Hay ciertas ideas asociadas a la poesía en nuestro país que poco a poco han ido perdiendo fuelle a lo largo de estos últimos años. Frases como: «la poesía es un género menor», «no tenemos buenos poetas desde la generación de la experiencia», «es muy difícil publicar poesía si no ganas un premio», «los poetas jóvenes no aportan nada nuevo»; a todas ellas se añaden otra gran cantidad de opiniones un tanto retrógradas, arcaicas y desprovistas del conocimiento de la realidad que se atisba al otear el horizonte poético de nuestro país.
A estas ideas las rebaten los hechos. La floración de editoriales con un catálogo centrado en o poesía o nuevos sellos de poesía, que se añaden a la red editorial poética tradicional, —como Ultramarinos, Letraversal, Cántico, Editorial Dieci6, Liliputienses o BajAmar, entre tantas otras— y que apuestan por autores inéditos o jóvenes; autores de prestigio en narrativa que presentan sus propuestas poéticas —Alejandro Palomas, Marta Sanz…—; o el cambio en la perspectiva de los premios de poesía, donde algunos de ligados al sistema apuestan por modernizarse y otros que se han creado difieren con sus homónimos más tradicionales y apuestan por premiar no solo a obras sino a proyectos. Podríamos encontrar más razones —como que Anagrama haya decidido absorber La Bella Varsovia— por las que, sin lugar a duda, podemos decir que estamos inmersos en una época prolífica para la poesía de nuestro país. Y todo ello sin nombrar el trabajo poético de las lenguas cooficiales que acaparan gran fama en el extranjero y premios nacionales de relevante importancia como en el caso de Alba Cid obteniendo el Premio Nacional de Poesía Joven ‘Miguel Hernández’ o Miren Agur haciendo lo mismo, pero con el Premio Nacional de Poesía.
Este mes de enero hemos apostado por cuatro poetas, que si bien son muy diferentes entre sí, nos ayudan a ejemplificar una gran parte de las diferentes corrientes poéticas que se practican actualmente. Hablamos de Juan Álvarez, María Elena Higueruelo, Braulio Ortiz Poole y Leonor Saro, que han sido los autores escogidos para comenzar nuestra andadura poética.
Juan Álvarez, autor de Por qué cortarse una oreja publicado por la editorial Valparaíso, encarna el papel de continuista de la tradición literaria más clásica. Si bien en algún momento hacer referencia a lo clásico en poesía puede estar mal visto o desfasado, en este caso nos encontramos ante un autor que pone en relevancia la corriente que apuesta por una métrica medida, por un uso de la rima impoluto y la combinación de temas tradicionales con un trasfondo contemporáneo. La poesía comedida pero expandida en imágenes de nuestro tiempo que hace de lo clásico algo moderno.
María Elena Higueruelo es autora de Los días eternos publicado por Ediciones Rialp, con el que ha ganado el Premio Nacional de Poesía Joven ‘Miguel Hernández’ 2021. Una autora que ha demostrado con varios premios ser parte del presente y el futuro de la poesía española. Los días eternos es un poemario que si bien pudiera hablarse de él en clave continuista, conjuga de manera excepcional un lirismo más característico de la concepción más contemporánea del tiempo actual y la reflexión honda de una de las preguntas que más se han hecho los poetas en la historia de la poesía —¿cómo afecta el paso del tiempo a nuestra memoria?—. Se trata sin duda de un libro excepcional que nos absorbe y nos invita a pensar reposadamente en una época caracterizada por la celeridad de las cosas.
Braulio Ortiz Poole es autor de Gente que ama su bandera publicada por la editorial Maclein y Parker. Es curioso que con la prolífica carrera literaria de este autor sea tan complicado, en el mejor de los sentidos, sentarlo a la mesa de alguna de las corrientes poéticas actuales. Y es esa misma duda la que hace a Braulio Ortiz uno de los poetas más interesantes de leer de su generación. Con una sensibilidad muy característica de toda su obra, Gente que ama su bandera es un libro con una voz muy nítida que resuena con fuerza, pero sin estruendo, intentando resolver, desde el encuentro con el contrario, algunas de las dudas que el propio panorama social español contiene. Un poemario justo y delicado que nos propone ser observadores benévolos, pero críticos.
Leonor Saro es autora de Babilonia, un poemario publicado por la editorial Dieci6. Una inédita autora hasta el momento que ha irrumpido con fuerza en el panorama joven actual. Babilonia es un libro muy bien cohesionado que ilustra una forma más formal y conceptual de la creación poética. En el libro se despliega un abanico de imágenes que hablan entre sí a muchos niveles: el simbólico, el lingüístico y el prosódico. Un poemario en redondo. A medida que nos adentramos en él se demuestra cómo es un poemario pensado al milímetro. Con un estilo que nos recuerda a Rilke, en el que innumerables voces van desde lo filológicamente tradicional hasta lo pop.
La elección de estos autores habla por sí misma, varias de las voces más interesantes de la poesía escrita en castellano. La importancia de que existan espacios en los que se comparta y se visibilicen diferentes autores, editoriales y libros es capital. En una época en la que las relaciones digitales son cada vez más fuertes y nos ofrecen la posibilidad de escuchar voces distintas a las que ya conocemos, la poesía va generando por sí misma una red de lectores y escritores que es rica en identidades, corrientes y autores. Mercurio se suma a un movimiento en expansión, la difusión de poesía.