La Taberna Flotante

El planeta imposible

Taberna Flotante #66

Detalle del cartel del filme «Nightfall» (1988). / © New Horizons

—Esa historia me resulta familiar —comentó Fafo Liber cuando Casandra terminó su relato sobre el planeta Kalgash, el de los seis soles.

—Claro que te resulta familiar —respondió ella—. Isaac Asimov la convirtió en uno de sus relatos más famosos: Anochecer. Y uno de los primeros: si no recuerdo mal, lo escribió cuando solo tenía veinte años.

—¡No es posible! —exclamó Fafo mientras consultaba la información correspondiente con sus cibergafas—. Asimov publicó su relato en 1941. O lo que acabas de contar está basado en ese relato…

—O Casandra no es la única que conoció a Chalcedon en el siglo XX y oyó sus disparatadas historias de piratas del espacio —añadió Lem para concluir la frase que Fafo había dejado en suspenso.

—Algunas disparatadas y otras no tanto —precisó Casandra—. Me consta que la historia de Kalgash tiene una base real.

—Tiene sentido lo de que Asimov también conociera a Chalcedon —admitió Fafo tras una ensimismada pausa—. Cuesta creer que todo lo que escribió se le ocurriera a él solo… No me extraña que los Veladores estén tan enfadados con Chal; al parecer, se saltaba a menudo la prohibición de entrar en contacto con individuos de civilizaciones subdesarrolladas.

—Y además no se limitaba a contar historias —añadió Lem, acordándose del muñeco robot que el alienígena le había regalado a Sita.

—Volviendo a Kalgash y su posible base real —dijo Fafo sin quitarse las cibergafas—, según mis cálculos un sistema senario como el descrito por Asimov sería inestable, no podría existir durante milenios.

—¿Por qué? —preguntó Casandra.

—Dice Asimov que Kalgash orbita la estrella Onos a una distancia de 1,2 unidades astronómicas —contestó Fafo—. El sistema senario cuenta con otras cinco estrellas: Dovim, Tano, Sitha, Trey y Patru, todas en un radio menor de 13,2 unidades astronómicas, y sus movimientos son tales que en Kalgash siempre es de día, es decir, desde cualquier lugar del planeta siempre son visibles una o varias de las seis estrellas. Cuando llega el momento del eclipse fatal y Onos está a punto de ocultarse tras la enorme luna de Kalgash, casi tan grande como el propio planeta, Dovim es la única de las otras estrellas visible en el cielo, y por tanto… No voy a aburriros con mis cálculos, pero está claro que la distancia entre Onos y Dovim crecerá con el tiempo y el sistema se desestabilizará progresivamente: no puede haber un ciclo que se repite cada 2.049 años.

—Tal vez Asimov olvidara los datos concretos del sistema, o los alterara deliberadamente —opinó Casandra.

—No es probable —replicó Lem negando con la cabeza—. Era un maniático de los datos y tenía una memoria prodigiosa, y no se me ocurre ningún motivo por el que pudiera desear alterarlos.

—Puede que Chalcedon, si realmente fue él, le contara a Asimov la historia falseando los datos, por aquello de no dar información relevante a un individuo de una especie subdesarrollada —conjeturó Fafo.

—Un Chalcedon escrupuloso es aún más inverosímil que un Asimov descuidado —dijo Lem con su peculiar risita aspirada.

—En cualquier caso, insisto en que la historia tiene una base real —dijo Casandra—. En algún lugar de la galaxia hay un planeta en el que siempre es de día, para cuyos habitantes el súbito anochecer debido a un eclipse supone una catástrofe global que se repite cíclicamente.

—¿Cómo puedes estar tan segura? —preguntó Fafo quitándose las cibergafas.

—Esa, querido Liber, es otra historia —contestó ella con una sonrisa enigmática.

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