Herta Müller, de Rebeca García Nieto (Zut Ediciones)
El lugar y el contexto histórico en que se nace son siempre decisivos, pero en el arte, además, pueden ser claves para configurar una trayectoria, un estilo. Es el caso de Herta Müller, descendiente de suabos emigrados a Rumanía que, tras sufrir en ese país la persecución de la dictadura comunista, emigró a Alemania para seguir denunciando sus atrocidades. La colección Vidas Térmicas de la editorial malagueña Zut publica esta biografía de la autora, cuya vida puede considerarse en sí misma novelesca a la manera dolorosa e intrigante, pero sobre todo plenamente reveladora de la condición humana, de algunas de las obras fundacionales de este género. «Herta Müller siempre me ha parecido una escritora excepcional, pero sentía que en sus libros había algo más de lo que yo veía. Ahora sé que esa otra parte que se me escapaba está en su biografía», escribe Rebeca García Nieto, quien enriquece su relato con menciones a autores como Michon, Nabokov, Kertész, Jelinek, Coetzee, Steiner, Bonilla o Roth, por citar algunos. La escritora, traductora y doctora en psicología demuestra la sensibilidad necesaria para captar y amplificar un relato existencial como el de Müller, indagando en las imágenes que han alimentado las tragedias privadas presentes en sus textos y que han forjado una de las trayectorias literarias más potentes de las últimas décadas. Para ello se vale de un estilo franco y sin innecesarios alardes, en tiempo presente, que nos va conduciendo página tras página por la fascinante espesura de la vida y la obra de la autora rumana-alemana: «Aunque escribir no entraba en sus planes, ahora no tiene otro remedio. Los demás pasan a su lado como si no la vieran, como si no existiera, y ella necesita sentir que sigue viva». Y unas líneas más abajo: «Esa belleza atípica, escondida incluso en las palabras aparentemente menos literarias (¿sabían ustedes que las vigas metálicas tienen alma y alas?), será el mejor dique de contención frente a la sordidez que la rodea». Bajo el subtítulo Una escritora con el pelo corto, García Nieto pretende de alguna forma desmentir la aparente fragilidad de Müller y trasmutarla por la fuerza, la rebeldía y la búsqueda de la belleza de una mujer capaz de enfrentar arrolladores traumas y de impulsarse en ellos para componer una obra de «belleza desoladora».
Maestras del engaño, de Tori Telfer (Impedimenta)
«Solo las mujeres y los médicos saben cuán necesaria y bienhechora es la mentira», dijo alguna vez el escritor, Premio Nobel y librepensador Anatole France. Y pese al matiz misógino que algunos quieran advertir en esas palabras, no van por ahí los tiros del libro que nos ocupa, sino más bien al contrario. De un lado, estas páginas tienden a considerar que la falsedad y las artimañas que rodean estas historias reales tienen algo de arte y, desde luego, de seductora inteligencia, pues toda esta tradición de estafadoras, impostoras, embaucadoras o timadoras riman con el hecho de que eran también «extremadamente encantadoras». Si bien la autora reconoce que «el hecho de que nos encanten los timadores probablemente sea el mayor timo de todos los tiempos», no escapa a la habitual contradicción por la que «en lo más profundo, queremos ser ellas»; al fin y al cabo, no dejaron de ser mujeres deseosas de liberarse de las constricciones que la sociedad les imponía. Pero, sobre todo, todas fueron urdidoras de exquisitas intrigas: desde la condesa de La Motte (1756-1791), artífice de un gran escándalo social y político que acabaría afectando al reinado de Luis XVI, con una estafa en la que implicó a la mismísima María Antonieta, hasta Sante Kimes (1934-2014), quien pasó la mayor parte de su vida tomando prestados dinero, objetos caros y bienes raíces a través de intrincados engaños, incendios provocados, falsificaciones o directamente robos, hay lugar en este libro para todo tipo de mujeres arteras: las visionarias, las fabuladoras, las trotamundos… La escritora y periodista Tori Telfer, habitual colaboradora en medios como The Atlantic, Vice o Rolling Stone, acomete con este su segundo libro tras el estupendo Damas asesinas, y aplica el tema en el que se ha especializado, sobre todo a través de sus diversos pódcasts, en los que trata de dilucidar por qué las mujeres han cometido sus crímenes a lo largo de la historia. Maestras del engaño es una absoluta recomendación para fans de los relatos en clave true crime, que tan fascinantes nos resultan y que con tanta elocuencia acaban hablando, más allá del innegable componente morboso, de esta sociedad en la que todo acaba siendo, tarde o temprano, mentira.
El universo de Dostoievski, de Tamara Djermanovic (Acantilado)
Como cualquier lector sabe a estas alturas del año, se ha cumplido en este 2021 el doscientos aniversario del nacimiento de uno de los más importantes e influyentes escritores en la historia de la literatura. No se discute que Fiódor Mijáilovich Dostoievski (1821-1881) es uno de los mejores, el más certero al menos, analistas de la condición humana, habiendo sido capaz de alumbrar en sus novelas aquellos rincones más reconditos de nosotros, donde se alojan los dilemas morales más complejos, los pensamientos y las emociones más oscuros y también los más elevados. Una forma de entender el mundo que no ha perdido un ápice de vigencia y que, incluso, en su capacidad visionaria sigue definiendo a la humanidad actual en cada uno de sus cruces de caminos morales: «Muchos lectores citan Crimen y castigo como la primera novela que les atormentó el alma. […] A veces cuesta establecer una distancia prudente», señala la escritora, profesora de Estética y especialista en las literaturas eslavas Tamara Djermanovic, en este homenaje o invitación a conocer la obra del genio ruso. La autora serbia se doctoró en Humanidades por la Universidad Pompeu Fabra con la tesis Dostoyevski entre Rusia y Occidente (que publicaría Herder en 2006), y tras más de dos décadas de investigación en torno a su figura se propone ahora «contar lo que su humanismo trágico, su antropología espiritual y el mensaje sobre la “Belleza que salvará el mundo” pueden decirnos hoy en día». Un ensayo que su autora define como «personal», con afán no tan exhaustivo como divulgativo, y en el que invoca a otros expertos dostoievskianos entre los que figuran célebres firmas como las de Camus, Gide, Zweig, Steiner o Berlin. Destaca en estudio el antropocentrismo del escritor ruso, que puso el foco en el destino, no tan marcado por las circunstancias como por la propia libertad de elección: una suerte de «fatalismo y a la vez optimismo singular», que transmiten la idea de que, convenientemente armados de voluntad, es posible superar toda adversidad. «Este es el credo que origina el pensamiento dostoievskiano, de aquí sale y aquí regresa para cerrar el círculo y comunicar que la vida vale la pena ser vivida, a pesar de todas sus, a menudo, insoportables contradicciones». En Apuntes del subsuelo, Dostoievski escribió: «Te cubrirán rápidamente de húmedo barro azulenco y se irán a la taberna… Así acabará el recuerdo de tu paso por la tierra». No ha sido el caso de Fiódor Mijáilovich.
No borrará la ausencia tu memoria, de Pascual Garrido (El carro de la nieve)
«Después de todo, todo ha sido nada / a pesar de que un día lo fue todo. / Después de nada, o después de todo / supe que todo no era más que nada». Estos contundentes versos de José Hierro abren un libro bastante atípico en los asuntos que aborda, pero sobre todo en la forma en que se van desplegando a través de lo literario. Escrito a modo de diario novelado, su autor se sirve de un juego de referencias temporales, localizaciones y sujetos narrativos diversos para construir un relato protagonizado por dos singulares almas que colisionan. Por un lado, la de una joven bipolar, que admite: «Me gusta vivir en los bordes, amo el vértigo. Aunque debo reconocer que alguna conmiseración de mí misma me viene a veces, en las malas épocas». Por otro, la de un actor que busca a aquella con auténtica devoción y del que se cuenta: «Una vez que se convenció de su enamoramiento se sintió impelido a comunicárselo. Lo hizo a la manera franca en que él hacía todo, no entendía otra cosa que el habla directa, hablaba solo si era estrictamente imprescindible». Pascual Garrido (Jaén, 1945), que atesora ya una notable y longeva trayectoria moviéndose con soltura entre la poesía y la novela, ofrece aquí una excelente construcción de ambientes y una gran capacidad para dibujar personajes secundarios en los que ancla el relato a un cierto paisaje social y emocional. Una novela «deudora de ideas filosóficas que los personajes expresan sin mencionar a sus autores», entre los que figurarían Montaigne, John Berger o Steiner. Y otro tanto puede decirse de la poesía de autores como Borges, Vallejo, Neruda, Antonio Machado, Blas de Otero o Pizarnik. Una lírica que despliega el propio Garrido en su prosa, especialmente al referirse al paso inexorable del tiempo que también hace mella en la memoria de los amores malogrados: «Radiante es la tristeza que amanece sobre mí, me envuelve como una malla de aire contaminada por esperanzas sin retorno. […] Era seguro el camino que a ti conducía pero ahora no lo distingo. Ahora solo puedo permanecer aquí, aquí donde la lluvia insiste en mi hombro entumecido, donde la tierra es fango y dolor el tiempo».