Horas críticas

«Matrix»: palabras como llama centelleante

María de Francia en un manuscrito ilustrado. Bibliothèque Nationale de France.

matriz

Del lat. matrix, -īcis.
1. f. útero.
3. f. Molde de cualquier clase con que se da forma a algo.
8. f. Impr. Cada uno de los caracteres o espacios en blanco de un texto impreso.
11. f. desus. Escritura o instrumento que queda en el oficio o protocolo para que con ella, en caso de duda, se cotejen el original y las copias.

No es de extrañar que haya mujeres que a día de hoy sueñen —ya sea medio en broma o medio en serio— con la posibilidad de una utopía de sororidad donde los hombres quedemos excluidos, relegados, distantes o prescindibles. Tampoco es una idea nueva. En los últimos siglos de la Edad Media, las místicas se hallaron a sí mismas gracias al aislamiento y a la intensidad de una experiencia donde se hacía muy presente el yo. Gracias, sobre todo, a la escritura íntima y fuera de todas las convenciones de los géneros literarios, que hacía emerger su potencia visionaria, su voz poética y un universo simbólico cuyo imaginario se nutría del amor cortés y sus delirios, pero sin la figura insidiosa del caballero. Es curioso cómo en los últimos tiempos se ha podido descubrir en aquellas autoras, alejadas del ruido y la ira masculinos, una cierta vanguardia —intramuros— del feminismo, como ya advertían Victoria Cirlot y Blanca Garí en La mirada interior. Mística femenina en la Edad Media (Siruela, 2021). Entre otras cuestiones, ese magnífico ensayo analizaba la literatura como revelación en aquellas mujeres o «la imposibilidad de hacer cualquier otra cosa que no fuese justamente eso, escribir».

Así pues, detrás de esta tendencia a recuperarlas no solo se intuye un anhelo de rescatar ciertas ideas o una base espiritual, sino también formal. «Y las palabras que veo y oigo en esta visión no son como las palabras que suenan de la boca del hombre, sino como llama centelleante y como nube movida en aire puro», escribía Hildegarda de Bingen. Este tipo de imágenes son las que parecen también haber inspirado la escritura de Matrix (Lumen, 2022), cuya cautivadora prosa no nos deja soltar el libro mientras va abriendo ventanas secretas en nuestro interior. Su autora, Lauren Groff (Cooperstown, 1978), tras su celebrada En manos de las furias —todo un fenómeno en Estados Unidos—, vuelve a hacer milagros con su don de la palabra en esta novela en torno a la figura de María de Francia, y por momentos parece heredar sus visiones: al acabar de leer ciertos pasajes, dan ganas de ponerse de pie y aplaudir. Su escritura podría parecer efectista, pero fluye con genuina naturalidad. Uno de los muchos contrastes de su estilo: crudo y bello, fulminante y contemplativo, sensorial y asilvestrado, lenitivo y punzante.

La ficción histórica en que se encuadra esta novela, inspirada en la de escritoras como la inglesa Penelope Fitzgerald, da un salto de fe en Matrix y se revela como género-espejo en el que reflejar visiones contemporáneas de la existencia, la diferencia de clases, la vocación, el destino, las relaciones, la psique, el dolor, el deseo, la pasión, el activismo, la inspiración creativa/creadora y la capacidad de creer(se) que las cosas pueden cambiar. La idea de este libro le sobrevino a Groff cuando, al asistir a una conferencia de la medievalista e historiadora teológica Katie Bugyis sobre la liturgia medieval de las monjas, su cerebro «explotó en un arcoíris». La clave para la autora estadounidense no estuvo tanto en las pocas certezas biográficas que hay sobre María de Francia, como en su imprescindible colección de lais (poemas narrativos que constituyen de facto los primeros cuentos de la literatura europea) y el descubrimiento de la cotidianidad conventual de aquellas mujeres: «La vida en la abadía es el sueño. El conjunto de poemas que está escribiendo es el mundo», leemos.

Un mundo que la protagonista ansía descubrir cuando, con apenas 17 años, es desterrada como bastarda de la realeza a una abadía perdida y decadente; lo que, con el tiempo y aun cuando Marie nunca había sentido la llamada de Dios (acaso por su opresivo género), le será una bendición. Poco a poco y en exclusiva compañía femenina irá ampliando sus miras, primero como apocada priora y luego como grandiosa abadesa: un scriptorium para las primeras mujeres copistas, el cultivo de los campos, una enfermería para investigar y curar con hierbas medicinales, la construcción de la presa para un lago y el laberinto, símbolo de su verdadero sueño, que no es sino el de preservar la paz de su comunidad matriarcal, pero que también la cegará en su autoritaria e irrefenable voluntad de materializar una imaginación fuera de todo cauce. A diferencia de su mayor proyecto oculto, el amor, que existe para ella solo en tanto que ideal: «Para el rígido corazón de Marie, no puede haber otros enredos salvo los […] imposibles y distantes».

Aunque también se manifiesta, en todas sus vertientes —maternal, fraternal, compasivo, carnal—, en los afectos y cuidados que procura a sus compañeras, tan pequeñas a su lado, tan imperfectas, tan ingenuas y, sin embargo, tan valiosas para ella. La novela se expande en la construcción de esa galería de secundarias a las que el trazo de Groff concede entidad y aristas por lo que representan para Marie: desde la admirable y perturbadora monarca Leonor de Aquitania, objeto de deseo y rivalidad, quizá su única amiga/amor; a la oblata Wulfhild, hija postiza que le decepciona al sucumbir a la vida falsamente emancipada por un casamiento; pasando por la infirmatrix Nest, que le facilita en la clandestinidad la «liberación periódica de los humores», al igual que hace con otras monjas pecadoras. Del sentimiento por esas mujeres que la rodean (y la acaban temiendo por su tiranía revolucionaria y sus delirios de grandeza), aun enquistado y mezclado con la rabia o el rencor o el orgullo o la crueldad, extrae su valentía Marie, a la que podríamos aplicar las palabras de otra célebre mística, Beatriz de Nazaret: «Amor la ha hecho tan audaz que no teme ni hombre ni demonio, ni ángel ni santo, ni a Dios mismo».

La escritora Lauren Groff. Foto: Megan Brown.

Pese a la estructura biográfica desde su juventud interrumpida a la vejez iluminada, lo que vertebra Matrix son los lais de María de Francia y los muchos mensajes cifrados que Groff dice haber camuflado en símbolos y figuras del imaginario medieval: «Enviará su manuscrito como una flecha en llamas hacia su amada y, cuando dé en la diana, prenderá fuego a ese cruel corazón», escribe la autora estadounidense, como poseída por el espíritu exaltado de la poeta. Una prosa convulsionaria que adquiere todo su potencial cuando irrumpen en la narración sus visiones: «Un rayo le ilumina la yema de los dedos. Más rápido que la respiración le recorre las manos, la carne de los brazos, los órganos internos, el sexo, la piel, y se instala, puntiagudo y centelleante, en su garganta». La escritora del aclamado libro de relatos Florida (Lumen, 2019) sigue en estado de gracia y no ha temido ambientar su nueva obra en un mundo donde las palabras —lo que hoy llamaríamos el relato— muestran un poder que ni siquiera el rezo alcanza. Algo que la acerca al mundo de hoy.

Los cantares de Marie y de las místicas eran subversivos porque se asomaban a su abismo interior corriendo todos los riesgos posibles, incluido el de imaginar una vida distinta para ellas y sus compañeras. La conquistada soledad del acto de escribirlos, y de que otras mujeres los pudiesen leer y reproducir, es lo más parecido al amor verdadero, el amor libre, que en este contexto equivale más al deseo desatado que a su consumación y fin. Pocas personas mejor que las mujeres enclaustradas conocen las formas del deseo contenido y domesticado, pero libre de amenazas, una vez que les ha sido revelado privadamente. Como se le reveló a María de Francia y según Lauren Groff lo expresa, a través de su evocación, que es tan real como el hermanamiento a través de los siglos: «Quizá el canto de un pájaro en una cámara real sea más precioso que el del pájaro silvestre porque la propia cámara lo amplifica. / Quizás el aire libre que le da al pájaro silvestre su mejor canto en realidad limite el alcance de su oración. / Qué revelación tan pequeña. Qué asombrosamente modesta. Aún así, podría bastar como motor vital». Y les ha bastado.

 


 MATRIX 
Lauren Groff
LUMEN
(Barcelona, 2022)
296 páginas
19,90 €

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*