La Taberna Flotante

Milijon

Taberna Flotante #67

El increíble hombre menguante (1957)

Tras más de veinte años a cargo de la Taberna Flotante, Lem no se sorprendía con facilidad; pero al ver a una versión en miniatura de la criatura de la Laguna Negra a lomos de Chess se quedó literalmente boquiabierto.

—Respira por la nariz, querido Staszek —dijo el metagato tras subir de un salto a la barra— o el aire viciado de este antro te irritará la garganta.

La diminuta criatura antropoide se dejó resbalar por el suave pelaje de Chess hasta quedar de pie sobre la barra y exclamó con una vocecilla tan aguda como la de un ratón:

—¡Cuánto has crecido desde la última vez que nos vimos, Stan!

Y acto seguido se arrancó la cabeza. Pero no era una cabeza, sino un casco pisciforme bajo el que se ocultaba el sonriente rostro de Tichy.

—¿No te alegras de verlo miniaturizado? —bromeó Chess—. Ya sabes, por aquello de tomar del mal el menos, como decía el arcipreste.

—No se puede miniaturizar a un ser humano —replicó Lem—. Eso es una simple copia.

—¡¿Eso?! —exclamó el Tichy diminuto, más sorprendido que indignado.

—No le hagas caso —le dijo Chess agitando la peluda cola—, Stan se las da de racionalista, pero en el fondo es un platónico irredento. Acuérdate de cómo trata a los clones de su novela, que según él no pueden soportar ser copias creadas por el océano pensante… Una copia, sí —añadió mirando a Lem—, pero no simple, sino compleja. Tan compleja como el original. O más, pues la miniaturización requiere un mayor grado de sutileza estructuradora. Y Minijon es mil veces más pequeño que su modelo. Por lo que, ahora que lo pienso, sería más adecuado llamarlo Milijon.

—¿No lo… angustia ser una copia, un ser artificial? —preguntó Lem tras una perpleja pausa.

—Pregúntaselo a él —contestó el gato solariano—. O, mejor aún, pregúntatelo a ti mismo. ¿No te angustia ser una copia del modelo de hombre diseñado por tu cultura, un ser artificialmente —contranaturalmente— programado de acuerdo con un plan educacional y unos criterios establecidos por otros?

—No es lo mismo —replicó Lem sin demasiada convicción.

—Dime alguna diferencia ontológicamente significativa, algo que no sea una mera entelequia metafísica —lo retó Chess—. O religiosa.

—Estoy confundido —admitió Lem—. Así que, de momento, pasaré del qué al por qué. Y al para qué. ¿Por qué ese disfraz de criatura de la Laguna Negra?

—No es un disfraz —explicó Milijon—. Es una fitonandra, una escafandra clorofílica plenamente autónoma que lo recicla todo: el CO2 de la respiración, el sudor, la orina… Por eso es verde. Solo necesita una fuente de luz para mantener vivo y protegido indefinidamente a su portador. El parecido con la entrañable criatura de la Laguna Negra es innecesario, por supuesto, puro capricho estético. Pero me encanta.

—¿Y para qué la miniaturización?

—La respuesta está en otra película de Jack Arnold —contestó Milijon con una enigmática sonrisa—, tan famosa o más que La mujer y el monstruo.

—Te refieres a El increíble hombre menguante, supongo.

—Sí, claro. Aunque, más que a la película, a la novela de Richard Matheson en la que se basa —precisó Milijon—. Por cierto, ¿sabías que otra novela de Matheson, Soy leyenda, fue relacionada por algunos críticos con tu Retorno de las estrellas?

—Y ahora Milijon conecta El hombre menguante con Solaris —añadió Chess con una sonrisa gatuna—. No eres tan original como creías, querido Staszek.

6 Comentarios

  1. La red de libros que se van entrelazando desde la TF sigue en aumento.

    Si Milijon pudiera seguir disminuyendo, quizá podría llegar a observar de cerca el entrelazamiento cuántico y tal vez averiguar su causa. A ese nivel, lo que conocemos por originalidad podría no existir.

    • Es un poco difícil imaginar un ser tan diminuto con capacidad de observación. Tal vez las supuestas dimensiones extra agazapadas…

      • Así es, Carlo. ¡Qué curioso! Iba a comentarte que AttoIjon (si no calculo mal, un Ijon de un par de micras de altura) podría ser un buen contraejemplo a «todo lo que se nombra existe», y más tarde he podido comprobar que más que casualidad, se trataba, en cierta medida, de un recuerdo. Ha sido como recorrer un camino andado ya hace tiempo en sentido inverso.

        De todos modos, a saber si esas posibles dimensiones agazapadas u otro tipo de reglas físicas admitirían saltarnos las limitaciones de nuestra realidad cercana.

  2. ¡Dimensiones extra agazapadas! Genial. Y podría ser, porque pienso (o espero) que Milijón pueda seguir disminuyendo hasta llegar a ese número terrible, el cero, que nuestra cultura nos lo ha dado o impuesto arbitrariamente porque la nada, “il nulla” no acepta discusión. Viajamos con la ignorancia y el temor a nuestro lado, por eso espero que algún día el conocimiento nos diga que la esencia de esa magnitud no es la que hemos aprendido como un axioma o certeza inamovible, que el cero es otro número con particularidades o valor propio desconocidos hasta ahora. Para colmo sospecho que la intuición tuvo mucho que ver con su realización gráfica, un círculo que también puede ser el de la regeneración o eternidad. Siempre me pregunté el por qué de la prohibición de dividir por cero pero no para la multiplicación. Varios ejemplos de tal división hechas por error o distracción llevaban al sorprendente resultado de que A es igual B. Entiendo que en esa suma simplificada que es la multiplicación podamos decir que A más (o por) la nada sigue siendo A; entonces, para la resta o división tendría que ser igual, pues sacar nada de una cantidad no la modifica, pero sin embargo está prohibido. Siempre estimulantes tus escritos.

  3. Me he equivocado. Queriendo poner en resalto la prohibición para una operación y no para la otra, dije que A por Cero es A, como lo aprendí. Esa definición de que ambas son simplificaciones de la dos operaciones me ha creado siempre problemas. No logro visualizarlas. ¿No será por aquello que escuché afirmar una vez, que la resta no existe, que es solo una suma con los signos opuestos?

  4. Multiplicar por cero es fácil: si tú no tienes ni un céntimo y yo tampoco, 2 x 0 = 0. Pero dividir por 0 no tiene sentido.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*