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Tecnología y tiempo libre: ¿cómo nos ha conquistado el ocio digital?

La variedad y la accesibilidad son aspectos determinantes para este fenómeno

El maridaje entre ocio y tecnología no es nada nuevo. El peso de los videojuegos en la esfera del tiempo libre lleva décadas siendo muy relevante. Sin embargo, los últimos años, el consumo del ocio digital ha crecido exponencialmente. El 2020, por la coyuntura mundial, este fenómeno se disparó enormemente y no ha dejado de crecer, con especial impacto en los juegos para móvil, el consumo audiovisual en streaming y el uso de las redes sociales. Una serie de razones  explican este auge, que no parece tener un techo claro a corto plazo.

El ocio digital es un conjunto de actividades lúdicas que tienen en común el uso de dispositivos electrónicos y el entrono digital. Encontramos en este grupo elementos como las citadas redes sociales, la comunicación con mensajería instantánea, contenido audiovisual en streaming (música, series, cine, …), las consultas a la red, así como su uso para informarse, la formación en materia de temas recreativos y, por supuesto, los videojuegos.

Uno de los motivos que ha impulsado este fenómeno es la ingente oferta que ha florecido en los últimos tiempos relacionada con estas actividades. El caso más notorio es el de el aumento de plataformas de streaming disponibles para los usuarios; ya sean generalistas o específicas para un tipo de contenido (como cine clásico, series actuales, etc.). Otro caso paradigmático es el de los casinos en línea, aupado por un público creciente y un incremento de las búsquedas relacionadas con términos como casino bono sin depósito o juegos en vivo, que tienen cada vez más aficionados. Las redes sociales, evidentemente, también están viendo cómo aparecen nuevas alternativas; la mayoría de ocasiones, centradas en contenido gráfico, como imágenes o videos cortos.

La accesibilidad es otro de los factores clave. Sin limitación de horarios y, gracias a los dispositivos móviles, casi desde cualquier lugar. De hecho, con datos del años pasado, más del 97% de los hogares españoles disponían de, al menos, uno de estos dispositivos. Por tanto, es común su uso y, con la tecnología actual, se puede acceder al ocio digital con facilidad por parte de cualquier persona. Especialmente, y antes lo indicábamos, en lo referente a los juegos para este formato, que tiene una gran variedad de temáticas y géneros, llegando, así, a un público más amplio. Pero también en lo relativo a las redes sociales, pues es posible crear y compartir contenido en cualquier momento y lugar; así como, también, reaccionar al contenido de otros.

La búsqueda de información es un elemento muy relevante. Y muy variado. Y es otra de las razones de este auge. Los usuarios están permanente informados de la actualidad y de los temas que son de su interés. Más allá de las noticias, encontramos materias lúdicas que son de utilidad para la sociedad, como las últimas exposiciones culturales (y la posibilidad de comprar las correspondientes entradas), conciertos, guías de viaje y un largo etcétera. La comodidad y la agilidad que implica el entorno virtual ha representado un paso adelante para una sociedad que valora mucho su tiempo y quiere aprovecharlo al máximo. La formación, a través de prácticos y accesibles tutoriales, es otro buen ejemplo de este uso.

Pero no debemos olvidar que la coyuntura actual ha impulsado un ocio digital diferente al de hace unos 20 años. No sólo por la oferta, sino también por otro aspecto muy importante: la socialización. En los años 90, el usuario jugaba sólo con su consola u ordenador. Hoy, las partidas son en la red, con otras personas con las que interactuar. Las redes sociales son un gran ejemplo de comunicación en masa y formación de nuevos grupos. Ya no existe la dicotomía de ocio clásico en grupo y ocio digital en solitario. Al contrario, el ocio digital es, hoy, sinónimo de socialización e interacción.

En definitiva, no faltan razones para que la tecnología y el ámbito virtual tengan cada vez más peso en el tiempo de recreo de la sociedad. A éstas hay que sumar otras, claro está, como el cambio generacional o la consolidación del conocimiento y el uso de la tecnología en la ciudadanía, así como motivos y ventajas que irán apareciendo en corto y medio plazo. Pero parece claro que ocio digital llegó para quedarse.

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