Cultura ambulante

El Museo Universidad de Navarra echa ‘El Resto’

Una exposición en el campus pamplonés hace del proceso creativo y las probaturas fallidas el núcleo de las obras que exhibe. Una idea de arte contemporáneo que lo abre a todo aquello que suele quedarse en el taller de trabajo, lo que nos faltaba por ver

«La forma dada» (2019-2020), de Miren Doiz, una de las obras de la exposición colectiva «El Resto»

Se cumplen 20 años de la publicación, por parte del ya fallecido Ángel González García, de El resto. Una historia invisible del arte contemporáneo, que fue Premio Nacional de Ensayo en 2001. “El resto no es lo que sobra sino lo que falta”, escribía el historiador, crítico de arte y profesor de la Complutense en esta reivindicación de todo aquello que se excluye o se oculta a la hora de presentar una determinada obra creativa en nuestros días. El eco de sus palabras llega ahora a la exposición colectiva de título homónimo que acoge el Museo Universidad de Navarra, donde se nos plantea la posibilidad de decantarnos por “las zonas ocultas” de la producción artística.

En el mundo del arte, a menudo nos encontramos con alguna obra que tal vez quedó inconclusa, o inédita, o quizás arrinconada hasta que alguien decidió que debía ser revelada. Eso es El Resto : las partes del todo, lo que se manda al vertedero de las ideas no tan buenas, las pruebas que se quedan en el taller de trabajo… todos los cadáveres creativos dejados por el camino. Los comisarios de la muestra –integrantes de la primera promoción del Master in Curatorial Studies del museo navarro– han dejado este concepto abierto en manos de cinco jóvenes artistas, para que reflexionaran sobre su propia práctica. Un espacio de diálogo y libertad, sin límites ni condiciones, que ha dado lugar a cinco interpretaciones de esa idea tan diversas como auténticas.

Vista de las obras de Irma Álvarez-Laviada en la muestra del Museo Universidad de Navarra

Para Irma Álvarez-Laviada (Gijón, 1978), “el resto sucede en el espacio de trabajo, responde al espacio del material y da lugar al espacio de la imagen”. La artista asturiana integra el arte encontrado en su estudio, una suerte de taller con vistas, en las piezas Lo necesario y lo posible (2015) y Modalidades de lo visible (2016), convirtiendo el contexto de sus creaciones en lo realmente creativo y otorgándole un nuevo significado.

El Resto es lo que se manda al vertedero de las ideas no tan buenas, las pruebas que se quedan en el taller… todos los cadáveres creativos dejados por el camino

A Miren Doiz (Pamplona, 1980) le interesa “el rastro de deshechos que vamos dejando. Como especie, llenamos el mundo de cosas y, en ese sentido, mi obra parte de algo bastante naíf que es la idea de hacerme cargo de lo mío”. En La forma dada (2019-2020) recicla una impresión a gran escala con la que recubre piezas de otras exposiciones, poniendo de relieve cómo el empleo de residuos hace evolucionar su experiencia creativa, se diría que de forma orgánica.

“Las cosas que no tienen un lugar claro y con las que no sabemos muy bien qué hacer” son las que componen El Resto para Esther Gatón (Valladolid, 1988). Bajo el explícito título Sobre el pasillo de la casa que alquilo, dibujo el interior de una ballena, en referencia al episodio bíblico de Jonás 1:17; 2:10 (2012-2013), presenta este ensayo a puerta cerrada como si en realidad se tratara de una obra consumada y preparada para su exhibición pública. Aunque nunca llegara a serlo.

«2015 en 2019» y «2016 en 2019», obras de Guillermo Mora

Con 2015 en 2019 (2019) y 2016 en 2019 (2019), Guillermo Mora (Madrid, 1980) construye una imagen pictórica a través de la superposición de capas de papel, en las que intercala dibujos de etapas anteriores. Un ejercicio de memoria visual en el que cada obra va desvelando las otras piezas que contiene, y con el cual el autor madrileño se pregunta: “¿Las imágenes son más importantes por lo que muestran o por lo que esconden?”.

Residuos, ensayos a puerta cerrada, errores y proyectos frustrados se muestran aquí como obras consumadas y listas para su exhibición

Completa el grupo Wilfredo Prieto (Sancti Spiritus, Cuba, 1978) con las instalaciones Cara o cruz (2011) y Papa caliente (2011), ambas ideadas para sendos proyectos inacabados, por lo que de alguna forma aquí ofrece el relato real de lo irrealizable –y de aquello en lo que no ha dejado de creer–. Sobre el desafío que ha supuesto El Resto, dice el artista cubano: “Nos ha obligado a hacer una mirada a nuestra obra desde el enfoque del error, de los proyectos frustrados por cuestiones técnicas o conceptuales”.

Obras nonatas que ven la luz ahora gracias a esta iniciativa del Museo Universidad de Navarra. Por fin lo tenemos todo: lo que ya estaba a la vista y lo que pretendía pasar inadvertido a nuestros ojos. No pudo ser.

 


El resto
Comisariada por Marina Alonso, Pau Cassany, Sofía Enríquez y Dailey Fernández
Obras de Irma Álvarez-Laviada, Miren Doiz, Esther Gatón, Guillermo Mora y Wilfredo Prieto
Museo Universidad de Navarra
Hasta el 13 de septiembre de 2020

VISITA APTA PARA: Fans de los documentales y cazatesoros del arte emergente aún por pulir.
VISITA NO APTA PARA: Quienes prefieren las obras con punto final y certificado de calidad.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*