Conocí a Álvaro Cortina (Urdampilleta)
cuando bogaba atroz contra sí mismo.
Querían volver periodista al filósofo de la novela…
Prosa de mármol dúctil, jamás es teletipo.
Profundicé Deshielo y ascensión y noté
que toda ascensión desciende y que el deshielo
puede ser falaz. Cortina (Alvarito) sorprende
e inflama y sus amigos hacemos sonetos
porque somos incapaces de alcanzar, bordar, su
facundia de sabia letra y libertad total.
¿Novelista? Tal vez no. Literatura caudal.
Garravento atrapa, como enmurallaba Abisal.
Entrar en estos libros es pura luz, toda
luz, y profana oscuridad de galaxia esencial.
Luis Antonio de Villena
Madrid, 4 de mayo de 2024