Horas críticas

Libros de la semana #124

Recomendaciones literarias de la redacción de Mercurio

La risa de las mujeres, de Sabine Melchior-Bonnet (Alianza)

Si la comedia se alimenta de opresión, desengaño y humillación, solo las mujeres deberían ser graciosas, dice la protagonista de La maravillosa Sra. Maisel en la serie de Amy Sherman-Palladino. Es algo sintomático, sostiene este libro, que hacer reír haya sido durante demasiado tiempo patrimonio del hombre, debido a las convenciones y las represiones de género en cada época. La historiadora Sabine Melchior-Bonnet, formada en el Collège de France, repasa la trayectoria de una actividad subversiva y un gesto incontrolable, la risa, «contraria a la imagen de la mujer modesta y pública»: desde la figura bíblica de Sara a la escritora Marie Darrieussecq, pasando por Beatrice en la Comedia, las Mujeres en la ventana de Murillo, la ironía de Austen o el papel emancipador del humor reconocido por Woolf o Colette. Pero junto a ese ingenio, en este recorrido por el humor a través de los siglos se señala la consolidación de estereotipos: mujeres inelegantes, lujuriosas, sonrojadas, chabacanas, histéricas, infantiles, feas, tontas. Desprecios en aras de la decencia que no las han hecho abandonar un acto liberador que tiene su función social, que empodera y rompe tabúes. Sobre todo en tiempos recientes, las cómicas, burladoras y bromistas han dado prueba de lo que en última instancia puede significar la risa: una revolución. APTO PARA: Quienes se alegran de que cada vez más mujeres nos puedan hacer reír en público. NO APTO PARA: Jueces del humor rancio, que aún no le ven la gracia a que ellas se rían de todo (incluidos ellos).


Los demasiados libros 1972-2022, de Gabriel Zaid (Debate)

Esta controvertida obra comienza con una profecía: «De no frenarse la pasión por publicar, vamos hacia un mundo con más autores que lectores». Palabras escritas en 2009, pero que sin duda casan con esta era del mercado editorial desbocado. Por eso, y por el pretexto de los 50 años de un clásico contemporáneo que ha tenido varias ampliaciones y reescrituras, resulta pertinente esta edición conmemorativa de la colección de artículos del poeta y ensayista Gabriel Zaid en torno a la experiencia lectora y la industria del libro. Una historia de la «grafomanía universal» que, con lucidez e ironía, analiza la producción y difusión libresca desde el punto de vista cultural, económico y tecnológico. El autor mexicano distingue dos tipos de lectores: los que se sienten culpables o abrumados por lo no leído y los cultos que acumulan volúmenes sin tocar. También hay, dice Zaid, autores que publican para el currículo y quienes lo hacen solo de cara a las ventas. Pero tampoco hemos de quejarnos, advierte, pues por ahora este ecosistema permite cierta diversidad: lo importante no es que haya libros que lleguen a todo el mundo, sino que todos los libros encuentren sus lectores. Como demuestra este, muchos autores ya se plantearon el asunto antes, de Sócrates a Lutero, de Montaigne a Ibn Jaldún, que en el siglo XIV escribió: «Los demasiados libros sobre un tema hacen más difícil estudiarlo». APTO PARA: Lectores y lectoras críticas que se preocupan por hacer sostenible esta saludable práctica. NO APTO PARA: Avivadores del debate apocalíptico en torno al futuro del libro.


El último virrey: Queipo de Llano, de Manuel Barrios (El Paseo)

La reciente exhumación de los restos de Gonzalo Queipo de Llano, en la sevillana basílica de la Macarena, devolvía su figura a las primeras planas. Pero ya en plena Transición, el escritor y periodista Manuel Barrios (1924-2012) ofreció una enjundiosa semblanza del aquí apodado último virrey, junto con una crónica al detalle de un episodio histórico delicado como es el golpe de Estado de 1936, que hasta entonces se basaba en historiografía del Régimen o extranjera. Recuperado en esta edición actualizada y revisada, se trata de un libro pionero en la desmitificación de aquel militar impulsivo e inclemente y en el desvelamiento de su verdadero rol como pieza central del franquismo y de la terrible represión en el sur del país a raíz de la conspiración. El autor, hombre de radio, indaga en el uso de este medio por parte de Queipo en la gestación del motín y la propaganda del terror. Como se nota también el pulso de Barrios, incluido a finales de los 60 en la llamada Nueva narrativa andaluza junto a los Ferrand, Grosso, Quiñones o Bonald, en esta biografía escrita como una vibrante y vigorosa novela. A partir de fuentes y datos inéditos, El último virrey inauguró el debate en torno a un personaje cardinal y complejo de nuestro pasado aún sangrante, aunque el propio autor aconsejaba acercarse a su obra «sin rencor ni malas pasiones». Todo un reto. APTO PARA: Quienes se vean capaces de digerir con cierta distancia analítica la semblanza del caudillo jerezano. NO APTO PARA: Paladines furiosos de cualquiera de las dos Españas a las que se redujo el país.


Pequeño manual filosófico para personas emotivas, de Ilaria Gaspari (Paidós)

Al inicio de este libro, se nos recuerda que ya de niños aprendemos a «leer las emociones» en el rostro de quienes nos cuidan y que luego serán otros quienes lean las nuestras. Ilaria Gaspari, quien se dio a conocer gracias a Seis semanas con los filósofos griegos (2020) y que con Ragioni e sentimenti (2018) había indagado en la influencia de lo afectivo en todo lo demás, sigue cultivando un estilo entre el ensayo filosófico y autobiográfico para abordar la Vida secreta de las emociones —título original—. «La emoción continúa viéndose como un rasgo básicamente victimista», escribe sobre la mala prensa de cualquier síntoma de vulnerabilidad, ya sea porque lo emocional tiende a reabrir las heridas o porque se exhibe como si fuera una medalla. Más que una clasificación de psicología evolutiva, lo que hallamos en estas páginas es un recorrido por estas emociones de significado personal y privado, pero también universal (todos las sentimos y sabemos reconocerlas), como muestra su expresión literaria y filosófica: Homero, Spinoza, Martha Nussbaum, Ungaretti, Virgilio, Melanie Klein, Adorno o William Wordsworth, «uno de los primeros téoricos de las emociones en la era moderna», son algunos de los ejemplos aquí concitados. Sobre unas sólidas bases humanistas, el acierto de la escritora y pensadora italiana es dar su sitio a las palabras que nos permiten contar lo que sentimos. APTO PARA: «Los angustiados, los perdidos, los inquietos y los fragmentados», según la propia autora. NO APTO PARA: Winners y sobrados que ven en la expresión de la «emoción inconfesable» un signo de debilidad.

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