Entrevistas

Blanca Li: «Las obras virtuales son también creaciones teatrales»

La veterana coreógrafa y directora de los Teatros del Canal, el primer escenario en abrir tras el confinamiento, reflexiona sobre el futuro de la escena y de la danza ante este momento histórico «extremo»

Blanca Li, coreógrafa y directora de los Teatros del Canal de Madrid, ultima la programación para la próxima temporada, la primera que diseña personalmente para estos espacios. Después del confinamiento, estos escenarios han sido los primeros en subir el telón en España, y son de los pocos de la capital que se mantendrán abiertos durante el verano. En esta entrevista habla de la polémica instalación con plantas y maniquís que diseñó para la reapertura del teatro, a la vez que defiende el carácter artístico y teatral de muchos de los contenidos virtuales que se emiten a través de plataformas y pantallas digitales y en los que se han refugiado muchos teatros con la epidemia. También teme por el futuro inmediato: “¡Qué locura! A veces me digo si estamos viviendo esto de verdad. Es un momento histórico extremo, a nivel económico va a tener un impacto terrible, y tiene una pinta de que va a peor. ¿Imaginas lo que va a pasar en los próximos meses? Gente que se está quedando sin trabajo”.

Li es una coreógrafa atípica, a la vez que una artista polifacética con múltiples e inesperados intereses: música, teatro, cine, moda, televisión… Nació en Granada y en los años 80 se trasladó a Madrid, donde vive parte de su familia, por lo que nunca ha roto su relación con la ciudad. Es una bailarina que se formó en el flamenco a la par que se ejercitaba en gimnasia rítmica, deporte que tuvo que abandonar por cuestiones de salud y sustituirlo por la danza contemporánea. Durante la movida madrileña llegó a regentar un legendario bar de madrugada -El Calentito- al tiempo que lideraba la formación musical Las Xoxonees en compañía de su hermana, la cineasta Chus Gutiérrez y otras amigas; las letras de aquellas canciones dejarían a las neofeministas de hoy en el Paleolítico. Vivió en Nueva York, donde se formó como bailarina de hip hop, luego se trasladó a París y allí montó su compañía y su hogar. Su danza está presidida por los bailes urbanos y futuristas, y por el mestizaje, y le gusta colaborar con artistas de todo pelaje y de todas las geografías posibles. En su repertorio destaca Macadam Macadam, Garden of Earthly Delights, basado en El jardín de las Delicias de El Bosco, y Poeta en Nueva York; igualmente, ha versionado clásicos como El sombrero de tres picos y danzas de óperas. Volvió a Madrid el pasado año cuando la Consejera de Cultura de la Comunidad, Marta Rivera de la Cruz (de Ciudadanos), le ofreció dirigir los Teatros del Canal.

PREGUNTA.- ¿Cómo va a ser la programación que prepara para la temporada 2020-21?
RESPUESTA.- Tengo la programación bastante cerrada, pero hemos decidido presentarla en septiembre porque diseñarla está siendo un rompecabezas. Muchas de las compañías programadas en esta temporada que termina las estamos intentando recolocar en la próxima, y hay compañías americanas que están anulando porque no saben si podrán salir. Así que estamos todavía moviendo cosas. Está siendo una experiencia extraña, pero creo que todos los teatros en Europa están igual. Por eso he decidido presentar la programación en septiembre, porque habrá más seguridad de que lo que hayamos cerrado se haga.

P.- ¿Cuántos espectáculos de la temporada 2019-20 han tenido que anular?
R.- Unos 25 espectáculos, que hay que volver a colocar; algunos ya los hemos programado, como el de La Tristura, otros pasarán a la temporada próxima y algunas compañías a la siguiente porque los elencos han cambiado. Ya te digo que está siendo un puzzle, pero bueno… interesante porque creo que es importante acompañar y estar con las compañías y ayudarles en lo que se pueda.

P.- ¿Abrirán los Teatros del Canal con el aforo completo?
R.- No lo sabemos. Estamos ampliando aforo poco a poco, ahora estamos al 60 por ciento, un 75 por ciento en septiembre sería bonito, e ideal alcanzar el cien por cien. Pero la situación es de gran incertidumbre. Para mí lo importante, por el momento, es que el teatro esté abierto y que los artistas tengan un poco de aire, de ayuda.

P.- Han sido el primer teatro en abrir con la epidemia. ¿Por qué ese empeño en hacerlo con escaso público?
R.- Nuestra idea era abrir en cuanto se pudiera. Las compañías necesitan trabajar, creo que el público tiene ganas de ver espectáculos en directo, y no había una razón para esperar en el momento en el que ya teníamos un protocolo y se nos dio el OK. Si éramos capaces de garantizar la seguridad para público y artistas, no tenía sentido no abrir. En realidad, no sé por qué muchos teatros públicos siguen cerrados. Nosotros teníamos muchas compañías para programar. Ten en cuenta que no hacemos solo exhibición. Si no hubiéramos abierto, Najarro no hubiera podido estrenar en el Festival de Granada porque ha ensayado aquí, La Ribot viene ahora y acaba de actuar Sara Cano. Era necesario arrancar, este es un teatro público y tenía la obligación de hacerlo.

P.- La instalación que ideó para el patio de butacas para la reapertura, con sus maniquíes y sus plantas, recibió críticas duras de una parte de la afición. El Liceo de Barcelona fue más lejos, ya que ofreció un concierto para una platea únicamente ocupada por plantas, algo bastante absurdo.
R.- Yo veía esas fotos de teatros semivacíos, con los asientos clausurados con cintas, y me daban mucha pena, tener el 30 por ciento de aforo es muy duro para los artistas. Por eso intenté que la gente se sintiera acogida en el momento en el que tratábamos de volver al teatro, era un momento muy emocionante. Lo hice con cariño, con el mismo amor que pones cuando recibes en casa a amigos y quieres ofrecerles un ambiente acogedor y que todo esté de su agrado. Además, me resultaba divertido mezclar a los maniquíes con los espectadores. Entiendo que a algunos no les gustara, pero mi intención fue esa, agradar. Por otro lado, prefiero tener al lado un maniquí que los asientos vacíos. Respecto a la del Liceo, la hicieron dos días después de la nuestra, no sabíamos ni que la estaban preparando, pero creo que es un concepto artístico distinto, ellos quizá no podían abrir al público.

P.- Además de las tres salas que hay que programar en los Teatros del Canal, hay un centro coreográfico ¿Cómo le está afectando el parón?
R.- En enero entraron 30 compañías residentes, 20 de ellas para desarrollar trabajos de investigación y 10 como residencias de creación. Por supuesto, ellas tienen prioridad sobre el uso del espacio, pero tuvimos que cerrar por la epidemia. Al reabrirlo, hemos tenido que acoger a las compañías del Festival Madrid en Danza, y a las que hemos programado en la reapertura. Ahora comienzan a entrar las residentes.

«La inactividad es terrible para las compañías de danza, un bailarín no puede dejar de entrenarse, es como el deportista, el cuerpo necesita trabajar a diario»

P.- ¿Qué efecto tiene en una compañía de danza la inactividad?
R.- Terrible, porque un bailarín no puede dejar de entrenarse, es como el deportista, el cuerpo necesita trabajar a diario y, por otro lado, la danza es un trabajo colectivo y el cuerpo se va adaptando a las creaciones. Lo veo muy muy complicado. Por el momento, estoy en contacto con artistas americanos y franceses y están parados, no se está haciendo casi nada. Algunos empiezan a abrir poco a poco, no está muy claro. Creo que esperan a septiembre, a los protocolos, para ponerse en marcha. Hay muy pocas compañías que estén trabajando ahora. Yo he conseguido que mi espectáculo Electric se reprograme en Francia en algunos festivales al aire libre, pero al 50% de aforo.

P.- En el Canal pusieron en marcha durante la epidemia La Cuarta Sala, una plataforma para ofrecer monólogos y piezas de teatro virtual. ¿Consideras teatro esta serie de contenidos?
R.- La presencia del arte en las redes y en las pantallas existe desde hace mucho, pero su desarrollo se ha acelerado con la covid-19, igual se ha dado un salto de cinco años. El Teatro Real o La Ópera de París hace tiempo que tienen una plataforma numérica para la que crean contenido digitales expresamente. Era algo que tenía ganas de hacer en el Canal y la pandemia nos llevó a poner en marcha La Cuarta Sala, por donde canalizamos las creaciones que hacían en plan casero artistas con los que estábamos en contacto. Hicimos incluso una competición de hip-hop. Pero ahora vamos a desarrollar contenidos expresamente para La Cuarta Sala, vamos a programar 30 monólogos de actores profesionales, que a partir del 25 de julio emitiremos. Lo hemos hecho en colaboración con la Unión de Actores y participan Aitana Sánchez Gijón, Joaquín Notario, Lucía Quintana y Pedro Casablanc, entre muchos otros. También quiero hacer videos-danza con bailarines solistas. Creaciones específicas para este formato.

P.- ¿Cree que este formato es teatro?
R.- Si se piensa y se crea en ese formato, sí.

«El formato virtual no es un espectáculo vivo pero es creación artística. Se puede realizar una pieza de teatro específicamente para ese formato»

P.- Un formato virtual, sin público presente, ¿se puede considerar teatro o danza?
R.- Bueno, es también una forma de crear en un nuevo formato. No es un espectáculo vivo, pero para mí es creación artística, y sí que se puede hacer una pieza de teatro específicamente para ese formato.

P.- Pero hablo de los límites del teatro. Creo que la experiencia virtual nada tiene que ver con la de presenciar una obra en directo.
R.- Filmar un espectáculo en vivo es otra manera de ver ese espectáculo, desde luego. Pero crear una obra específicamente para ese formato virtual, un video-danza por ejemplo, es una forma de creación diferente, no es un “arte vivo”, pero es creación teatral o de danza. Sí, creo que este formato puede coexistir en los teatros.

P.- ¿Qué planes tiene con su compañía?
R.- Desde hace tres años tengo de gira Solsticio, y también el espectáculo Electric, con bailarines de electro, que es una danza de la calle, urbana. Preparo desde hace dos años un nuevo espectáculo que se llama Le bal de Paris, que mezcla la realidad virtual con un espectáculo en vivo, donde el público vive una experiencia virtual pero con bailarines de verdad. Tenía previsto estrenarlo en agosto, pero ya tendremos que esperar al otoño.

P.- Supongo que los teatros contemplan a partir de ahora una nueva categoría profesional: programadores, realizadores, especialistas en videodanza…
R.- Siempre tuve la idea de abrir el teatro a nuevas formas artísticas, porque el espectáculo vivo está evolucionando y experimentando una gran transformación y es muy importante que en el Canal se vean desde las artes escénicas más clásicas hasta las más contemporáneas, incluidas las tecnológicas.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*