Horas críticas

Libros de la semana #84

Recomendaciones literarias de la redacción de Mercurio

El maestro ignorante, de Jacques Rancière (Libros del Zorzal)

Se cumplen 35 años desde la publicación original de este libro fundamental subtitulado Cinco lecciones sobre la emancipación intelectual y que, pese a lo que se pueda pensar, no es tanto un manual destinado a la docencia como a la reflexión filosófico-política. El maestro ignorante alude a un personaje histórico real, Joseph Jacotot (1770-1840), «extravagante pedagogo» y creador del método llamado como él, que puso en marcha a comienzos del siglo XIX tras haber estado muy implicado en la Revolución Francesa: cuando le encargaron enseñar su lengua a estudiantes de una universidad belga, alumbró una didáctica que no partía de lecciones sagradas, sino de la propia iniciativa del alumnado, única capaz de conducir a la igualdad a través de la razón. Su compatriota, el teórico y docente universitario Jacques Rancière (Argel, 1940), eminente althusseriano, quiso con este libro mostrar las dos caras del educador, el emancipador y el embrutecedor, en función de su enfoque de este intercambio horizontal con sus educandos. Recogiendo el legado de Jacotot, ya desde su prólogo, señala el académico que «[l]os amigos de la igualdad no tienen que instruir al pueblo para acercarlo a la igualdad, tienen que emancipar las inteligencias» si no quieren prolongar la inequidad ad infinitum. No se trata de una cuestión de método, sino de base, como la que presupone que una sociedad pedagogizada debe civilizar a sus «salvajes», siguiendo un principio de autoridad vertical con el que se pretende sobreinvestir a la escuela de la capacidad de mejorar el orden social, reduciendo sus fracturas. Idea que resulta una paradoja en sí misma para Rancière pues, según sostiene, la igualdad no es «la disponibilidad de productos a bajo precio en las góndolas de los supermercados», sino una cualidad ausente que depende de quienes «asumen el riesgo de verificarla» y de inventar las formas, individuales o colectivas, de hacerlo. Esta nueva edición ampliada que nos brinda Libros del Zorzal añade una amplia entrevista con el filósofo francés en la que se puede apreciar la vigencia de su obra en el contexto del siglo XXI. El maestro ignorante, dice Rancière, es aquel «que no transmite su saber y que tampoco es el guía que conduce al alumno por el camino; quien es puramente la voluntad, quien dice a la voluntad que está a punto de encontrar su camino y, por ello, de ejercer por sí misma su inteligencia para hallar dicho camino». Que así sea.


El señor de los djinn, de P. Djèlí Clark (Duermevela)

Ganadora de los prestigiosos premios Nebula y Locus —y repitiendo así el éxito crítico de su anterior Ring Shout, donde unos demonios eran convocados por el Ku Klux Klan—, la novela que nos ocupa es la primera obra larga de su autor; fantasía steampunk, inspirada por la fusión del  folklore medieval y de un Egipto, entre tecnológico y mágico, en el que se convive con los djinn, especie de genios, ángeles, seres espirituales o «antinaturales», como aquí se los describe. No es de extrañar que el escritor, docente e historiador de ficción especulativa Dexter Gabriel, más conocido por su seudónimo Phenderson Djèlí Clark (Queens, NY, 1971), también investigue y reflexione en sus artículos sobre diversidad y política: El señor de los djinn representa una mirada crítica a las discriminaciones de raza, género y clase a través de una historia de amor, misterio y aventuras que atrapa desde su mismo inicio, con la aparición de su maravillosa protagonista. Fatma el-Sha’arawi, la agente más joven y famosa del «Ministerio de Alquimia, Encantamientos y Entidades Sobrenaturales», investiga en una versión alternativa de El Cairo, situada en el año 1912, la brutal matanza de los integrantes de un antiguo culto secreto a al-Jahiz, místico sudanés que devolvió la magia a un mundo siempre amenazado por la Gran Guerra, para lo cual se vale de la ayuda su socia Hadia y su amante Siti. Una trama propia de novela negra, llena de recovecos y giros, que el autor maneja con sagacidad a través de una prosa repleta de vívidas descripciones que nos meten de lleno en sus alucinantes escenarios, su jerarquía de figuras de otro(s) mundo(s) y su reflexión en torno a las inequidades sociales: «Egipto presumía de modernidad. Las mujeres iban a la escuela y trabajaban en sus florecientes fábricas. […] Pero la presencia femenina en la vida pública todavía ponía nerviosa a mucha gente». No parece casual la referencia a Las mil y una noches y sus relatos plagados de djinn, gules, sirenas, árboles parlantes, caballos de bronce, reinas momificadas, marionetas vivientes o máquinas humanoides. Precedida de un relato previo que ya nos presenta a la heroína de esta historia, El señor de los djinn es una ucronía poscolonial ineludible en el marco de este género: sólida y estilizada, no deja de lado el sentido del humor ni la confrontación con muchas de las cuestiones que nos interpelan del presente real. «¡Si las mujeres podemos luchar y derrotar al patriarcado, también podremos con las desigualdades de clase!», leemos, y no podemos sino esperar que esta sea una obra no solo especulativa sino visionaria.


Totoro y yo, de Amaia Arrazola (Lunwerg)

Más de un año de labor investigadora y creativa le llevó a su autora finalizar este análisis del arte de un genio contemporáneo de la animación: el cineasta, mangaka, productor de anime y cofundador del mítico Studio Ghibli japonés Hayao Miyazaki (Bunkyō, 1941). Aunque, más que un análisis, se trata de una total inmersión —sin escafandra— en su obra, pues el desafío que se acomete en este impresionante volumen gráfico es la indagación en su particular y extraordinario universo a través de la recreación de su imaginería visual en forma de ilustraciones. Procedente de la dirección de arte publicitaria y autora de varios libros ilustrados, entre los que aquí podemos destacar otro de los publicados por Lunwerg bajo el título Wabi sabi, Amaia Arrazola (Vitoria, 1984) parte de una modestia asumida: la de haber «peleado cara a cara con el síndrome del impostor» durante la elaboración de Totoro y yo porque, admite en su introducción, no es ninguna especialista en los temas que abarca. Pero justamente lo que hace fascinante este libro es que no se trata de una biografía ni un ensayo al uso, sino de un auténtico viaje que, llenando sus preciosas páginas de versiones ilustradas de los personajes, escenas y mundos concebidos por el maestro nipón, logra rendir un fiel y personalísimo homenaje a su icónica y preciosista obra, capaz de consolidar un sello único desde su debut en 1979. La autora ha sido capaz de recoger algunas de las conclusiones más interesantes de los estudios previos de Laura Montero Plata o Anna Junyent, entre otros, y de incorporar una ingente cantidad de datos, referencias a la cultura japonesa y hallazgos «frikis» con la mirada de una auténtica fan. Aspectos como la predilección de Miyazaki por las protagonistas jóvenes, fuertes (de espíritu) e intrépidas, pero también las ancianas poderosas, el gusto por todo aquello que ocurre en el aire o su teoría del radio de los tres metros, por la que escenas tan famosas como la de la lluvia en Mi vecino Totoro se inspiraron en vivencias muy cercanas al director. Arrazola aconseja leer despacio e ir descubriendo poco a poco estas páginas densas, que desbordan creatividad y pasión y, de esa forma, parecen transidas por el espíritu mágico e inspirador del propio Miyazaki. Arigato por este regalo para los ojos y el corazón.


Conversación con un mestizo de la Nueva España, de Serge Gruzinski (Alianza)

Tras su fundamental ¿Para qué sirve la historia?, el prestigioso historiador, archivista y paleógrafo Serge Gruzinski (Tourcoing, 1949), especialista en el proceso de mestizaje latinoamericano, amplía y enriquece aquellas reflexiones con esta investigación en torno a la que puede considerarse una globlalización pionera: la que siguió al descubrimiento de América y la conexión intercultural de dos mundos hasta entonces segregados. Un momento histórico «estelar» que es materia de estudio y debate académico en la actualidad, por cuanto supone «un espejo del que las memorias europeas no podrían prescindir». Lo original es el formato dialógico de este libro, que parte de una obra del también historiador e intérprete Diego Muñoz Camargo (1529-1599), nacido de un conquistador español y de una indígena mexicana, en el vastísimo virreinato de Nueva España. Un mundo muy lejano y que, sin embargo, anticipa el nuestro, pues «la mezcla de hombres y mujeres no tardó en alcanzar entonces una intensidad y una escala anteriormente desconocidas». Experiencias humanas que son, como el autor de este ensayo indica, tanto indígenas como europeas, africanas, asiáticas y, por encima de todo, mestizas. En la primera parte de esta indagación trufada de conversaciones ficticias con Muñoz Camargo, se describen la historia y costumbres de Tlaxcala, su pueblo de origen, mientras que en la segunda evoca su admiración por los conquistadores y, en concreto, por la figura de Hernán Cortés. Como indica el doctor en historia José Antonio Martínez Torres en la presentación de esta edición, no se trata tanto de una biografía como de la «reconstrucción del hombre interior» que fue este mestizo, de cuyo pensamiento extraemos, por un lado, una visión más compleja del choque entre la América azteca y el Occidente católico; y, por otro, la conciencia de que «el universo indígena queda relegado a una antigüedad» tras la conquista. Lo que logra con este imprescindible ensayo Gruzinski, quien adscrito a la llamada historia de las mentalidades lleva más de cuatro décadas estudiando la historia de la mezcla de poblaciones en esas latitudes, es que el mestizaje no ha sido un fenómeno espontáneo. Cita el ensayista a Montaigne cuando señalaba que los indios del reino de México «juzgaron cual nosotros que el universo estaba próximo a su fin»; hoy día, señala Gruzinski, Occidente ha destruido la biodiversidad y «parece haber quemado todo su carburante metafísico». Para explicar(nos) estas realidades contemporáneas, conviene volver la vista al origen de todo. Sin miedo.

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