Cultura ambulante

Aurèlia Muñoz y las tres dimensiones del oficio

El MNAC prorroga hasta final de año una exposición con obras de la artista barcelonesa, referente del arte textil que aplicó las técnicas de la labor doméstica a su innovadora ocupación de los espacios

«Ente social» (1966), de Aurèlia Muñoz, realizada en macramé (imagen: MNAC).

Aunque en origen derivase de las llamadas artes aplicadas o utilitarias, a mediados del siglo XX el arte textil contemporáneo comenzó un proceso de independización, ganando cada vez un estatus mayor como categoría creativa. La barcelonesa Aurèlia Muñoz (1926-2011) fue una de sus grandes valedoras desde los años 60, como artista vinculada al movimiento denominado Nouvelle Tapisserie, nacido en torno a la Bienal del Tapiz de Lausana. Una donación de su familia al Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC) ha permitido a este centro reunir en una exposición titulada Anudar el espacio parte de su producción, que ha pasado a integrar su nueva colección de arte de posguerra y segunda vanguardia. Un conjunto de piezas que no busca tanto revisar la historia como las jerarquías que esta ha establecido.

En ese sentido, la muestra dedicada a Muñoz reivindica, en primer lugar, esa ubicación de su obra entre lo artístico y lo artesanal, o bien entre lo teórico y lo práctico. Partiendo del aprendizaje del oficio puro y duro (por repetición más que inspiración), reprodujo las técnicas tradicionales que más admiraba en bordados y tejidos para comenzar a experimentar con collages y el llamado patchwork: una forma de costura que se hizo muy popular hace casi un siglo, basada en la unión de retales –preciosos y diversos– para realizar nuevas piezas. En concreto, fue durante la Gran Depresión cuando, debido a la asfixia económica y la falta de recursos de esos días, las mujeres comenzaron a aplicar esta técnica de reciclaje creativo.

Aurèlia Muñoz fotografiada en su taller, durante el año 1974 (foto: Pau Barceló).

Así pues, el arte de Muñoz no solo da valor a labores asociadas al ámbito doméstico sino también al duro y casi nunca suficientemente reconocido trabajo de aquellas amas de casa. No es casualidad que otras artistas como Sheila Hicks reivindicaran las artes textiles con diseños rompedores en los años de la Segunda Ola Feminista, evocando a su vez la genialidad que mostraron décadas antes las tejedoras de la Bauhaus, con Gunta Stölzl a la cabeza. Siguiendo esa tradición, la creadora catalana trabajó el tapiz más allá de su carácter histórico de ornamento, convirtiéndolo en un formato capaz de dialogar con su entorno por sus aptitudes para la integración visual y orgánica, que imita los ecosistemas naturales.

Evocando la genialidad de las tejedoras de la Bauhaus, la creadora catalana trabajó el tapiz como algo más que ornamento, haciendo que dialogase con su entorno

No en vano, las obras recogidas en la exposición del MNAC son la prueba palpable de esa vertiente del arte textil que lo acerca más a la escultura o la arquitectura, por su dimensión tridimensional y su ocupación del espacio. De ahí que en una fase posterior se adentrara en el terreno de la instalación, como sus famosos pájaros-estrellas diseñados en 1982, que hoy siguen siendo un emblema del Palacio de Cristal de Madrid y cuya idea inicial vemos reflejada en uno de los dibujos de la muestra, magníficos bocetos de sus algunas de sus piezas de gran formato. Tampoco faltan en Anudar el espacio algunas de sus insólitas miniaturas, que pueden ser vistas como sus habitaciones interiores, donde cada textura y cada ángulo visual proponen una sensación.

«Fuente de la vida» (1966), de Aurèlia Muñoz, realizada en bordado (imagen: MNAC).

Ni el todopoderoso MoMA de Nueva York, que también rescató parte de su producción el pasado otoño, se ha resistido a los encantos de la obra de Aurèlia Muñoz, que tal vez solo quiso justo lo que proponen muchas de sus piezas presentes en el MNAC: ocupar el espacio, el suyo propio, el de tantas mujeres hacedoras, el de lo cotidiano y lo artesano. El espacio que merece su arte excepcional y universal.

 


Anudar el espacio
Aurèlia Muñoz
Comisariada por Àlex Mitrani
Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC)
Hasta el 31 de diciembre de 2020

VISITA APTA PARA: Quienes saben apreciar el componente artístico de algunos oficios y están de acuerdo con que «la paciencia es la madre de la ciencia».
VISITA NO APTA PARA: Elitistas que no se pringan y aquellos para los que el arte solo nace de la inspiración, no de la transpiración.

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