La Taberna Flotante

Milijon II

Taberna Flotante #75

La nave de Tichy, pilotada por Neurénula, se posó en Solaris II, junto a la laguna, y de ella descendieron Chess y la niña solariana.

—¿Crees realmente que engendrará a otro Milijon? —preguntó Neurénula señalando la verdosa y rielante superficie.

—Tichy tiene que seguir ahí debajo —contestó el metagato—, y si lo copió una vez…

—¿Y si Milijon no es una copia, sino el propio Tichy miniaturizado?

—No es posible —replicó Chess meneando la cola a derecha e izquierda—. No se puede miniaturizar un organismo biológico sin convertirlo en otra cosa completamente distinta de lo que era. El tamaño de las células no es arbitrario, hay unas dimensiones mínimas determinadas por la química orgánica. Solo las réplicas electrónicas de las células son miniaturizables, especialmente en el caso de las neuronas.

—Pero si Tichy sigue ahí debajo, estará muerto.

—Prefiero pensar que está en animación suspendida, a salvo en su escafandra autosuficiente.

—¿Cómo lo hacemos? —preguntó la niña tras una pausa.

—Tú y yo somos hijes de esa sopa supuestamente inteligente —contestó Chess con una sonrisa gatuna—. Sumerjámonos en nuestra madre y pidámosle mentalmente que nos devuelva a nuestro padre putativo, o cuando menos una versión abreviada.

Fue más fácil de lo que esperaban. Solo llevaban sumergidos unos minutos cuando una diminuta réplica de la mítica criatura de la Laguna Negra se agarró a la cola de Chess.

Una vez en la orilla, el nuevo Milijon exclamó con una vocecilla tan aguda como la de un ratón:

—¿Qué hacéis aquí? ¿Dónde están Grillo y Mou Gonza?

—Esto confirma la hipótesis de que Tichy quedó inconsciente al ser replicado —dijo Chess dirigiéndose a Neurénula—. Por eso los últimos recuerdos de esta copia son los de aquella ocasión.

—¿De qué estás hablando? ¡No entiendo nada! Cuando he entrado en la laguna, hace un momento, en la orilla estaban Ric y Mou —dijo el nuevo Milijon—, y ahora…

—Ese momento ha durado varios días —lo interrumpió Neurénula.

En pocas palabras, la niña y el metagato le explicaron lo sucedido.

—¡Pero yo soy Tichy! —exclamó el diminuto ser—. He conseguido reducir mi tamaño para poder entrar en las perlas grises, tal como me había propuesto, pero sigo siendo yo.

—En cierto modo, sí, eres Tichy —admitió Chess—, puesto que tienes sus recuerdos, e identidad y memoria vienen a ser lo mismo; pero no eres el original, sino una copia.

—Una segunda copia —precisó Neurénula—. Es de suponer que el Tichy original está ahí debajo, en estado de animación suspendida. Deberíamos intentar sacarlo entre les tres. O entre les cuatro, mejor dicho, puesto que la colaboración de la sopa lista es fundamental.

—Y luego tú deberías intentar sacar al primer Milijon de dondequiera que esté —añadió el metagato—. Tal vez si te enviamos con algún instrumental robótico que garantice la reversión del tránsito… O con otra escafandra. Esa escafandra es autónoma, pero no inteligente.

—¿Esa escafandra? —repitió Milijon II—. ¿A qué escafandra te refieres?

—A la que llevas puesta, obviamente —contestó Chess, desconcertado.

—¿De qué demonios hablas? Yo no llevo ninguna escafandra…

2 Comentarios

  1. Muy curioso que la escafandra de Milijon II ya venga incorporada como una parte más de su cuerpo. Quizá provenga de que la imagen mental de Chess y de Neurénula ya la incorporaban como parte de la identidad del primer Milijon. La numeración de los Ijon y sus copias podría complicarse si las réplicas fuesen en aumento y se perdiese el hilo de la secuencialidad.

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