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Al rescate de nuestro patrimonio gráfico: rótulos que hacen historia(s)

Unas exitosas jornadas virtuales han representado la puesta de largo de una red peninsular que busca documentar y concienciar sobre el valor de los diseños del comercio tradicional. Curiosa iniciativa colectiva que, más allá de lo estético, lucha por que no se pierda la memoria y la identidad de unas ciudades que hoy día corren el riesgo de ser indistinguibles

Rótulo de la mercería «El Abulense» en Piedrahita, Ávila (foto: @retreros).

Difícilmente alguien hubiera previsto hace un par de décadas, cuando muchos miraban con desdén e incluso disgusto estético esos diseños de rótulos de las tiendas viejunas de toda la vida, que algún día aquello sería parte de nuestro patrimonio y símbolo de resistencia. Pero esta idea es la que ha dado origen a la Red Ibérica en Defensa del Patrimonio Gráfico (RIDPG), nacida como entidad jurídica en febrero de este año y que celebró el pasado fin de semana su primer encuentro en formato virtual —como no podía ser de otra manera—. Un exitoso punto de partida, con cerca de cuatrocientas conexiones en sus cuatro horas totales de emisiones en vivo, incluyendo mesas redondas, grupos de trabajo, charlas y presentaciones de proyectos que giran en torno a este asunto. Ambicioso programa de estreno que, desde luego, demuestra la relevancia y el atractivo de una iniciativa tan peculiar como necesaria.

Investigar, difundir, concienciar y, en última instancia, rescatar los rótulos comerciales de las ciudades «más allá de interpretaciones estéticas o artesanales» son, según sus impulsores, los fines que persigue esta asociación. Sus intenciones, por tanto, van más allá de un capricho o de sus gustos personales, ya que consideran que este patrimonio gráfico representa, por encima de todo, una parte de nuestra memoria y nuestra identidad. Los motivos para reivindicarlos pueden ser variados: «Bien sea por la tipografía, por su diseño o por la historia que tiene detrás e incluso la carga emocional, como por ejemplo que su primer dueño fuese abuelo de quien lo lleva hoy día, son elementos atractivos y dignos de conservarse», comentaba Alberto Gutiérrez, del proyecto Retreros, en la presentación de la Red. Al final, lo que tratan de tejer estas pequeñas iniciativas es una suerte de «Historia de historias» en torno a algo que podría parecer superficial.

Rótulo de la tienda de suministros «Vimana» en Poblenou, Barcelona (foto: RIDPG).

Y sin embargo, basta con echar un ojo a la multitud de publicaciones de todo tipo, desde colecciones de fotografías a carteles, pasando por libros o mapas, que se presentaron durante estas dos jornadas, para percibir el emocionante valor de este patrimonio. La de documentación y catalogación es, en efecto, una de las tareas acometidas por los integrantes de la RIDPG. Otra es la de divulgar esos rótulos, fomentando la idea de que son algo más que pedazos de plástico. «Visto así, la Mona Lisa sería solo un trozo de tela», bromeaba Gutiérrez. «Para nosotros, una tipografía cabezona como la Jackson es hermosísima, y por eso todos deberíamos poder contemplarla en la calle«. Pero primero a partir de la crisis de 2008 y ahora, de nuevo, con la del coronavirus, muchos de los negocios más humildes se están viendo obligados a tirar la toalla y abandonar sus establecimientos, con el consiguiente riesgo de rediseño por parte de sus nuevos propietarios.

Basta con echar un ojo a la multitud de publicaciones que se presentaron durante el encuentro para percibir el emocionante valor de este patrimonio

Por eso, una función añadida a las de esta Red es la de alertar sobre las tiendas en peligro, de forma que sus miembros se conviertan en sus ángeles custodios y, en última instancia, acudan a su rescate: el desmontaje de sus rótulos, de forma que sus diseños y tipografías puedan conservarse. Así ha ocurrido de forma reciente en Sevilla, donde se han rescatado los míticos elementos gráficos de la cafetería Don Diego, uno de los negocios más populares de Triana, que cerró en septiembre tras más de cuatro décadas de actividad. Ricardo Barquín, que encarna el proyecto Sevillatipo, explica que la intención primera es que permanezcan en su sitio el máximo de tiempo posible, incluso aunque cambien de dueño, porque es donde resultan más visibles para la ciudadanía: «Si eso no es posible, la idea es retirarlos para que no acaben destrozados en una cuba, privatizados o en una tienda de segunda mano donde lo vendan a precio de oro. ¿En un futuro? Lo ideal sería que las administraciones locales se pringasen y ofreciesen, como ya se está haciendo en Jaén o Santander, algún espacio museístico para su exposición».

Rescate gráfico del patrimonio dejado por la cafetería «Don Diego», en Sevilla (fotos: @sevillatipo).

Para Barquín, «no se trata de nostalgia hipster ni de lucrarse o decorar restaurantes modernitos, sino de recuperar esa dimensión humana y afectiva del patrimonio urbano, los recuerdos vinculados a un rótulo: ese cine al que fuiste por primera vez, el bareto donde te encontrabas con tus amigos, esa tienda a la que ibas con tus padres…». Este tipo de rescates se cuentan entre las acciones ejecutivas y urgentes que la RIDPG pretende seguir emprendiendo en los próximos meses. Pero este activismo también se pretende llevar al medio y largo plazo, por la vía institucional, de ahí que desde la asociación vayan a aportarse enmiendas en la fase de consulta pública previa que se ha abierto esta semana, para la modificación de la Ley de Patrimonio Histórico Español. «En el mundo de hoy, todas las ciudades se están convirtiendo en la misma ciudad; son visualmente homogéneas, da igual que estés en Madrid, Londres o Berlín», señalaba en su intervención Alberto Gutiérrez. “Se pierde todo ese pequeño comercio tradicional y es una lástima porque, a fin de cuentas, somos nuestros barrios, nuestra cultura. Sin eso nos desdibujamos y perdemos la identidad que nos hacía únicos”.

Diversidad de perfiles, proyectos y enfoques

«Para mí una de las cosas más chulas de la Red es la diversidad de perfiles y lo multidisciplinar que resulta. Todos venimos de un mundillo distinto, y que nos hayamos juntado con un motivo común es importante», explicaba Gutiérrez. En efecto, la Red Ibérica en Defensa del Patrimonio Gráfico aglutina decenas de proyectos personales desarrollados desde ámbitos tan diversos como la arquitectura, la sociología, el arte, la historia, el urbanismo, el diseño gráfico, el periodismo y la gestión cultural, entre otros. Entre las más de quince iniciativas que se presentaron durante este primer encuentro virtual, y que compartieron estrategias y modus operandi con el resto de asociados, dan cuenta de esa variedad algunas de largo recorrido e incidencia: la pareja lisboeta Letreiro Galeria (Rita Múrias y Paulo Barata), con distintos premios internacionales; la resurrección del legendario Zaragoza de Luxe, de Juan Antonio Molina y Fernando Laguna; el considerado «maestro» valenciano Juan Nava y sus Letras Recuperadas; o los ya consagrados Rótulos Chuléricos de Jaén (Juan Montoro y Carlos Campos) y Fede Santatipo Barrera desde Santander.

Rótulo del café-bar «Marcial», en Zaragoza (foto: RIDPG).

Además de Alberto Gutiérrez con Retreros, entre los ideólogos o primeros impulsores de la RIDPG también se encuentran Rosa López, con el proyecto Fetenletters / Carril_Conga, que dio la bienvenida al encuentro, y otros pioneros en la reivindicación de este patrimonio, como Ana Cocho, autora del libro Rotulados (2005, Colegio Oficial de Arquitectos de A Coruña); Koldo Atxaga, que publicó Bilbao tipográfico (2007, Bilbao Bizkaia Kutxa); y Belén González Riaza, quien escribió la influyente tesis La ciudad escrita. Propuesta de un modelo de inventario y difusión colectivo de la gráfica en el espacio público a través de Internet (2016). Pero ¿cómo llegaron a conectar esos nodos dispersos? Al parecer, todo surgió a raíz de que muchos de ellos coincidieran en un singular evento, en marzo de 2019: se trataba de la exposición PACO GRACO, traducido como Patrimonio Común de Gráfica Comercial, que acogió el Centro Cultural Casa del Reloj en Madrid.

Los miembros de la Red se convierten en ángeles custodios de los rótulos y, en última instancia, acuden a su rescate para que no acaben destruidos

Fue entonces cuando surgió la idea de que todos los que, desde diversos ángulos y enfoques, se dedicaban a esta cuestión, y que se habían conocido principalmente a través de Instagram, intentaran acudir a la clausura de aquel evento para ponerse cara. Así fue, y desde ese día empezaron a mantener un contacto frecuente hasta que ya funcionaban de forma coordinada y pensaron en organizar un encuentro específico. Desde comienzos de año, la reunión prevista en la capital tuvo que ser aplazada en dos ocasiones: «Teníamos un plan fabuloso de actividades que esperamos llevar a cabo físicamente en 2021. El problemilla es que ahora tenemos tantas posibles casas por toda la Península que va a costar decidir dónde convocarla», bromean desde la Red.

Rótulo de la academia «Juventud», en Murcia (foto: RIDPG).

Son conscientes de que resta mucho trabajo de concienciación social por hacer para que los rótulos con valor histórico y estético no sean destruidos «por desidia, desinterés o desconocimiento, pero lo conseguiremos poco a poco, como hormiguitas». Animan a todo aquel interesado a que contribuya, se asocie —de forma gratuita— y aporte su compromiso para estar alertas respecto a un proyecto que resulta de lo más ilusionante para todos sus implicados, «aunque solo sea por habernos dado cuenta de que no estamos solas en la galaxia de locos por la tipografía, la artesanía, los rótulos de comercios y, sobre todo, de las pequeñas historias que conforman una gran Historia; y nadie puede negarse a conservar una historia«.

2 Comentarios

  1. Isabel Benito Baz

    Me llamo Isabel Benito, vivo en Madrid y ando por la ciudad continuamente y por cualquier zona, fijándome en cualquier cosa de todo tipo que me llame la atención. Siempre encuentro curiosidades.
    Cuando viajo a otras ciudades continúo con la misma práctica.
    Me gustaría contribuir con vosotros en la búsqueda de Rótulos.

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