Tú lo hiciste, Mónica: ¡Mataste! Le diste la estocada final a nuestra relación. Eso es lo único que recuerdo y que, por obvias razones, sé. También tengo conocimiento de que estoy en el cielo. ¡Por fortuna! Llevaba 20 minutos muerto y me pediste un cigarrillo. De esos con los que […]
Etiqueta: canciones
Rondaré tu soledad
Vine a vivir a Sevilla y, después de tres meses de iniciar la maestría en escritura creativa, decidí suicidarme. Me sentía decepcionada de mi nula capacidad para escribir obras de teatro, ensayos académicos, sonetos y endecasílabos. Se me cerraba la garganta cada vez que un profesor hablaba de las normas […]
Rojo Espanto
Apenas tengo recuerdos de mi primera infancia. Si acaso, el aroma del verano sobre mi piel —suave, pegajoso y con sabor a zumo de albaricoque—, o la música que las cigarras producían en lamentos, cuando la tarde comenzaba a morir, o el sabor de la sangre sobre mis tiernas rodillas… […]
Corazón de atún
Sin dejar de ser el mismo, era otro. Me refiero al silencio sepulcral que los recibió aquella madrugada. El gesto impersonal que intercambiaron al encontrarse fue el acostumbrado —súbita sinergia de ademán de cejas y espasmo del intrincado nodo de músculos que les servía de cuello—, pero una nueva expectativa […]
Quiero acariciar el rock and roll
Has tenido suerte de llegarme a conocer. Te lo digo, José María. Loquillo es lo mejor que te ha pasado en la vida. Me dijeron loco por querer ser una rock star. Sí, sí, ya sé que tú me creíste, me creaste y nos convertimos en uno solo. Creo que […]
Cuarenta minutos de paseo
Ayer por la noche estuvimos hablando de lámparas. Ella me dijo que sus favoritas eran las de techo; yo las prefiero de media altura, como las de la casa de mi abuela. De pequeña jugaba con ellas, me hacía pasar por Bella (la de Disney) y las encendía a mi […]
En la cama
La noche anterior habíamos estrenado Dios y Diablo. Para empezar, tras la función todo fueron comentarios negativos. Los colegas del bar solo decían «interesante, interesante», mientras sonreían a medias y evitaban mirarnos a los ojos. Después planchamos el vestuario prestado en el camerino. Me quemé el pulgar, se perdieron dos […]