Horas críticas

«Flores y ruina»: 15 formas de abrazar el desamor

Existen ahí fuera tantas formas diferentes de afrontar un desamor como amores encontramos. Los hay que se van con la llegada de una nueva ilusión, otros que tardan un poco más en despedirse, y luego están aquellos que enraízan y te acompañan siempre, sin llegar a cerrar del todo la puerta. Pero todos, absolutamente todos, coinciden en contrariar la primera acepción que ofrece el DRAE al respecto: «desamor. 1. m. Falta de amor o amistad». Nada más lejos de la realidad. Para que se dé el desamor ha de haber, precisamente, algo de amor, aunque solo queden los últimos resquicios de lo que fue. Las ruinas. De lo contrario, estaríamos tratando otra cosa. Un desengaño, un desencanto, una desilusión, pero no un desamor.

Flores y ruina. Antología de relatos sobre el desamor (Dos Bigotes, 2024) reúne a quince autores y autoras que relatan esta experiencia a través de historias muy dispares entre sí, pero, al mismo tiempo, estableciendo ciertos paralelismos con los que no resulta nada complicado identificarse. Y lo hacen, además, vinculando todas ellas a través de un nexo común: las flores. Este elemento, que históricamente ha sido ligado al amor romántico, ahora parece querer representar la cara B de toda esa vorágine de sentimientos, tomando protagonismo de manera discreta pero constante a lo largo de la antología. Quince historias de amor que, después de todo, se marchitan, como las flores que poco a poco y con ayuda de unos personajes (algunos con más proyección que otros) se hacen con el control de las páginas. Tanto que, por momentos, llegan a convertirse en un personaje más que nos acompaña hasta el final.

Un tema universal, enfocado de la manera adecuada, que ha logrado reunir a quince de las voces más prometedoras de la literatura española actual para reflexionar sobre este asunto que no deja de perturbar nuestras rutinas, en mayor o menor medida, desde diferentes ánimos y lugares. No obstante, todos parecen concluir un punto común: que el desamor es trágicamente necesario. Amores (y desamores) envasados al vacío, de usar y tirar, de toda la vida, de levantar envidias, de cementerios, de cuestionarlo todo, de terceros y de discordias agrupados en una antología que, desde el comienzo, tiene el poder de hacernos ver los ciertos sinsabores de la vida de otra manera. Con asombro, valentía, recelo, nostalgia, pasión. Pero tratando de regar con cada relato el amor propio, y curándonos un poco más las heridas que no terminan de cicatrizar.

El escritor y poeta Luis Bravo es el responsable de coordinar esta obra en la que ha conseguido dar cabida a Julen Azcona, Vanina Bruc, Juan Gallego Benot, Aida González Rossi, Alba Carballal, Lola Tórtola, Layla Martínez, Mara Mahía, Flor M. Yustas, Bruno Ruiz-Nicoli, Ignacio Vleming, Alejandro Albán, Álvaro Llamas y Dimas Pryschyslyy para firmar con decisión un fin del amor amistoso.

Cada historia es un pequeño universo en sí mismo, con su propia personalidad, vocabulario y estilo, que, a pesar de ser ficticio, deja al lector con ganas de leer más. Como parece suceder en «Un pensamiento salvaje», de Lola Tórtola, el último relato de la antología. Con un lenguaje rotundo, cargado de sugerentes imágenes y manteniendo un ambiente de lo más tenso en todo momento, Tórtola juega entre la realidad y lo onírico, comparando las profundas heridas del desamor con las heridas y magulladuras físicas que sufre una sanitaria dedicada a coserlas.

También en estilo, lenguaje y en juegos de tensiones destacan, sobre todo, los que firman Alba Carballal (Bailaréis sobre mi tumba, Seix Barral, 2023) en «Contractura» y Julen Azcona (La última sauna del mundo, Dos Bigotes, 2023) en «Gárgaras en la espalda». El de Carballal, por su parte, hace especial hincapié en el fin del amor sin un motivo claro, tangible. De aquellas veces en las que la relación simplemente muere y da paso a otra cosa, a otro tipo de apego en el que uno se olvida de quién había sido, o de quién quería ser.

Y en todo momento, la autora gallega reflexiona al respecto sin alejarse de su particular sentido del humor y del sarcasmo que tanto la caracteriza, dejando joyas como la siguiente: «Enamorarse es como meterse por voluntad propia en un tanque ingrávido, me dijo entonces, pura anulación sensorial. Todo te huele, te sabe, te parece bien; tragas los mayores desmanes estéticos y hasta las obras del vecino de abajo te suenan como un directo de la Portuondo».

En definitiva, una antología que retuerce lo de dentro en un ir y venir de sensaciones que, de tan familiares, por momentos pueden llegar a abrumar y a engrasar (hasta cerrar) puertas que parecían encajadas (y menos mal). En «Los prodigiosos milagros del Niño Jerónimo», otro de estos quince relatos, Layla Martínez lo sintetiza de maravilla: «Que te recompongan los desamores son palabras mayores». Y es justo lo que logra este libro: recomponer, y mucho.

 


FLORES Y RUINA. ANTOLOGÍA DE RELATOS SOBRE EL DESAMOR
VV. AA.
Edición de Luis Bravo
DOS BIGOTES
(Madrid, 2024)
344 páginas
20,95 €

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