un dibujante profesional pero seguro que mis dibujos encajan con lo que cuentan las canciones. Tras añadir los textos, que amplían el enfoque de cada tema, le di todo el material a la diseñadora Raquel Labrador, que consiguió unificar y dar un sentido a tanta información.

Tu compañía discográfica, que eres tú mismo, presenta este trabajo como un disco de 14 canciones de amor, motivo que ha movido buena parte de tu discografía. ¿Es esta una disección sobre el amor? ¿Qué has querido transmitir al oyente?

No hay ninguna intención de diseccionar o llegar a alguna conclusión sobre el amor, pretender hacerlo sería inutil y pretencioso. Simplemente son catorce visiones sobre el amor, capturas de momentos, de historias vividas, oídas o imaginadas. Al oyente/lector se las dejo para que vea si le sirven para identificar coincidencias en su vida o en su experiencia, o simplemente para que cotillee.

Has vuelto a contar con la ayuda de Javier López de Guereña a la hora de darle forma a Malesofía del tocador. ¿Qué nos puedes contar de tu relación con él?

Javier intervino en el momento inicial del disco, cuando estaba seleccionando las canciones y un poco el enfoque. Varias de las ideas que aportó han terminado en el resultado final. Después se le acumularon encargos y obras que tenía que terminar, así que tuve que continuar yo solo. Nuestra relación es excelente, lo vi hace un par de semanas y siempre es un placer charlar con él y con Virginia, su mujer.

Una de las canciones que más me gustan del nuevo trabajo es «Cero sombras de Grey», que has publicado como single con un divertido videoclip realizado por Carlos Márquez, y que se desarrolla bajo una cadencia muy Talking Heads. ¿Qué hay de cierto en la historia que cuenta?

Lo de Talking Heads empieza a preocuparme porque ya me los han citado varias veces, espero no haber plagiado ningún riff (sorry, David, muy bueno tu libro, por cierto). La historia está basada en hechos reales, de hecho la estantería de Ikea —que en realidad son dos— que menciona ya tiene combada hacia abajo una de las baldas por el peso de los libros. Lo normal, si juntas a dos personas con gustos similares y una serie de libros acumulados durante años, es que haya muchas coincidencias. Estoy especialmente contento con la letra y la música de esta canción, no creo que haya muchas parecidas; quitando esa de Talking Heads que aún no sé cual es.

Viendo la temática y los desarrollos de tus canciones, da la impresión de que tu estado compositivo es 24/7: puedes estar componiendo mientras comes, al ir en metro, en la cola del cine (cuando había colas en los cines) o presentando la declaración de Hacienda. ¿Es cierto eso? ¿Cuál es tu proceso creativo?

Básicamente voy tomando notas de voz en el móvil con las cosas que se me ocurren. Si estoy en un sitio tranquilo, en un trayecto en coche o en autobús, puedo pensar estrofas enteras. Después tengo que sentarme en casa y poner música al asunto, normalmente adaptando la letra que ya tengo casi hecha. Luego vienen unas semanas de limar un detalle aquí o allá, y ahí te puede venir la iluminación estando en cualquier sitio.

«Tengo una canción en la que son las mujeres de los Beatles las que hacen un grupo mientras sus maridos hacen lo que pueden»

A lo largo de tu dilatada discografía has tocado palos tan diferentes como el country, el bolero, el blues, la canción de autor, el jazz e incluso las sevillanas. ¿Abarcas y aprietas?

Me gustan muchas músicas y, a veces y con todo el respeto, me meto donde no me llaman, pero espero entender ya algo de esos estilos que mencionas. No tengo una norma fija, en principio no intento innovar ni dominar ningún estilo, lo único que intento es que tanto música como letra tengan alguna gracia, alguna chispa que merezca la pena al oyente. En cambio, en algunas ocasiones, haciendo lo primero que te sale, sin analizar ni diseccionar, acabas teniendo una canción que te gusta mucho y ahí queda.

¿Hay algún estilo o proyecto que se te haya resistido, reggaeton y trash metal al margen?

De los que has mencionado tanto la sevillana («La torre del euro») como la copla («Entierra una extraña») requirieron de años para quedar terminadas, así que debieron resistirse bastante. No sé si salí victorioso pero las rematé. Me gustaría saber más de otros muchos tipos de música, pero me conformo con los que frecuento normalmente.

Para cerrar la tríada de preguntas estilísticas, ¿en qué faceta te sientes más cómodo, o con cuál te identificas más: con el Maleso que mima el pop o con el cantautor?

Va por rachas. Hay veces que en el pop se está estupendamente, el grupo suena bien y la cosa coge vuelo, y otras veces que te apetece más cantar una canción solo con la guitarra, haciendo que el personal se centre en la historia. Ninguna de las dos facetas es excluyente, todos los que hemos ido a un concierto de José Manuel Soto, por ejemplo, hemos botado con las rumbitas con la banda y luego, cuando se quedaba solo con el guitarrista, nos ha hecho saltar las lágrimas.

A lo largo de tu carrera en solitario no son pocos los músicos que han participado en tus discos: Andreas Pritwittz, Priscila Gago, Cuco Pérez, Irene López de Guereña, Kamankola, Chencho Fernández… ¿Quién sería tu colaborador/a platónico en un futuro trabajo?

Estrangularía a alguien por grabar con Emmylou Harris, Ringo Starr, Steve Cropper o Elvis Costello. De los que ya no podrán hacerlo (lo siento, no haberos muerto): Hubert Sumlin, James Jamerson, George Martin, Phil Spector, George Harrison, Paul McCartney

Por tus historias han desfilado personajes de la talla de Messi, Javier Krahe, Keith Richards, Lina Romay, Charles Lindbergh, Roald Amundsen, Claudia Schiffer… por no citar a Antonio Burgos o al capitán Bligh. Como beatlemaniaco reconocido, ¿cómo explicas a tus fans que no haya aparecido ninguno de los fab four en tus canciones?

Pues tengo que hacerme mirar eso. Musicalmente e incluso líricamente hay referencias, pero me resultaría raro escribir sobre los Beatles. Miento, tengo una canción sobre las primeras mujeres de los Beatles (Jane, Patty, Cynthia y Mo), que cuenta una versión alternativa del pasado en la que son ellas las que hacen un grupo y son famosas mientras sus maridos (Paul, George, John y Ringo) hacen lo que pueden. Aún está en fase de composición, así que es inédita. También juraría que menciono a Yoko Ono en algún sitio, pero ahora mismo no caigo. Doble trabajo: que me miren por qué hablo de las mujeres de los Beatles y no de ellos.

¿Qué te parece la actual escena sevillana, comparada con la que viviste a finales de los 80?

Lo de ahora, en cuanto a creatividad, es una maravilla. Hay siete mil grupos, el nivel de los músicos ha subido mucho, cada semana hay noventa conciertos y la gente hace todo tipo de músicas y además muy bien, oiga. Hay locales de ensayo, estudios de grabación, gente que diseña unas portadas preciosas… ¿Qué es lo que no hay ahora que sí había en los ochenta? La posibilidad de ganarte la vida con la música, y público suficiente para todos.

Capaz eres de estar pensando en tu próximo disco.

Después de Casémonos y gracias a Paco Trilita, salió el recopilatorio Fracasos que no me explico, eso ha hecho que hubiera un lapso de dos años entre disco y disco antes de este Malesofía del tocador. Debido a esto, he acumulado muchas canciones y tendría ya para otro disco, pero quiero parar a pensar un poco a ver por dónde tiro.

Hablando de discos, ¿cuál es el último que te has comprado?

No me acuerdo del orden, pero son todos discos de conocidos: Bipolar (Love Is Key), Vicente Delhom (Canciones románticas para un Nuevo Orden Mundial, Vol. I), Jonathan Pocovi (El vals de los desobedientes), Fran Aguilar (Canciones Aguilar)… seguro que me dejo algunos más. Todos me gustan, hay cosas muy buenas por ahí.

Para finalizar, y ya que estamos en una publicación literaria, ¿qué libro te gustaría haber escrito?

Supongo que Mi familia y otros animales, de Gerald Durrell, en parte por esa facilidad para escribir algo tan ameno y bien trazado, y en parte por haber vivido en Corfú con una familia de ingleses excéntricos y tal.

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