Autor: Mercurio

Horas críticas

Libros de la semana #130

El pensamiento visual, de Temple Grandin (Ático de los Libros) Este es uno de esos libros para los que, al reseñarlos, no solo está justificada la mención de la experiencia de su autor, en este caso autora, sino que resulta tremendamente reveladora de su origen y sus intenciones. Zoóloga, etóloga […]

Horas críticas

Libros de la semana #129

Contra la ignorancia de las mujeres, de Sor Juana Inés de la Cruz (Taurus) Dentro de su colección Great Ideas, Taurus edita esta obra de una autora —literalmente— visionaria y que, por mucho que se la denominase «décima musa», más bien sirvió ella misma de inspiración y faro a numerosos […]

Analógica

Contenedor de Apuntes: juego con fuego, pero juego

Este Contenedor de Apuntes complementa el monográfico sobre el juego del nº 224 de la revista Mercurio con referencias y pistas de libros, películas, cuadros, investigaciones, exposiciones, obras arquitectónicas y fotográficas… JUGONAS (I) «El movimiento, el lenguaje, la atención… todo nace de la emoción, y no hay mejor vehículo para […]

Horas críticas

Libros de la semana #128

El hombre de la guerra, de Ramiro Pinilla (Tusquets) El próximo miércoles se cumplirán cien años desde el nacimiento del autor de esta novela inédita, que dejó lista para su publicación antes de su fallecimiento, hace ya casi una década. Por eso supone un regalo inesperado para los admiradores —y […]

Miradas de riesgo

Miradas de riesgo: Mevaki

Mevaki es el alias artístico de Miriam Fernández (Sabadell, 1979). Ella se define como ilustradora conceptual, y su especialidad desde hace dos décadas son los proyectos editoriales, digitales y publicitarios. Sus obras suelen estar ligadas a la conciencia social, siempre desde un prisma emocional que trata de expresar nuestro universo […]

Horas críticas

Libros de la semana #127

Cowboy’s Dream, de Antoni Miralda (Ediciones La Bahía y La Fábrica) «Empecé a hacer fotos tal vez seducido, o intoxicado, por los olores del fijador, del revelador, que emergían del pequeño laboratorio de mi padre, situado debajo de la escalera de casa. […] Gracias a esos maravillosos líquidos de laboratorio […]