Cultura ambulante

Jon Mikel Euba: todo está por hacer

Una visitante en la exposición de Jon Mikel Euba. / Foto: Sue Ponce — CA2M

«De niño me contaron que el sistema que se utilizaba antiguamente para crear caminos transitables en una ladera consistía en cargar un burro con mucho peso y soltarlo en dirección a la cumbre. El burro, un animal que economiza de manera extrema la energía invertida, siempre describirá pendientes lo más horizontales posibles, que en zigzag le llevarán a la cumbre invirtiendo el mínimo esfuerzo en relación a la carga soportada. Una vez definido el camino por medio del animal, se traducía posteriormente para uso humano, ensanchándolo en lo que llamaban pistas». Son palabras con las que Jon Mikel Euba (Amorebieta, Bizkaia, 1967) contextualizaba, en 2021, una exposición albergada por la galería Carreras Múgica de Bilbao y titulada Animales que aguantan el peso de cargas misteriosas.

Aquel recuerdo anticipaba la indagación formal del artista multidisciplinar que, de forma similar, partía de cuatro elementos: un obstáculo (la ladera), un deseo (subirla), un instrumento (el burro) y un extra (la carga). Euba comparaba aquel camino zigzagueante al proceso creativo, que igualmente se rige por la fuerza de la gravedad, entendida esta no solo como fuerza física sino también simbólica. No en vano, el título mezclaba la anécdota de infancia con una expresión de David Foster Wallace en el excelso relato «En lo alto para siempre» (incluido en la colección Entrevistas breves con hombres repulsivos): «Y niñas-mujeres, mujeres, curvilíneas como instrumentos o como frutas, con la piel barnizada de color castaño oscuro, la parte superior de sus bañadores sostenida por frágiles nudos de cordón de colores delicados que aguantan el peso de cargas misteriosas […]».

El proyecto, que su autor considera como un continuo work in progress, se extiende ahora en la exposición que acoge el Museo Centro de Arte Dos de Mayo de Madrid, con un añadido al título: Animales que aguantan el peso de cargas misteriosas en entornos creados por fuerzas en oposición hace referencia a la tensión provocada por el choque entre las fuerzas del museo como cuerpo (el edificio) y el museo como ente (la institución). De hecho, Euba ya había declinado hace unos años la invitación, por parte del director del CA2M —y comisario de la muestra— Manuel Segade, de idear una propuesta en este espacio debido a sus propias características. Sin embargo, ha decidido acometer este proyecto entendiendo el contexto museístico «no como una condición dada sino como un espacio de producción».

Una de las salas de la muestra de Jon Mikel Euba. / Foto: Sue Ponce — CA2M

En realidad, hacía veinte años que Euba no exponía individualmente entre los muros de una institución. Creador conceptual que suele investigar el origen de las ideas, al mismo tiempo que artista de la acción y el cuerpo puesto a disposición de la obra, sus intervenciones de la última década se han alejado de los circuitos convencionales, tendiendo cada vez más hacia la práctica artística potencial: el planteamiento de un texto performativo que quiebra la relación lógica y cuyo fondo es la digresión en sí misma; como sucede en el clásico Vida y opiniones del caballero Tristram Shandy, de Lawrence Sterne, que al igual que en trabajos previos vuelve a servirle aquí de inspiración y que aplica al discurso del propio complejo expositivo.

Al fin y al cabo, una exposición como esta «puede utilizarse como un aparato que permita precipitar procesos para digerir pública y externamente el material con el que estamos trabajando». Así pues, Animales que aguantan el peso de cargas misteriosas en entornos creados por fuerzas en oposición, que podrá visitarse hasta el 23 de abril en el centro museístico madrileño, es resultado de una «larga rumia» a partir de técnicas diversas; desde una sensibilización a través de la imagen que evoca la vista imaginativa de Ignacio de Loyola a la ideación del movimiento antes de su ejecución, siguiendo el aprendizaje somático ideado por el científico de origen ucraniano Moshé Feldenkrais. O sea: la codificación en la estética antes que en la realidad.

Retrato del artista Jon Mikel Euba (Amorebieta, 1967). / Foto: Paula Lafuente

Con esa intención, Euba proyecta formas que documentan in situ una serie de gestos y de especulaciones sobre el espacio: el cruce de lo que denomina intensificadores (proyectos de intervención en el edificio), ralentizadoras (piezas escultóricas acopladas), oclusivas (prototipos planos o plantillas) y proyecciones (vídeos ensayísticos) compone un dispositivo que acoge acciones y obras como tales y que, al mismo tiempo, propone comentarios o anotaciones al pie. Partiendo de esas tensiones espaciales/institucionales que el autor detectaba en el CA2M y de las teorías del arquitecto —fallecido en 2022— Christopher Alexander («Las fuerzas que se pasan por alto no desaparecen por el hecho de que se haga caso omiso de ellas: frustradas, acechan soterradas»), Euba cree que cada sala representa una llamada a actuar y que, en ese sentido, su producción no deja de ocurrir de forma constante: «Mientras escribo esto que estás leyendo, estoy todavía diseñando las condiciones que produzcan los acontecimientos que serán los que terminen por definir las obras, la exposición. Todo está ya casi determinado y al mismo tiempo todo está por hacer».

 


 ANIMALES QUE AGUANTAN EL PESO DE CARGAS MISTERIOSAS EN ENTORNOS CREADOS POR FUERZAS EN OPOSICIÓN 
Jon Mikel Euba
Comisariada por Manuel Segade
Museo Centro de Arte Dos de Mayo de Madrid
Hasta el 23 de abril de 2023

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