Una travesía nocturna en barco por Doñana, en el año 1994, cambió para siempre la trayectoria artística y vital del pintor Juan F. Lacomba. “Para poder tener las cosas claras, antes has tenido que verlo todo muy oscuro”, cuenta el autor sobre aquella experiencia –en el sentido más amplio de la palabra– de la que surgió un ciclo de obras que arranca ese año con El Río Nocturno y Fango y cielo, y discurre hasta hoy día. Desde el pasado viernes 29 de mayo, el recién reabierto Centro de Arte Contemporáneo (CAC) de Málaga dedica una muestra a esa relación que supera ya las bodas de plata.
Su evocador título, Aquí a lo lejos, procede de la aparente contradicción que supone hacer mención al horizonte cuando observamos un cuadro. Vivir sobre el lienzo es así: tan lejos, tan cerca. O de esa forma al menos lo percibe Lacomba (Sevilla, 1954), al que se dedica en esta ocasión la primera gran retrospectiva sobre este fértil periodo pictórico. Su fascinación por el paisaje del Parque Nacional andaluz –se mudó a La Puebla del Río a finales de los 90– y el enorme mantel de marismas por el que se extiende se ha traducido en la selección de 180 obras que recoge la exposición del CAC, incluyendo una gran cantidad de inéditas pertenecientes al último lustro.
La obra de Lacomba descuella por su pincelada, encarnación de una energía particular que basa en la emoción del hallazgo (visual y vital)
En esta serie de piezas, el artista hispalense plasma años de observación de la fauna y la flora de Doñana, pero también los estados del alma, las sensaciones que el paso del tiempo y sus proyecciones mentales provocan en el paisaje. En un punto placenteramente indeterminado entre la abstracción y la figuración, su pintura descuella por su pincelada, encarnación de una energía particular que basa en la emoción del hallazgo (visual y vital). “Unas veces veo las cosas y las pinto, y otras las pinto y las veo”, dice Lacomba acerca del proceso creativo que ha seguido en las tres últimas décadas. Territorio, misterio, experiencia y revelación, son algunas de las verdades aplicables a su caso.
Por lo demás, llama la atención el predominio del formato vertical, menos frecuente en el paisajismo. Aquí, en cambio, los elementos de la naturaleza son (re)tratados como si fueran personajes de un relato. Es una más de las paradojas que celebra la obra de Lacomba. La noche es luz, el horizonte está a un palmo y se mira de abajo a arriba. Porque se llevan dentro, la pintura y las visiones.
De él se dice que podría formar parte de la tradición de los hombres verdes, esas figuras presentes en la arquitectura desde el románico, que funden la expresión del rostro humano con la gracia de la morfología vegetal. Unos seres híbridos entre lo quimérico y lo orgánico, que cobran vida gracias a ese cruce con las formas naturales. Como Lacomba en aquel bote, atravesando la noche de Doñana.
Aquí a lo lejos Juan F. Lacomba Comisariada por Fernando Francés Centro de Arte Contemporáneo de Málaga Hasta el 30 de agosto de 2020 |
VISITA APTA PARA: Quienes gustan de abstraerse para descubrir la verdad que encierra un bello panorama.
VISITA NO APTA PARA: Amigos del paisajismo plano y de mercadillo.