La Taberna Flotante

El Gato Mammón

Taberna Flotante #29

«Il Gatto Mammone», de Dino Buzzati

En la Taberna Flotante entraban de vez en cuando animales de todo tipo, pero no solían hacerlo solos. Por eso el enorme gato atigrado que se subió de un salto a un taburete de la barra se convirtió inmediatamente en el centro de todas las miradas.

El tabernero se llevó un dedo a los labios y, con un gesto de la cabeza, le indicó a Chess que fuera al reservado que había al fondo de la sala. Tras dejar la barra al cuidado de su ayudante, la geisha robot, se reunió en el pequeño cubículo con el gato solariano, que le dijo sin preámbulos:

—Tu amigo Ijon II, que en cierto modo es mi padre, se ha vuelto loco. O siempre lo estuvo.

—¿Qué ha hecho esta vez? —preguntó el tabernero con un gesto de resignación.

—Se ha enamorado de una neurona.

—De la neurona que se hace llamar Neurena, supongo. Hay que reconocer que es encantadora. Haciendo abstracción de los tentáculos…

—Veo que estás al tanto.

—¿Al tanto de qué? —exclamó el tabernero, consternado—. ¡No entiendo nada!

—Pues pregunta. Yo lo sé casi todo. Y lo entiendo. O casi.

—¿Cómo es que has venido solo? ¿Dónde está Ijon II?

—Está allí, en el planeta al que llamáis Solaris. Yo he venido en su nave. Como en mi cerebro guardo sus recuerdos, puedo pilotarla perfectamente.

—¿Sin manos?

—¿Cuánto hace que no sales de este antro? Ahora las naves se pilotan con la voz, o con el pensamiento; solo en situaciones excepcionales se recurre al control manual.

—¿E Ijon I?

—También sigue allí.

—Te veo muy tranquilo. ¿Están fuera de peligro?

—Yo siempre estoy tranquilo, soy el gato de Chess Shire. En cuanto a tu pregunta, depende de lo que se entienda por peligro. No les pasará nada que no quieran que les pase. Lo cual, en el caso de Ijon I, que es maduro y responsable, equivale a decir que está fuera de peligro. Pero Ijon II es un insensato.

—Esa… Neurena. ¿Por qué una neurona desprendida de un supercerebro extraterrestre parece una mujer humana?

—Ese no es su aspecto habitual. Las neuronas solarianas parecen más bien calamares peludos. Se automodeló para resultar más grata a vuestros ojos. Y al parecer ha resultado demasiado grata a los ojos de Ijon II. En cuanto a lo de «desprendida»…

—¿Sigue formando parte del supercerebro?

—Sí y no… Será mejor que te ponga en antecedentes.

—Sí, por favor, enciende una lucecita en mi frente. Sé mi Gato Mammón.

—¿Gato Mammón?

—Creía que lo sabías todo.

—Casi. Pero eso suena a antiguo cuento terrestre.

—Sí, es un cuento tradicional itálico. El Gato Mammón es un gato enorme que infunde temor, pero concede deseos a las buenas personas.

—Me gusta. Luego me lo cuentas… Verás, las neuronas solarianas pueden estar en dos modos, que se podrían equiparar a vuestra vigilia y vuestro sueño. Con la diferencia de que su vigilia y su sueño pueden durar mucho tiempo, incluso todo el tiempo. En modo vigilia, la neurona es un individuo autónomo que nada libremente por el mar solariano. En modo sueño, se conecta con el billón de neuronas que en ese momento integran el supercerebro y pasa a formar parte de la mente colectiva. Grosso modo, se podría expresar así, aunque en detalle es bastante más complicado.

—¿Y por qué Neurena se identifica con una mujer?

—Porque, desde vuestro punto de vista, las neuronas solarianas se podrían considerar seres femeninos, ya que engendran en su seno a otros seres.

—¿De forma partenogenética?

—A veces sí. Y otras veces son fecundadas por el mar.

29 Comentarios

  1. Si la decisión de alguien maduro y responsable como Ijon I fuese la de ser asimilado por la red neuronal, no parecería una locura que Ijon II quisiera optar por lo mismo. Desde un punto de vista probabilístico sería bastante lógico, pues si una neurona entre un billón le ha causado tal efecto, tener acceso al mar de Solaris podria depararle una experiencia difícil de superar.

    Aunque es insensato tomar una decisión como esa bajo la influencia del enamoramiento, quizá el hecho de que Ijon I esté pensando en la posibilidad de «quedarse» también tenga algo que ver. Pero tiene razón Chess (resultaría extraño que no fuese así, tratándose de un gato con una sabiduría tan amplia), convendría asegurarse de que Ijon II es completamente consciente de lo que implica, pues quizá no haya pensado en algo tan simple e importante como que dejaría de poder visitar (y disfrutar de) la Tabernas Flotante.

    • Gracias, pfijo, por convertir la TF en un lugar de debate y no solo de esparcimiento. El tabernero (pronto revelará su identidad, se admiten apuestas) toma nota de hipótesis y sugerencias y agradece las aportaciones.

      • Si se admiten apuestas, tengo una propuesta sobre la identidad del tabernero que creo que es bastante sólida (no la podría asegurar al 100%, pero estoy casi seguro), aunque no sé si desvelarla podría destripar la sorpresa.

        • Haz tu apuesta tranquilamente, no diré si has acertado o no (de todos modos, está a punto de saberse).

          • Siendo así, sabré en breve si estoy completamente equivocado.

            Mi hipótesis sobre la identidad del tabernero es que se trata de un ciborco cuya principal componente humana es la de Italo Calvino. Ampliando la hipótesis, creo que una posible visita por parte de Doc Frankenstein a Oulipo podría justificar el origen del tabernero, o incluso de la propia Taberna Flotante.
            Aunque otra opción que me parecería muy interesante (aquí ya estaría lanzando otra posibilidad diferente) sería la de que la TF (lugar de visita obligatoria de Münchhausen) tuviese cierta similitud con Solaris, en el sentido de ser lugares de visita donde poder adentrarse e impregnarse del conocimiento de algunas mentes especialmente interesantes (en realidad, la transferencia sería bidireccional); pero creo que esta posibilidad posee un encaje menos directo.

            La justificación sobre IC se basa en un listado de elementos que han ido apareciendo a lo largo de la TF, pero es probable que, como ya me comentaste en una ocasión anterior citándome a Stendhal, me haya traído de nuevo mi propio bocata mental.

            De todos modos, estando equivocado o no (tras escribir estas líneas me doy cuenta de que probablemente estoy en el primer caso), me parece que también hay bastante de ti en el tabernero, así que espero que, bajo tu guía, nos siga manteniendo enganchados/as a la TF.

        • No vas desencaminado, pero no se trata de Calvino. Y digo que no vas desencaminado porque es alguien a quien admiro tanto como a IC y con quien he tenido una relación similar. Y por otra razón que de momento me callo. Una suposición muy sagaz, la tuya.

          • Yo no tengo ni idea de quien pueda ser, pero creo que podría y casi debería ser un clon ciborgánico de : ¡ Carlo Frabetti ¡
            Pero no estoy seguro de si lo admiras tanto como a Calvino, jaja. Por cierto,ya sé que es bochornoso pero nunca lo he leído. Mis lecturas pendientes me obligarán a vivir 127 años, ! sin ser un ciborg ¡. Saludos.

          • Coincido en que Carlo sería una opción muy buena. De hecho, en lo que llevamos de TF, siempre he imaginado a Carlo en el papel de tabernero, a pesar de que no cuadrase desde el primer momento, pues no creo que Carlo hubiese optado por la opción gravitatoria como explicación de que la Taberna levitase en las noches de trilunio.
            Creo que es alguien con amplios conocimientos literarios (entre otras cosas, es capaz de reconocer el poema de John Burgon), con mucha habilidad y rapidez para los cálculos matemáticos y con buenos conocimientos de física (conoce también la física relativista).
            Me parece que se trata de alguien de origen italiano o que ha vivido en Italia, porque conoce el cuento del gato Mammón.
            Y creo que debió fallecer antes de que Singapur fuese un centro económico de referencia.
            Hay muchos detalles a lo largo de la TF. La elección de Italo Calvino estaba relacionada, entre otros detalles, con el nombre del planeta y con la levitación de la taberna, pero estuve barajando diversas opciones (Lewis Carroll, Umberto Eco, Eugenio Calabi, Raymond Smullyan, el propio Carlo…), pero, en cada caso, algún detalle no me llegaba a encajar.
            Seguro que Carlo nos sorprenderá en breve.

          • Por cierto, otro que probablemente hubiese dado el perfil y que también consideré fue Enrico Fermi, pero tampoco me llegó a encajar porque no llegó a conocer la obra de Lem.

          • Y ahora que lo pienso mejor, no había caído en la posibilidad de uno de sus estudiantes, en particular, Pontecorvo. Bueno, me parece que ya he listado demasiadas opciones. Se ve que he sido influido por «Seis propuestas para el nuevo milenio» 🙂

  2. Hipótesis: un ingeniero (o ingeniera) polaco cuñado de Ijon Tichy diseñó, pongamos que en 1970 un sistema experto capaz de autoaprendizaje que Tichy, tal vez por error (o no) se dejó olvidado en un planeta ¿desierto? que llamamos Solaris. Dicho sistema evolucionó solo y sin ayuda hacía el mar inteligente que ahora conocemos. ¿Esta intentando con ayuda de un sospechoso gato gigante, absorber o incorporar a Tichy, a quien cree su creador, a su sistema, ya sea como premio o tal vez, castigo? Ahí lo dejo. Saludos.

  3. Por otra parte ¿si las neuronas solarianas son binarias descartamos que se trate de un superordenador cuántico? Esto avalaría la tesis de que fue creado en los 70. Pero dadas las ingentes capacidades de cálculo que se necesitan para crear un gato como Chess ¿podemos creer que fuera posible con tecnología digital convencional?

  4. A pfijo y joaquinillo:
    Ya me gustaría admirarme a mí mismo tanto como admiro a Calvino, a quien tuve el privilegio de conocer personalmente, pero os aseguro que no es el caso. Y, dicho sea de paso, creo que «Las ciudades invisibles» es de lectura obligada para cualquier amante de la ciencia ficción. También conocí y admiré a Buzzati, y lo traduje al castellano, pero tampoco es él. Caliente, caliente…

  5. Ten en cuenta que en el planeta Münchhausen casi todos ocultan su verdadera identidad.

  6. Convenzánse, estimados lectores. El que mueve los hilos es el pérfido tabernero, o sea Carlo, que no ha dudado, estando a los capítulos anteriores de enviar a Ijon II (¿Hijo?) al encuentro de Ijon I, sabedor que se autocancelarían como partículas con signo potencial opuesto, dando lugar al gato Mammón. No por nada el misterioso felino no responde a la pregunta del tabernero con respecto a la salud de Ijon I. Sabe que ya no existen. Hay que dudar siempre de aquellos que durante toda la lectura muestran signos de sorpresa, incredulidad, ognorancia o desaprovación. Son siempre los culpables. Y es muy probable que el tabernero sea la copia especular de un tabernero normal que se está vengando de su destino binario.

    • Sin duda es Carlo quien mueve los hilos y quien nos guía en esta fascinante visita a la mente de Lem y de otras personas tan peculiares y brillantes.

  7. En mi opinión, la lógica narrativa parecería necesitar alguna clase de relación entre el tabernero y Carlo. Ambos son una especie de mediums entre los dos mundos. ¿Pero quien nos asegura que la lógica terrestre funciona en la Taberna?

    • Hace un tiempo, un amigo me dejó un libro titulado «En busca de Klingsor». No lo leí completamente, pero recuerdo que en él se mencionaba una ley parecida a «Toda narración ha sido escrita por un narrador». Me resultó curioso ver esa ley en un libro como ese. Aparecía junto a otras, además de sus correspondientes corolarios. El escritor lo escribió a través de uno de sus personajes. Creo que en nuestro caso, Carlo mide muy bien lo que nos proporciona el tabernero y lo que aparece en la TF en general. Y lo mejor es que nos sigue sorprendiendo en cada nueva entrega.

      • Parece una obviedad, pero no es cierto: muchas narraciones no han sido escritas por un narrador, sino que se han ido conformando, a partir de sucesos reales o imaginarios, por acumulación de las aportaciones de muchas personas. Y esto vale tanto para los chistes y los refranes como para las grandes epopeyas de la humanidad. A estas alturas, casi nadie cree que la Ilíada sea obra de Homero ni que la Biblia la dictara Dios. En cuanto a sorprenderos, lo considero un efecto colateral: mi intención es invitaros a reflexionar y que, de rebote, me hagáis reflexionar a mí. Una narración por entregas puede -y debe- tener algo de diálogo, mientras que si se publica de golpe es un monólogo. Por eso valoro y agradezco tanto vuestros comentarios.

        • Tienes razón, Carlo. Es probable que el autor enunciase esa ley dándole otro sentido, o que simplemente estuviese equivocado. Yo únicamente había recurrido a ese recuerdo para remarcar que veía mucho de ti en el tabernero, aunque como bien había detectado joaquinillo, había una justificación basada en la relación existente entre la persona tras el tabernero y tú.

    • Bueno, esa relación existió: fui su editor en castellano durante muchos años y, aunque nunca llegué a conocerlo personalmente (cosa que lamento enormemente) intercambiamos cartas muy jugosas (eran tiempos predigitales) que aún conservo. T, de alguna manera, esa relación pervive en la TF. Muy sutil, joaquinillo.

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