Cultura ambulante

Un «travelling» por las etapas de Bilbao

Exposición «Muntadas. La ciudad vacía» en el Museo de Bellas Artes de Bilbao

«Vacuum / Plenum» (2019-2020), instalación de Antoni Muntadas en el Museo BBAA de Bilbao.

Cuenta el artista multimedia Antoni Muntadas que observar una ciudad como Bilbao desde su ría equivale a hacer «un travelling» a lo largo de su estructura para percibir, como en estratos, sus diversas etapas urbanísticas, entre las que despunta la más reciente: una aglomeración de edificios diseñados por arquitectos estrella, claves en el aspecto actual de la capital vizcaína. Su exposición La ciudad vacía en el Museo de Bellas Artes de Bilbao coincide justamente con el debate sobre el proyecto de renovación y ampliación del museo, firmado por Norman Foster y Luis María Uriarte, al que entre otros se opone con fuerza el sobrino nieto de uno de los responsables del centro original en 1945 y cuyas obras se pretenden iniciar cuando se clausure esta muestra.

Más allá de este elemento metadiscursivo, el encargo de este otro proyecto (expositivo) se le hizo a Muntadas en 2019 y desde entonces este se ha dejado guiar por colectivos y expertos de la zona, como el antropólogo Joseba Zulaika, la urbanista Arantxa Rodríguez y el arquitecto Iñaki Uriarte, con el fin de descifrar en imágenes esa evolución de una Bilbao primero vaciada por el proceso de desindustrialización y luego rellenada de obras arquitectónicas que, como el Guggenheim, son ya emblema de su nueva fachada. Sobre tal transición presenta el autor barcelonés una doble proyección, Vacuum / Plenum (2019-2020), que alude igualmente a la urbe deshabitada y posteriormente reocupada por efecto del confinamiento pandémico.

Pieza de vídeo «Suntsiketa / Eraikuntza» (2020-2021), de Antoni Muntadas, en el Bellas Artes de Bilbao.

Una nueva conexión con el presente que no parece casual en la trayectoria de Muntadas, habituado al work in progress que incorpora una reflexión sobre lugares públicos y privados —sus mensajes encriptados, su condición de espacios de poder— y que, sobre todo, abre interrogantes. En las últimas decadas sus creaciones han virado cada vez más hacia la arquitectura, con una visión crítica sobre cómo la seguridad y la explotación turística se han hecho indistinguibles hasta casi arruinar (o esterilizar, a su juicio) la identidad histórica y cultural de las ciudades. Podríamos sostener que ese proceso se puede apreciar ya en cualquier gran urbe del mundo —al menos occidental, pero no solo—, donde los espacios de ocio y de visibilización de la oferta de consumo se hacen casi indistinguibles y, por tanto, añaden al visitante perezoso la comodidad de comportarse, de seguir los hábitos de su lugar de procedencia, casi sin necesidad de adaptación.

El filósofo alemán Walter Benjamin (1892-1940), al que se cita en esta exposición, fue un habitual pensador de la experiencia en la ciudad, la variedad de elementos que encierra y las prácticas sociales envueltas en su cotidianidad. En varias de sus obras, empleó la locución «perderse en la ciudad», que en su caso tiene que ver con una crítica de la modernidad en la que se trasciende el espacio capitalista —como enorme mercado— y se desvelan las ensoñaciones que la vida urbana instala en las cabezas de quienes, como nómadas, ocupamos su territorio de dominio: es decir, el escenario de la tecnología, del progreso, del lujo. En el incompleto y monumental Libro de los pasajes dedicado a la capital francesa, en el que Benjamin trabajó a lo largo de trece años hasta su muerte, se pregunta: «¿No puede hacerse un film apasionante a partir del plano de París, del desarrollo en orden temporal de sus distintas configuraciones, del condensar el movimiento de sus calles, sus bulevares, sus pasajes y sus plazas a lo largo de un siglo en el espacio de una media hora? Y ¿no es ese el trabajo del flâneur?». Algo parecido parece haberse preguntado Muntadas, nuestro paseante aquí.

En la exposición La ciudad vacía, Antoni Muntadas reflexiona sobre los procesos de vaciado y relleno urbanístico de la capital vizcaína en las últimas décadas

Las palabras de Benjamin sirven de hilo conductor a la muestra del museo bilbaíno, que completa su itinerario con la instalación On Translation: La Ría (2019-2020), donde se confronta un lienzo del pintor impresionista Darío de Regoyos en 1910 con una vista de Google Earth en 2020, en un recorrido por la ría que se acompaña de una conversación con el mencionado arquitecto Iñaki Uriarte; el vídeo Suntsiketa / Eraikuntza (2020-2021), que muestra los procesos de destrucción y reconstrucción de la ciudad con imágenes pasadas y presentes, a modo de puntos de inflexión en su configuración; y tres piezas previas que también exploran los conflictos del paisaje urbano: Dérive Veneziane (2015), Guadiana (2017) y Finisterre (2017), a modo de anotaciones a pie de página sobre este proyecto en Bilbao.

«Una ciudad cambia más rápidamente que el corazón de un mortal», escribió Charles Baudelaire quien, como Benjamin, supo anticipar la velocidad con la que mutarían las grandes urbes en el mundo moderno. El autor parisino, que se consideraba a sí mismo como poeta de la ciudad, siguió los pasos (en el sentido flâneur del que hablábamos antes) de su compatriota Rousseau al considerar esta, al mismo tiempo, como un abismo para el individuo y una fuente de grandes placeres en los que disolver la propia identidad. Una visión ambigua de amor-odio que se manifiesta de forma plena en el epílogo de su última obra poética, El spleen de París (1869), también conocida como Los pequeños poemas en prosa: «Je t’aime, ô capitale infâme!». Y es que ver la ciudad con nuevos ojos y vaciadas de quienes la poblamos es capaz de despertar, como bien sabe Muntadas, sentimientos encontrados pero igualmente fascinantes.

 

Muntadas. La ciudad vacía
Antoni Muntadas
Comisariada por Guadalupe Echevarría
Museo de Bellas Artes de Bilbao
Hasta el 5 de septiembre de 2021

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