Horas críticas

Libros de la semana #119

Recomendaciones literarias de la redacción de Mercurio

Ferias y atracciones, de Juan Eduardo Cirlot (WunderKammer)

El pasado 11 de mayo se cumplía medio siglo de la muerte de una figura fundamental de la cultura española del siglo XX, y que sin embargo no ha acabado de recibir hasta la fecha el reconocimiento que merece, al menos por parte de las instituciones que tanto se recrean en personalidades bastante más oficialistas. Juan Eduardo Cirlot (1916-1973) fue un grandísimo poeta y un extraordinario —y bien considerado desde los años 50 hasta su temprano fallecimiento— crítico de arte. Ambas vocaciones se fusionan y retroalimentan en esta pequeña joya rescatada en un año tan significativo por WunderKammer, una suerte de ensayo poético que echa una mirada a las vanguardias históricas a partir de la idea del parque de atracciones y sus muchas resonancias: «Es la música la que atrae, con su politonal mezcla de sonoridades y armonías, porque a la derecha suena una y a la izquierda otra y enfrente una tercera; y todas, como en una partitura de Milhaud o de Stravinsky, se combinan para formar algo deliciosamente infernal, grato de veras para los que están cansados de sus cosas y sobre todo de sí mismos», escribe Cirlot al inicio. La casualidad ha querido que se encuentre reciente el remake que Guillermo del Toro dirigió de El callejón de las almas perdidas, cuya versión primera de Edmund Goulding se estrenó poco antes de la escritura de este libro y que, según explica el magnífico prólogo-estudio previo de Enrique Granell que acompaña esta edición, sirvió como su detonante. También la adscripción del autor al grupo vanguardista catalán Dau al Set —y su revista homónima—, nacido en 1948, junto a artistas como Joan Brossa, Antoni Tàpies o Modest Cuixart, que partiendo del surrealismo abrazó una vertiente de la abstracción que Cirlot definiría como magicismo plástico. Desde el precursor del modernismo literario Georg Büchner y su historia de un desorden mental en Lenz, pasando por Mircea Eliade y la rueda de la vida como eterno retorno, el ilusionismo escenográfico de Roujol o Pinetti, la idea de viaje y la del destino en la poesía de T. S. Eliot, las mitologías de la muerte y la teoría del barroco de Eugenio d’Ors, los dioramas y los objetos simbólicos de Duchamp o Dalí, los muñecos mecánicos y Kafka, hasta el ilusionismo expresionista de José Gutiérrez Solana y sus visiones, Ferias y atracciones (publicado originalmente en el año 1950) traza, «más que una historia, una fenomenología» de los artilugios y las representaciones contenidas en esos espacios líricos, hipnóticos e infernales. Como señala Granell, «cada vez más los límites del parque de atracciones han ido creciendo hasta confundirse con los del mundo mismo».


El gurja y el Señor de los Martes, de Saad Z. Hossain (Duermevela)

«Muchos años atrás, antes de que el aire se envenenara y se volviera irrespirable, lo recorría una oleada de turistas, montañeros y peregrinos. Por aquel entonces, los seres humanos estaban en gran medida atados al suelo. […] Pero ahora los humanos flotaban gracias a nanotecnología invisible, volaban en sus pequeños coches cápsula y recorrían largas distancias en cohetes. […] Ahora comprendía esos términos y se percataba de lo lejos que habían llegado en los últimos milenios. Por supuesto, también se habían cargado la Tierra por el camino». Con esta novela donde exhibe su peculiar modo de aproximarse a la narrativa y su característico sentido del humor, además de un lenguaje explícito y una prosa tan directa como potente, el autor bengalí Saad Z. Hossain fue finalista de los premios Locus e Ignyte en 2020 (su última novela ha sido nominada a los British Science Fiction), por lo que no sorprenden las comparaciones de su obra con autores fundamentales de la fantasía y ciencia ficción satírica como Terry Pratchett, al que también distinguía la mirada afilada y una desbordante imaginación para evocar la torpeza humana en otros mundos. En El gurja y el Señor de los Martes, una inteligencia artificial desmedida e incontrolable, irónicamente bautizada como Karma, rige con mano de acero y silicio, casi por inercia, una ciudad pretendidamente utópica ante una humanidad alelada y alienada. Un mundo donde no hay malos a los que señalar, o donde los malos podríamos ser nosotros mismos: «Lo que la gente no acaba de pillar es que Karma no es un ser consciente. No tiene principios morales. Valida la operación siempre que hay una transacción comercial. […] No se estafa a nadie, todo tiene su valor intrínseco, pero, en última instancia, lo que determina ese valor es lo que la gente quiere». Cabe preguntarse, a raíz de estas consideraciones, qué quiere la ciudadanía de esta novela, qué queremos. A fin de cuentas y como en otros títulos del selecto catálogo de Duermevela Ediciones, esta fascinante historia de aventuras, mitologías y ficción especulativa, tan divertida como magnética, logra entretener a la vez que hace reflexionar en torno al futuro cercano, poniendo sobre la mesa dilemas sociales inaplazables (en este caso y sin ir mucho más lejos, las emergencias climáticas o el imperio del algoritmo) a través de personajes heterogéneos y preciados en su singularidad y su diversidad. Como señala en su brillante posfacio Carlo Frabetti, este libro no es una distopía al uso sino más bien un mundo feliz a la manera de Aldous Huxley, en el que una IA armada de frialdad lógica hace realidad los deseos de «una población que no sabe lo que quiere. O que solo lo averigua cuando es demasiado tarde. Como en nuestro paraíso neoliberal».


Luigi Nono. Por una escucha revuelta, de Susana Jiménez Carmona (Akal)

«Una etiqueta que se me coloca es que de la música hago política. Yo pretendo que esta crítica se dirija a la propia música y que se analice el conflicto creado dentro del pasaje entre la música y el texto. Para mí, música y política son lo mismo». Estas palabras del compositor italiano de música contemporánea Luigi Nono (1924-1990) sirven para enmarcar este libro sobre su obra y su pensamiento, ambos netamente vanguardistas y experimentales. Como indica su subtítulo, Luigi Nono. Por una escucha revuelta es un esfuerzo por conectar su figura y su verdadera identidad con los movimientos obreros y estudiantiles subversivos de la segunda mitad del siglo XX, a partir de un compromiso con aquel presente que se manifestó en lo artístico, lo intelectual, lo ético y sin duda lo social. La filósofa y artista sonora Susana Jiménez Carmona, doctora en Ciencias Humanas y de la Cultura, además de docente y habitual colaboradora en proyectos expositivos de centros como el CCCB, el MNCARS o Matadero Madrid, ha logrado con este volumen recabar los elogios encendidos de Nuria Schoenberg Nono, esposa del autor veneciano e hija del fundador de dodecafonismo, que se ha declarado «entusiasmada» por esta publicación de Akal. Desde su deconstrucción de la noción de obra y su legitimidad como arte autónomo, ya cuestionada por autores como Theodor Adorno, este ensayo atiende al contexto musical y político en que surge su producción, acompañada de las ideas de otros pensadores como Gramsci o Marx, junto con compositores rupturistas coetáneos como Ligeti, Stockhausen o Cage. Así se pone en pie una conciencia ideológica que proviene del espacio de lo íntimo y una expresión musical a través de medios tecnológicos que le hacen reparar en cómo los sonidos surgen del entorno —histórico— donde son recreados; materiales y lenguajes que «serían capaces de alterar los modos de escuchar y pensar la música y, con ello, contribuir a la transformación del mundo». Sus ideas, no obstante, no se amoldaban a los posicionamientos más ortodoxos y extendidos de la izquierda de su época, sino que su particular lucha de clases pasaba por una concepción radical de la militancia musical. Unas convicciones que se radicaban en su idea del proceso compositivo y productivo —e industrial, en cuanto a la elaboración y apropiación de los medios de fabricación del sonido—, pero que también alcanzaban a la labor de la audiencia, un enfoque tan visionario como el de sus propias creaciones y que resuena con particular fuerza en una sociedad como la actual, cuya capacidad de atención está sumida en una profunda crisis: «Lo que Nono hacía era advertir que no escuchamos atentamente y que lo que consideramos como la manera natural de escuchar música nunca es tal, pues nuestro percibir está construido socialmente». Como indica Carmen Pardo Salgado en su prefacio, la autora cordobesa también «nos obliga a situarnos como lectores-oyentes activos, capaces de atisbar alguna de las posibilidades que abre el ars combinatoria del presente. Y esas posibilidades se encuentran siempre en la escucha entendida como revuelta». Una excelente invitación a la revolución, aunque sea de oídas.


¿Por qué has dejado solo al caballo? / Estado de sitio, de Mahmud Darwish (Cátedra)

En el poema titulado De intendencia poética, escribe Mahmud Darwish (1941-2008): «No es el turno de los astros, / ellos han cumplido / enseñándome a leer: / tengo una lengua en el firmamento / y otra en la tierra. / ¿Quién soy yo? ¿Quién soy yo?». Y concluye luego: «El poema está a mi alcance: / puede cuidarse de los pleitos de las leyendas / con esmero artesano, pero / mi alma está desahuciada desde que hallé al poema / y le pregunté: / ¿quién soy yo?, / ¿quién soy yo?». En su extraordinaria introducción a esta traducción y edición bilingüe que ha llevado a cabo para Cátedra, Luz Gómez explica que los dos libros que integran el volumen ¿Por qué has dejado solo al caballo? / Estado de sitio «sintetizan la tensión superadora de lo antiguo y lo moderno, lo local y lo universal, el canto y la lucha, la épica y la lírica» que caracteriza la obra del considerado como poeta del pueblo palestino por excelencia. Un compendio de marcada vocación autobiográfica, en el que se entretejen la historia de su país y la evocación de esa patria universal que para él suponía el hecho poético, pues como se recoge de una entrevista que concedió a El País a comienzos de este milenio: «No quiero que la poesía palestina esté sometida a las exigencias del estado de excepción. ¿Es esto posible? Es una aspiración enormemente difícil y más que compleja. Pero forma parte de nuestra búsqueda de una vida normal en circunstancias del todo anormales». Darwish se rebeló a esa circunscripción, aunque a menudo su signficación artística y política se halló bajo un foco constante, dada la popularidad de su figura y sus recitales multitudinarios: el autor nigeriano Wole Soyinka, en una crónica escrita en Ramala durante el cerco de la ciudad por el ejército israelí en 2002, lo retrató como «un poeta a gusto entre su pueblo porque ambos están en sintonía». El poder de la memoria y su capacidad transformadora es una de las conexiones con su cultura de este excelso representante de la literatura panárabe contemporánea, que entroncaba y a la vez discutía con la tradición de los grandes clásicos como Imru-l-Qais, al-Mutanabbi o Abu Firás al-Hamdani. También señala Gómez su perfil panmediterráneo y las conexiones con Lorca en la importancia del ritmo o de la métrica melódica, así como una amplitud léxica heredada de Ibn Manzur o sus viajes de lo específico a lo universal, de lo cotidiano a lo metafísico, de lo terrenal a lo celestial, que compartió con rapsodas como Yeats o Ginsberg. Una poesía que, como escribiera Audre Lorde, no debe ser considerada como un lujo sino como una necesidad, o como un sueño, al igual que en el poema Las golondrinas de los tártaros: «El cielo es mi montura. Lo he soñado: / era pasado el mediodía. Los tártaros / avanzaban bajo mí y bajo el cielo: nada veían / más allá de sus jaimas bien plantadas. Nada sabían / del futuro de nuestros rebaños, a merced del invierno inminente». Y ya al final: «Tenemos un único sueño: dar con / nuestro sueño, como cada muerto / con su estrella».

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