Autor: Carlo Frabetti

Ficción, La Taberna Flotante

Ursulina

Dejaron transcurrir una hora, tal como les había pedido Milijon II, antes de que Neurénula empezara a tirar del hilo de seda, que la inmóvil araña gigante iba reabsorbiendo a medida que salía de la laguna. Y al cabo de unos veinte minutos apareció en la superficie la familiar cabecita […]

La Taberna Flotante

El hilo de seda

Por un momento, Chess y Neurénula pensaron que Milijon II estaba aturdido y no era consciente de que llevaba puesta una escafandra; pero enseguida pudieron comprobar que en aquella segunda versión miniaturizada de Tichy el disfraz se había fundido con la piel. Y a Milijon II no le sorprendía en […]

La Taberna Flotante

Milijon II

La nave de Tichy, pilotada por Neurénula, se posó en Solaris II, junto a la laguna, y de ella descendieron Chess y la niña solariana. —¿Crees realmente que engendrará a otro Milijon? —preguntó Neurénula señalando la verdosa y rielante superficie. —Tichy tiene que seguir ahí debajo —contestó el metagato—, y […]

La Taberna Flotante

Un círculo perfecto

Lem había sacado de debajo de la barra un viejo bloc de papel y un arcaico lápiz de madera con mina de grafito, y estaba dibujando algo con trazos rápidos y nerviosos. —Si descendemos una dimensión e imaginamos la intersección de un mundo lineal con un círculo… —empezó a decir. […]

La Taberna Flotante

La perla menguante

  Cuando Lem vio entrar en la taberna a Chess seguido por Neurénula, supo que algo iba mal. —¿Qué ha hecho esta vez vuestro «padre»? —preguntó marcando las comillas irónicas con los dedos. —La pregunta no es qué, sino dónde —contestó el metagato subiéndose de un salto a la barra, […]

La Taberna Flotante

Las perlas grises

La nave de Tichy se posó en la pequeña isla circular del polo sur de Solaris y de ella salió el diminuto Milijon enfundado en su vistosa escafandra verde, con el casco pisciforme debajo del brazo. —Cuánto has crecido desde la última vez —bromeó al ver a Neurénula, que lo […]

La Taberna Flotante

AsimoV

—Estás en lo cierto, querida Osezna —dijo, mientras se acercaba a la barra con paso bamboleante, un pequeño robot de poco más de un metro de estatura que acababa de entrar en la taberna. —¡Asimo! —exclamó Lem. —¡Asimov! —exclamó Casandra. —Ambas cosas —dijo el androide subiéndose de un salto al […]

La Taberna Flotante

Laplace o Locus

Mientras Casandra conversaba con Áttico y Puntofijo, Lem parecía ausente. Y cuando los dos hombres se marcharon, exclamó de pronto: —¡Irse por las ramas! ¡Has dicho que quienes oyen contar una historia se van por las ramas! —Sí, y es bueno que así sea —contestó Casandra—. Así crecen las historias. […]