Comadrejas, de Alejandro Pedregosa (Cuatro Lunas)
Un personaje de Comadrejas confiesa que, antes de aterrizar en el infierno, creía saber lo que significaba perderlo todo: una familia, un país, unos amigos, e incluso el miedo a la muerte. Alguien que descubriría realmente lo que suponía que su mundo se derrumbara: «La noche que crucé el umbral de esta fortaleza perdí, en apenas dos horas, un abrigo de paño suizo, unas gafas de latón y todo el pelo del cuerpo. Entonces sí, realmente sentí que lo había perdido todo». Durante la Segunda Guerra Mundial, el escritor Jules Cottard es detenido en París por la Gestapo, deportado al campo de concentración de Mauthausen y destinado a trabajar en la cantera de un barracón de prisioneros españoles. Sabiéndose comadreja, porque su orientación sexual lo obliga a vivir con cautela en la periferia de la sociedad, y sometido a la crueldad nazi, Cottard comienza a incubar la ilusión de encontrar entre los deportados a Marcel, el amor que dejó en París. La suya es una de las tres historias que vertebran la novela de Alejandro Pedregosa, relatos que viajan desde los horrores erigidos por la Alemania nazi hasta las costas malagueñas, donde una ama de cría, Juana la Churra, se pregunta por qué ya no recibe nuevas cartas de aquel hijo de leche francés que la enseñó a leer. Emotivo y contundente, Comadrejas supone un logro narrativo, el de alumbrar una chispa de esperanza en uno de los contextos más inhumanos de la Historia.
APTO PARA:
Lectores en busca de historias que sacudan el alma en el escenario más inesperado.
NO APTO PARA:
Negacionistas del amor en tiempos de guerra.
El cielo por conquistar, de Yudori (Planeta Cómic)
A mediados del siglo XVI, Amélie sueña con volar lejos de su encierro. Casada con un comerciante de la alta sociedad holandesa (Hans Aldebert) y atrapada junto a sus dos criadas en el hogar, como prisionera de una jaula sin barrotes, la joven católica procesa un anhelo por aletear libre tan figurado como literal: durante las prolongadas ausencias de su marido, investiga la naturaleza y sus mecanismos para tratar de construir pequeños artefactos voladores. Pero no es la única mujer sometida a cautiverio por Hans, porque tras regresar de una larga travesía mercante, el hombre se presenta frente a su esposa acompañado de una esclava sexual oriental. Una belleza exótica del otro lado del mundo, cuya presencia despertará celos y pasiones contenidas en la mujer de la casa. Entretanto, los comerciantes y nobles de Holanda comienzan a mirar a los cielos fantaseando con abrir rutas a bordo de vehículos aéreos, una nueva posibilidad propiciada por un ingenioso artefacto volador que, para sorpresa de todos, Hans dice haber inventado. El cielo por conquistar (traducción de Albert Agut Iglesias) supone la nueva novela gráfica de la surcoreana Yudori, quien se dio a conocer mundialmente gracias al estupendo webcómic Pandora’s Choice. Una autora tan competente en el trazo, donde combina el estilo del manga japonés con el barroquismo del cómic europeo, como eficiente a la hora de crear una historia cautivadora, repleta de sororidad, sensualidad y miradas al cielo.
APTO PARA:
Corazones con alas y amantes del manga en busca de firmamentos inexplorados.
NO APTO PARA:
El tipo de persona que afronta la vida con las persianas bajadas.
Escenas del exilio español en México (1937-1962), de James Valender (Renacimiento)
James Valender nació en Inglaterra, se doctoró en Estudios Hispánicos y a los 22 años decidió cruzar el océano Atlántico para asentarse en México. Emigrante voluntario, allí se dedicó a estudiar las historias de otro tipo de exiliados que atravesaron las mismas aguas años atrás: los intelectuales y artistas españoles que buscaron refugio en suelo mexicano cuando las cosas se pusieron oscuras en su país natal. En Escenas del exilio español en México (1937-1962), Valender repasa las desavenencias de una tropa de personalidades del mundo de la cultura condenadas a elegir entre vivir anhelando la patria abandonada o tratar de integrarse y beber inspiraciones en su nuevo refugio. El volumen recoge ensayos que orbitan en torno a las figuras de Concha Méndez, Emilio Prados, Ernestina de Champourcin, Juan Rejano, Manuel Altolaguirre, Luis Cernuda y Max Aub; e indaga en las relaciones que entablaron tanto con sus anfitriones más eminentes, autores como Octavio Paz o Agustín Velázquez Chávez, y con aquellos españoles ilustres, como Dámaso Alonso o Gerardo Diego, que se escapaban a México cuando les era posible. Una obra tan amarga como reveladora: el propio Valender explicaba que cuando algunos de aquellos huidos lograron volver a España, su país había cambiado tanto como para resultar irreconocible y el mismo exilio se había acabado convirtiendo en su verdadera patria.
APTO PARA:
Historiadores en busca del paradero de las plumas exiliadas.
NO APTO PARA:
Nostálgicos de cualquier cosa donde la palabra «nostálgico» representa un eufemismo y no un sentimiento.
Los límites de la ciencia, de Javier Argüello (Debate)
En octubre de 2021, el escritor argentino Javier Argüello visitó el CERN, el laboratorio europeo que aloja el mayor acelerador de partículas del mundo, para compartir tardes y charlas con los físicos del lugar. A finales de noviembre del mismo año, fue invitado por el Donostia International Physics Center para participar en Mestizajes, un programa interdisciplinar que apostaba por difuminar la frontera entre el arte, la literatura y la ciencia. El tema principal de aquel encuentro abordaba la belleza, y la ponencia que realizó Argüello en San Sebastián nació como fruto de la visita, semanas antes, a las instalaciones del CERN. Rodeado de científicos, en el subsuelo de la frontera francosuiza y frente a un anillo de veintisiete kilómetros de largo, el literato encontró la semilla para hablar del lugar donde se encuentra la belleza: en su propia búsqueda. Los límites de la ciencia recoge en sus páginas todo lo que Argüello expuso durante aquella conferencia; o, en palabras del propio orador: «Lo que voy a hacer es contarles tres historias y leerles un texto». Tres relatos sobre el mito de la diosa Mnemosine y sus musas, las revoluciones científicas y un hombre que contempla el cielo nocturno para tratar de entender el tiempo en el espacio. Y, a modo de cierre, un texto del físico alemán Werner Heisenberg. El resultado: ochenta y ocho páginas de una ponencia irrepetible.
APTO PARA:
Mentes con inquietudes científicas que entienden la importancia de dejarse engatusar por las musas.
NO APTO PARA:
Quienes son incapaces de comprender que existe belleza incluso en los rincones más subterráneos.