Horas críticas Analógica

«Desde el confín», de María José Poblete: un pasado cómodo

Nuestra Historia tiene cara, cuerpo y voz de hombre. Ese hombre es un hombre blanco, un hombre rico, un hombre vencedor. Ese hombre es un hombre por encima del resto de hombres y un hombre por encima de todas las mujeres. Nuestra memoria ha cogido la forma de su relato. Uno que se ha narrado y se ha escrito desde el sesgo, haciendo hincapié en nuestras diferencias. Un relato que hasta hace poco era el hegemónico, el comúnmente aceptado. Ahora ese relato se tambalea. Se desmorona como las cosas mal construidas, mal acabadas, incompletas. Ahora ese relato incomoda. Y al igual que del amor, la tristeza, la ternura o la rabia se escriben libros, del sentimiento de incomodidad también puede surgir una novela.

De esa sensación nació Desde el confín, la segunda novela de María José Poblete, reeditada por Jot Down Books, en la que, tras una investigación de más de diez años, realiza una crónica de la conquista de Chile —el país de su infancia— desde una perspectiva muy original, basada en la búsqueda de la propia identidad y alejada del relato lleno de estereotipos a partir del que nos han contado este episodio de la historia.

La partida de la expedición de Pedro de Valdivia —soldado de la corte de Carlos I de España y V de Alemania— al valle de Mapocho es el hecho que inspiró y sirvió a Poblete como desencadenante de la acción. Junto a miles de hombres y mujeres yanaconas, africanos y españoles, así como de su amante Inés Suárez, Valdivia, deseoso de llevar a cabo una gran gesta descubridora, emprendió en 1540 una durísima travesía por el desierto de Atacama en busca del Cuzco del Mapocho. Sólo en estas primeras páginas de la novela ya se intuye el tono descarnado que la autora emplea durante todo el libro: «Los vasos de estaño iban vacíos, chocando contra sus cinturas, recordándoles la lengua rasposa que llevaban pegada al paladar, la arenilla acumulándoseles en la boca, el sabor de las grietas de sus labios que sangraban si intentaban articular una palabra. El brillo del desierto les había quemado los ojos».

Desde el confín es una novela cruda. Directa, escueta y ágil. Una narración a cinco voces en la que los protagonistas —mujeres, indígenas, soldados rasos— describen desde una perspectiva subjetiva el encuentro trágico entre dos mundos que tuvo lugar cuando la expedición liderada por los españoles consiguió llegar finalmente al valle. Un periodo de guerra en el que reinaron el hambre, la precariedad y, sobre todo, la violencia.

El interés principal de esta novela reside no tanto en los hechos históricos, sino en la riqueza de esos cinco relatos que se van intercalando y que se cuentan desde miradas tan diferentes, tan propias y tan realistas. Es especialmente curioso, además, cómo Poblete juega con la importancia que le da cada uno de los personajes a su lengua, a las palabras con las que nombran lo que les rodea y con las que se nombran a sí mismos. La importancia que le dan a su identidad, al fin y al cabo. Los términos en quechua —lengua más extendida en las regiones andinas centrales de Sudamérica— y mapudungun —lengua hablada por el pueblo reche, actualmente denominado mapuche— van alternándose con el castellano y, para que podamos comprenderlos, la autora se ha encargado de recopilarlos todos al final del libro en un glosario. En la novela, sin embargo, es un personaje —el más atractivo y sugerente de toda la historia— quien se ve obligado a asumir esta labor.

Se llama Kusirimay, pero todos la conocen como La Lengua, La Lengua del Capitán. Kusirimay es una indígena yanacona, una mujer al servicio del inca que, después de la llegada de los españoles, pasó a servir a los conquistadores. Conocedora del castellano y el quechua y emparejada a la fuerza con Antón, la mano derecha del capitán, Kusirimay es el nexo de unión entre las dos culturas. La pieza clave para llegar a un mínimo entendimiento. Aun así, no se la valora. Como a ninguna de las mujeres que participaron activamente en este pasaje de la historia.

Decía la escritora Hélène Cixous que «es necesario que la mujer se escriba a sí misma: que la mujer escriba sobre la mujer y lleve a las mujeres a la escritura de la que han sido alejadas […]. Es necesario que la mujer se introduzca en el texto —al igual que en el mundo y en la Historia— por propia iniciativa». Consciente de esta realidad, en Desde el confín, María José Poblete ha tomado la iniciativa de hacer un justo homenaje a todas esas mujeres que, como Kusirimay, se dedicaron a traducir, luchar, parir, criar, cuidar, cazar, cosechar, cocinar o escuchar, entre otras muchas cosas. A esas mujeres latinoamericanas que fueron víctimas de una doble violencia: por indígenas y por mujeres. Y a esas mujeres que ayudaron a configurar una nueva sociedad que, gracias a ellas, ha conseguido mantener su lengua y la gran mayoría de sus costumbres hasta hoy.

Desde el confín es un relato poco habitual. Una novela que se sirve de las técnicas de la microhistoria para realizar una narración desde una mirada más cercana a la intimidad, a la cotidianeidad y a la vida privada de sus protagonistas. Un libro en el que forma y fondo van de la mano con el objetivo de hacer del pasado un lugar más cómodo. Esta vez, para todas y todos.

 


DESDE EL CONFÍN
María José Poblete
JOT DOWN BOOKS
(Sevilla, 2024)
208 páginas
18 €

Un comentario

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