Horas críticas

Manual de instrucciones para el laberinto Umbral

Un manual de instrucciones. Y encima escrito por un amo de casa (como el propio autor se declara). A las distintas formas de estudiar la superficie y las profundidades del «planeta Francisco Umbral» se añade ahora este manual que el periodista y productor, además de amo de casa, José Besteiro (Riotorto, 1963) acaba de publicar con Renacimiento. Francisco Umbral. Manual de instrucciones es una recopilación ágil, sincera, algo gamberra y pop de distintos textos que, como en el manual de instrucciones de cualquier maquinaria compleja (y a estas alturas ya sabemos todos que Umbral lo es en grado sumo), recorren los engranajes más elementales que conforman tanto la vida como la obra del inimitable pero tantas veces imitado escritor. Uno de los rasgos más de agradecer de este manual es su valentía, su descaro, su total ausencia de decoro a la hora de definir los «conceptos Umbral».

Podemos decir con rotundidad que con el libro de Besteiro la nómina de textos sobre Francisco Umbral (1932-2007) se complementa desde un punto de vista muy distinto al ya disponible. Así, si queremos acceder a una información rigurosa, académica (no por ello falta de amenidad), bien referenciada y «bibliografiada», cualquiera de los textos de la profesora Bénédicte de Buron-Brun, probablemente la mayor experta actual en la obra de Umbral, será nuestra elección perfecta. Si por el contrario queremos zambullirnos en una visión puramente biográfica, aislada lo justo de la pasión que Umbral siempre levanta, tenemos que leer El frío de una vida de la experta en biografías Anna Caballé, libro este siempre rodeado de (bendita) polémica desde su publicación en 2004 (y que, por cierto, ha sido incluso recientemente reeditado por Debate con interesantes novedades en su prólogo). Sí, bendita polémica, hecha a medida del propio Francisco Umbral. Porque todo lo que pasa alrededor de la órbita del planeta Umbral no nos deja jamás indiferentes, siempre tiene esa salsa de lo vivo, de lo emocional/emocionante (con el pegamento de la barra umbraliana a todo trapo). Un (pen)último ejemplo de esta nómina podría ser el acercamiento que en su momento ofreció el filólogo Eduardo Martínez Rico, que nos puso ante un Umbral conversacional, entrevistado, hablador.

A toda esta ingente cantidad de información umbraliana (hemos nombrado las más relevantes, pero hay más; no se pierdan por nada del mundo la biografía, en formato cómic, del genial Lorenzo Montatore en La mentira por delante, de Astiberri), Besteiro añade ahora este manual cargado de actualidad, sobre todo en su forma de interpelar a los más jóvenes, a los más siglo XXI, con la inestimable experiencia que tiene el autor en su trabajo como productor tanto en cine como en televisión. El autor lucense, que demuestra conocer hitos actuales de la cultura, desde Daft Punk a C. Tangana, pasando por el mismísimo Kanye West, nos muestra a Umbral con novedosas imágenes muy de agradecer y que pueden abrir, ¡por fin!, a otros públicos su figura, todavía erróneamente cubierta por una pátina de ranciedad que ya es hora de que sea retirada. Entonces, para Besteiro, Umbral es «un Talgo que arrasa con las diligencias en que viajaba la novela socialrealista», «el monstruo Shrek» en su apariencia de monstruo pero tierno interior, «un afrancesado que duerme la siesta», el superdotado que se cuela en la fila de los que se portan bien, «un psicópata de la literatura», un «vasodilatador del estilo»…

Leyendo el libro, y dejándose llevar por esta idea de actualizar a Umbral, de aportarle referentes de la más rabiosa actualidad, se puede evocar una frase de una canción de Cupido (grupo de trap/electropop que seguro que a Besteiro le podrá interesar o que igual ya conoce) en la que se dice «y yo pensaba que tu cuerpo / era un laberinto sin salida / pero era cuando estaba dentro / ahora lo veo desde arriba», por la forma en que Besteiro se va aproximando al planeta Umbral. Y el propio Besteiro certifica esta imagen al final del libro cuando habla de «una visión de dron» y llega incluso, para cerrar con fuerza la justificación de otro libro sobre Umbral, a dejarnos reflejado en el texto su correo electrónico personal, con la esperanza de que al menos un millennial le escriba y le cuente su «experiencia umbraliana».

Quizá esta, digamos, precaución de Besteiro por acercarse a los más jóvenes (a veces, con un tono de maestro de la ESO, se dirige a los lectores como «niños» o pone a sus propios hijos como ejemplo de receptores) pueda ser una explicación válida para justificar uno de los puntos débiles de este libro: la repetición, a veces desesperante, de referencias o ideas que incluso aparecen en algún momento directamente calcadas en varios capítulos. Y llamamos a esto «precaución» porque igual a Besteiro le preocupa una lectura parcial, segmentada, de su libro, muy contemporánea, ya sabemos, y, como ocurre en los manuales de instrucciones, el autor quiere que el mensaje principal de cómo funciona la «máquina Umbral» quede bien claro y por esto lo repite con las mismas estructuras pero en idiomas distintos. Sin embargo, el lector que ose leer el libro de principio a fin, y encima de manera ordenada, la página 22 justo antes de la página 23 y así hasta el final, pasará por momentos en los que puede cansarse de ir oyendo lo mismo una y otra vez.

Otra de las cosas que pueden echarse en falta en el libro es que el autor, a nuestro modo de ver, no da la cancha que podría haber dado a sus vivencias personales con Umbral. A los intentos más o menos teóricos de analizar la relación del autor de Las ninfas con sus grandes monumentos literarios (de los consabidos Valle, Ramón Gómez de la Serna, Proust o González-Ruano a los más novedosos como Woody Allen), podrían haberse aunado más anécdotas como las que muy puntualmente, y postergadas al final del libro, cuenta Besteiro en su «roce directo» con el propio Umbral, con quien parece que tuvo una relación profunda y duradera.

Asumidas estas posibles debilidades, en el libro de Besteiro encontraremos, como decimos, esa visión del «laberinto Umbral» desde una altura lo suficientemente bien planteada, mezcladas en su justa medida erudición y ligereza, como para que salgamos de él con unas inmensas ganas de leernos todos los textos de Umbral que esta vida de prisas y cronómetros nos vaya dejando, que, al fin y al cabo, de eso se trata. Y de paso nos ofrece, como hemos dicho, una guía de aire desenfadado, bastante peculiar y necesario, de acercamiento a las fuentes de las que bebió Francisco Umbral para conformar su estilo y de paso su biografía, ya sea la real o la que fue inventándose a lo largo de su vida. En este sentido, nos parece muy brillante la herramienta de la que echa mano Besteiro al confrontar a lo largo de todo su libro a Pérez (el apellido del carné de identidad del autor homenajeado) con Umbral, el apellido artístico de Francisco/Paco.

En definitiva, José Besteiro, otro contagiado del mal umbraliano, nos ofrece en su Manual de instrucciones un conjunto suficiente de argumentos, planteados de una manera pertinentemente contemporánea, para que no queramos salir ya nunca de ese «laberinto sin salida» que es, que fue aquel Proust en vaqueros, Francisco Umbral.

 


FRANCISCO UMBRAL. MANUAL DE INSTRUCCIONES
José Besteiro
Prólogo de Ángel Antonio Herrera
RENACIMIENTO
(Sevilla, 2024)
348 páginas
24,90 €

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