Horas críticas

Libros de la semana #51

Recomendaciones literarias de la redacción de Mercurio

Confidencia de Domenico Starnone (Lumen)

«Pongamos que te confío un secreto íntimo, tan horrible que ni siquiera me lo he confesado a mí misma, y tú me confías uno parecido, algo que si saliera a la luz te destruiría para siempre». Con esas palabras, Teresa le propone a Pietro sellar un pacto inquebrantable mientras ambos permanecen amarrados en un abrazo de reconciliación tras una horrible pelea. Teresa tiene veintitrés años, Pietro tiene treinta y tres. Él es profesor y ella fue su alumna en el instituto. Tras graduarse, Teresa inició una relación con Pietro, un idilio que está a punto de naufragar por culpa de las continuas discusiones, la inestabilidad emocional de ambos y los tonteos con terceros. En ese momento, la confidencia de sus secretos más oscuros se presenta ante ellos como el último recurso, el más nocivo salvavidas para la relación, el acuerdo de no revelar al mundo el lado perverso del amante. Tras confesarse mutuamente, y reconocer la gravedad de sus revelaciones, Teresa y Pietro se declaran de nuevo su amor. «Nunca podremos dejarnos, estamos el uno en las manos del otro» sentencia él. Días después, con una cortesía inusual para aquella pareja conflictiva, ambos admitirían que su relación está agotada y, de común acuerdo, encauzarán sus vidas por caminos distintos. Con el tiempo, Pietro se comprometerá con otra mujer llamada Nadia, una persona que representa «lo opuesto a Teresa», pero el pacto realizado en el pasado, y las consecuencias que acarrearía de ser incumplido por su ex amante, le perseguirán durante toda su vida. Domenico Starnone, prolífico periodista, guionista y novelista napolitano galardonado con un Premio Strega, continúa en Confidencia explorando las grietas del amor y los recovecos de las relaciones humanas como ya hiciera en su novela Ataduras. Confidencia propone una función en dividida en tres partes, tres actos desequilibrados a propósito, el primero de ellos conforma el grueso del relato, y con tres narradores distintos que no siempre resultan fiables. La premisa inicial suena a gasolina para elaborar un thriller, pero lo que Starnone ha construido a partir del notable punto de partida de Confidencia es algo mucho más inteligente. Un relato, que se extiende a través de varias décadas y generaciones, sobre las obsesiones, la masculinidad endeble, las inseguridades personales, las dudas, la naturaleza del amor y las diversas capas de la lealtad. Una novela psicológica, presentaba por un trío de narradores que encierran sus propias sorpresas, donde lo verdaderamente importante no son los secretos inconfesables, sino el horror que supone el creer que estos puedan ser desatados en algún momento.


VRBS: Paseo arqueológico por la Roma antigua de Jean-Claude Golvin (Desperta ferro)

libro de la semana

Jean-Claude Golvin, hijo del notable historiador de arte Lucien Golvin, es un hombre licenciado en arquitectura y doctorado en arqueología cuya pasión por el mundo antiguo le impide estarse quieto: ejerce como director de investigación en el CNRS (Centre national de la recherche scientifique), trabajó como arquitecto en la restauración del anfiteatro de El Djem en Túnez, dirigió el centro de investigación franco-egipcio de Karnak y Luxor y participó como topógrafo en diversos emplazamientos arqueológicos a lo largo de la costa mediterránea. Además, desde hace más de tres décadas dedica la mayor parte de su tiempo a realizar ilustraciones con acuarelas de ciudades antiguas y medievales, dibujos donde Golvin refleja el aspecto que aquellas poblaciones lucían en sus tiempos de gloria. Un trabajo con pinceles meticuloso y muy admirado: más de un millar de sus dibujos y bocetos forman parte desde 2010 del catálogo del Musée de l’Arles Antique. Y el propio artista-arqueólogo junto a su mesa de dibujo se ha convertido en protagonista de numerosas exposiciones. En el terreno editorial, Golvin ha firmado una estupenda colección de volúmenes divulgativos (Viaje por el antiguo Egipto junto a Aude Gros De Beler, La ingeniería del ejército romano en colaboración con Gerard Coulon, Ciudades del mundo antiguo, Palacios imperiales de la Roma antigua con Catherine Salles o Herodes. El rey arquitecto junto a Jean-Michel Roddaz), obras a las que se suma el presente VRBS: Paseo arqueológico por la Roma antigua. «En Roma hay que convivir con las ruinas y cualquier paseo por Roma es un paseo arqueológico», apuntan Jesús Barba y Matteo Bellardi en el prólogo de VRBS, «El presente libro es uno de esos intentos de atravesar límites, es uno de esos posibles infinitos paseos arqueológicos por Roma». Con su excursión ilustrada, Golvin reconstruye con tinta, en un libro de gran formato, el pasado de una de las ciudades más notables del mundo. Entre las páginas, lo dibujos minuciosos recuperan las calles y las murallas originales, el abundante material fotográfico muestra el aspecto actual de cada una de las localizaciones, y los textos acompañantes sumergen al lector en la historia de cada edificación, su creación, sus funciones y sus reconstrucciones. Una ruta propuesta que visita el centro urbano de la Roma del siglo IV d.c. sin dejar muchos recodos inexplorados: circula por el conjunto de foros imperiales, el Palatino, el Tíber, los templos y santuarios más notables, los espectaculares coliseos y circos construidos por emperadores como Calígula o Majencio, la lujosa villa que Tiberio erigió en las costas del Lacio meridional, los mausoleos, el Tabularium, las opulentas estructuras palaciegas que disfrutaron Augusto o Nerón, la villa Adriana, o los puertos que permitían el acceso por mar a la urbe. En el fondo, todos los caminos llevan a Golvin.


La especie desbocada de Anthony Brandt y David Eagleman (Anagrama)

«Hay algo especial en los algoritmos que actúan sin que lo advirtamos. Somos miembros de un inmenso árbol genealógico de especies animales. Pero ¿por qué las vacas no coreografían danzas? ¿Por qué las ardillas no diseñan ascensores para sus árboles? ¿Por qué los cocodrilos no inventan la lancha motora?». Un neurocientífico, David Eagleman, y un compositor, Anthony Brandt, se presentan en escena esgrimiendo un argumento irrebatible: si en la actualidad observamos el comportamiento de cualquier tipo de especie animal no humana, desde un percebe a un simio, y lo comparamos con el comportamiento de esa misma especie hace diez mil años, descubriremos que resulta imposible encontrar diferencias evidentes entre ambos. Y en caso de haberlas, que aquellas han sido causadas, sin duda posible, por la influencia de los humanos sobre el animal o sobre su entorno. En cambio, si lo que hacemos es comparar al hombre contemporáneo con el hombre que habitaba el planeta hace miles de años, descubriremos que entre ambos apenas existen cosas en común al ser completamente diferentes el uno del otro. Porque la humanidad posee algo que le ha permitido desbocarse y evolucionar con una celeridad extraordinaria, algo que no tiene ninguna otra especie. Eagleman y Brandt están dispuestos a revelarnos ese algo. Y para hacerlo nos disparan la pregunta más extraña posible: ¿Qué tienen en común la misión de la NASA para salvar el Apolo 13 y las prostitutas desnudas que Pablo Picasso estampó sobre un lienzo? La especie desbocada lo tiene claro: la creatividad. El ingenio inagotable, la capacidad de innovar, la imaginación ilimitada. Ese es el algo que hace únicos a los seres humanos. Brandt y Eagleman se asoman al mundo para analizar la habilidad de crear, demostrar cómo funciona, cómo es posible desarrollarla y cuáles son sus límites. Y para hacerlo, observan, señalan y utilizan (salteando el texto con imágenes) en su discurso todo aquello que los rodea: desde los peinados de moda entre la sociedad, hasta las obras de arte cubistas, los robot futuristas, las keynotes de Steve Jobs en Apple, la pintura, la arquitectura, los techos de la Alhambra, el chocolate Nestlé, los paraguas, la Raspberry Pi, las obras de arte grabadas a nanoescala sobre granos de arena, la simetría de las alfombras persas, los experimentos de Ludwig van Beethoven, los tejemanejes de Google, la publicidad, los trajes de novia o la obra de William Shakespeare. La especie desbocada expone sus propias tesis sobre la creatividad, ofrece consejos para potenciarla, defiende que la ciencia necesita al arte, aplaude el pensamiento paralelo y habla de lo importante que es generar nuevas ideas. Y para sorpresa de pocos, lo hace de manera amena y tremendamente creativa. Porque tiene ese algo.


La historia de Aria de Nazanine Hozar (Salamandra)

1953, Irán, en el interior de una vivienda sin muchos recursos, una niña recién nacida espera en brazos de una persona que no es su madre a que alguien le otorgue un nombre. «—Mujer, ¿y esta criatura por qué no llora? —Porque tiene los ojos azules. Y está maldita como su madre». En el exterior del edificio, el padre de la chiquilla hace guardia, esperando sentado la oportunidad para matar al bebé. Durante la noche, entre la nieve y el frío, la madre escapa acarreando a la pequeña sin nombre y en dirección hacia los barrios ricos del norte de Teherán. Una vez allí, decide abandonar a la niña en un callejón. Poco después, un conductor de camiones del ejército llamado Behruz, escucha un llanto mientras regresa a su casa tras cumplir su jornada laboral y, persiguiendo el origen del lamento, localiza a la niña desamparada. Aquella misma noche, tras ser rescatada y acogida por Behruz, la recién nacida recibiría su nombre. «—Tú me cantaste desde aquel callejón […] ¿Sabes qué es un aria? Es como un pequeño cuento, como un grito en la noche. Si cantas un aria el mundo entero sabrá que estás ahí. Sabrá de tus sueños y tus secretos. De tus penas y tus amores. Te llamaré Aria, por todas las penas y todos los amores del mundo», sentenció el conductor, «Será como si nunca te hubieran abandonado. Y cuando abras la boca para hablar, todo el mundo sabrá quién eres». A lo largo de su vida, aquella chica crecerá bajo la tutela de tres figuras maternas muy diferenciadas: una persona maltratadora y egoísta; una dama acaudalada y generosa; y una mujer misteriosa y pordiosera. La historia de Aria no solo relata la vida de una mujer bautizada con un nombre de chico («Aria» en tierras persas tiene género masculino) en un mundo hostil contra el género femenino, sino que al mismo tiempo narra la historia, contemplada desde unos ojos infantes, de un país inestable que se enfrenta a décadas muy convulsas. Porque el relato de Aria avanza acompañada de los eventos que acabarían desembocando en la revolución iraní de 1979, aquella que instauraría la república islámica vigente hoy en día. La historia de Aria es también la primera novela de Nazanine Hozar, una mujer que nació en el 78, justo a tiempo para contemplar la explosión y las consecuencias de aquella Revolución que cambiaría su país: «Con la revolución llegó la opresión política y las dificultades. Poco después fuimos arrojados a una guerra con Irak. Mi infancia fue caótica» confiesa la escritora. Inspirada por aquel mundo en el que vivió siendo niña, e intrigada por la posición que ocupaban las mujeres en su país, Hozar comenzó a macerar en su cabeza La historia de Aria mucho antes de lograr darle forma: «Me volví muy curiosa y al crecer comencé a interesarme por el comportamiento humano, especialmente por lo que ha pasado tradicionalmente con las mujeres, su posición en el mundo y lo que pueden o no conseguir. Todo eso se fusionó y se acabó convirtiendo en este libro». Parece que le ha salido bien, porque la mismísima Margaret Atwood ha etiquetado la novela públicamente como «El Doctor Zhivago de Irán».

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