Hubo un momento, en el siglo XIX, en el que Andalucía ofreció una alternativa real de modelo de país: una nueva manera de concebir la organización política y territorial del Estado republicana, cívica, laica, igualitaria, federal y soberana.
Una Andalucía, y una España, que pudieron ser y no fueron, porque hubo quienes pusieron, y tuvieron, todos los medios para acallarla. Una alternativa de modelo de país que no fue en absoluto un sueño, como demuestra que, tras las elecciones municipales de 1869, los federalistas llegaran a controlar 21 ayuntamientos de capitales de provincia, incluyendo todas las andaluzas, a excepción de Almería.
De cómo se destruyó esta alternativa durante la Restauración —con otro andaluz, Antonio Cánovas del Castillo, como maestro de ceremonias— trató con maestría el profesor de Historia e Instituciones Económicas de la Universidad de Sevilla Carlos Arenas Posadas, uno de los historiadores andaluces más lúcidos e independientes, en su excelente monografía Lo andaluz, historia de un hecho diferencial (El Paseo Editorial 2022, 2023 y 2024). Y de cómo se construyó este modelo de país —interclasista, antimonárquico y librecambista— escribe en su último libro, también editado por El Paseo.
El título del volumen, En los orígenes del conflicto andaluz. José Paul y Angulo, biografía de un federalista, es toda una declaración de intenciones. Pese a tratarse de la biografía de este inclasificable y audaz jerezano, se ha huido deliberadamente de un encabezamiento comercial, como podría haber sido «El enemigo de Prim», o un lacónico a la par que efectista «Contra Prim». En su lugar, se ha puesto el foco en lo esencial: el retrato de un momento y de un hombre que protagonizaron un enfrentamiento permanente entre las ciudades andaluzas —sobre todo el triángulo Sevilla-Cádiz-Málaga— y el gobierno central, apuntalado este último por los intereses de otros territorios y élites, en espacial los de los esclavistas catalanes, cuyo siniestro comercio se veía seriamente amenazado por la Guerra de Independencia de Cuba.
De entre los muchos andaluces insumisos que, en juntas, milicias de voluntarios y sociedades republicanas, contribuyeron a gestar este modelo alternativo de Estado, sobresale José Paul y Angulo (Jerez de la Frontera, 1842 — París, 1892), uno de los nombres más citados y odiados hace 150 años y todo un desconocido para la mayoría de los andaluces hoy.
Miembro de una de las familias bodegueras más ricas y distinguidas de Jerez, Pepe Paul y Angulo se convirtió en el enemigo número uno del establishment. Acreedor de una larga retahíla de calificativos: loco de atar, demagogo, exaltado, terrible, intransigente, romántico, rebelde (con y sin causa), revolucionario, insumiso, heterodoxo, agitador, irredento, desclasado, garibaldino, deslenguado, quijote, duelista, etc., sorprende el olvido que ha pesado sobre su nombre a pesar de haber estado en el punto de mira de periodistas, políticos, historiadores y escritores durante décadas.
Hombre de acción, capaz de batirse en duelo a pistola en varias ocasiones, luchó en distintos frentes al mismo tiempo: en las juntas y milicias revolucionarias; en las Cortes de 1879 en las que fue diputado; en el seno de su propio partido republicano federal, al disentir con algunos de los grandes nombres; y en la prensa, promoviendo y dirigiendo los diarios La Igualdad y El Combate, tantas veces secuestrados.
En su biografía hay un antes y un después, que se corresponde con el momento en el que rompió con el general Prim. Porque —escribe Arenas— Paul y Angulo «pasó de ser un actor secundario en la causa de Prim a actor principal en la causa del pueblo». De ver en Prim a un «aliado necesario» —de su familia proceden los fondos con los que se financió a Prim y a Topete para llevar a cabo el proyecto revolucionario de 1868 en Andalucía— a encontrar en el general a su gran antagonista. No en vano, ambos se necesitaron mutuamente para deshacerse de Isabel II; después «ya se vería».
La disolución de las juntas y las milicias, las repetidas llamadas a quintas, la aprobación del texto constitucional de 1869 y la búsqueda de un rey entre nada menos que 31 candidatos estaban muy lejos del «ya se vería» que sin duda tuvieron en mente Angulo y otros federalistas andaluces, como Fernando Garrido, Roque Barcia o Ramón de Cala Barea. La ruptura fue inevitable.
Mención especial merece el capítulo en el que Arenas investiga lo que realmente ocurrió con el asesinato de Prim en diciembre de 1870, tras el asalto sufrido por su berlina a la salida de Cortes y días antes del desembarco del nuevo rey Amadeo de Saboya en Cartagena. Casi a la manera de un true crime, el historiador da buena cuenta en estas páginas vibrantes de las cinco famosas uves dobles de todo buen periodista: los quién, qué, cuándo, dónde y por qué de este crimen (del inglés who, what, when, where y why).
Arenas navega con éxito en la maraña de lo acontecido: un sumario original de más de 18.000 folios, resultado de una instrucción de siete años de duración; decenas de detenidos y testigos, incluyendo recompensas de 20.000 duros a quien aportase pistas ciertas sobre la identidad de los asesinos; y centenares de publicaciones sobre el asesinato, entre artículos de prensa, novelas y ensayos. Y relata lo que realmente ocurrió aquella tarde de invierno.
Único acusado por la prensa y por la Historia del crimen de Prim, Paul y Angulo huyó al exilio. Se refugió en América, donde vivió más de una década, trabando proyectos de revolución y de ingeniería, sin dejar de suministrar titulares a la prensa. Asistido únicamente por la portera del inmueble en el que vivía en París en su lecho de muerte, tras su óbito vendrían décadas de olvido.
Firme defensor de que el curso de la historia solo se puede cambiar desde abajo, Paul y Angulo, un poco bribón y un tanto pendenciero, también fue consciente de estar forjando un mito. El gran experto en republicanismo Ángel Duarte Montserrat, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Córdoba, lo tiene claro. Asegura, y no le falta razón, que la biografía de este federalista, escrita por Carlos Arenas, tiene una doble lectura: la política y la del relato de aventuras. No se la pierdan.
EN LOS ORÍGENES DEL CONFLICTO ANDALUZ. JOSÉ PAUL Y ANGULO, BIOGRAFÍA DE UN FEDERALISTA Carlos Arenas Posadas EL PASEO (Sevilla, 2024) 288 páginas 23,95 € |