Si todo fuese normal, aún podríamos visitar la exposición Soñar que vuelo lejos, de Victoria Santesmases, en el Museo de Obra Gráfica de San Clemente. El estado de alarma nos impide por ahora asistir (aunque prometen volver a programarla) en este magnífico espacio de la Fundación Antonio Pérez de Cuenca, ubicado en uno de los más relevantes ejemplos de arquitectura renacentista del país. Lo que proponemos, a cambio, es saltarnos el confinamiento siguiendo las indicaciones de la artista: volar lejos mientras evocamos su obra, mientras fantaseamos con las libertades que tuvimos antes del virus y que muchas mujeres siempre han echado en falta.
Medalla al Mérito Cultural en las Artes Plásticas de Castilla-La Mancha en 2018, Victoria Santesmases (Madrid, 1957) ha indagado en buena parte de sus últimos trabajos sobre la identidad femenina, con un color como figura medular de sus pinturas. El rojo, que también domina esta muestra, es otra forma de escribir sangre y pasión, pero también peligro y dolor. El mismo rojo del corazón. Arrojo, si se nos permite el descaro. Un color al que pueden atribuirse múltiples asociaciones con la mujer, que cada cual es libre de establecer, pero que de uno u otro modo forman parte del imaginario colectivo.
Santesmases introduce en sus obras pequeños elementos materiales que funcionan como los signos de puntuación, exclamación e interrogación en el discurso de su pintura. La fuerza expresiva de los tonos rojos se ve acentuada por la inserción de grafías, cortes o hilos, “aquellos que unen la herida y la recomponen, reconstruyen lo roto”, en palabras de la doctora en historia del arte Irene Ballester Buigues, que acompañan la presentación de la exposición. Y es cierto que a la obra de Santesmases se le ven las costuras, literalmente.
El rojo, que domina buena parte de la obra reciente de Victoria Santesmases, es otra forma de escribir sangre y pasión, pero también peligro y dolor
Los mismos hilos de los que se vale la autora madrileña para tejer su relación con artistas de otras disciplinas, con quienes abre un diálogo en la parte final de la muestra. Del libro Senderos (Endymión, 2019), de Ángeles Corella, se extrae para la ocasión el poema Mujeres en pie, las cuales “no son superficie vacía, / ni lienzo en blanco, / ni folio aún no escrito”. La escritora arriacense ya había colaborado con Santesmases en uno de sus característicos Libros de Artista, en los que concilia su obra plástica con fragmentos literarios. La exposición también incluye un vídeo de circo contemporáneo creado por Clara Bernet en el que, bajo el título No aparece mi nombre, conjura a mujeres ignotas –tanto de la vida cotidiana como de la Historia– que son fuente de inspiración.
Si en el Rojo de Kieślowski este color simboliza fraternidad y la necesidad de no sentirnos solos, el rojo de Victoria Santesmases y sus colaboradoras denota también esa sutura entre mujeres. La manera de aguantar un desgarramiento que no parece vaya a sanar fácilmente después del virus, si a lo que se aspira es a que todo vuelva a la normalidad (esa aberración). En todo caso, puede ser el momento de dejarlo en manos de ellas, atendiendo a la voluntad que expresa Ángeles Corella en su poema: “Dadnos un deseo libre y levantaremos un mundo por venir”.
Soñar que vuelo lejos
Victoria Santesmases (con la colaboración de Ángeles Corella y Clara Bernet)
Museo de Obra Gráfica de San Clemente:
https://fundacionantonioperez.com/index.php/es/2020-sc/981-sonar-que-vuelo-lejos-victoria-santesmases
Aplazada hasta la reapertura del Museo
VISITA APTA PARA: Personas sensibles a las identidades de género y sus expresiones artísticas.
VISITA NO APTA PARA: Gente de hemoglobina baja y quienes viven en la protanopia.