El espíritu de la cultura beat de los 50 tuvo en el libro The Americans, del fotógrafo Robert Frank, una de sus más fieles plasmaciones. Aquella obra, que anunciaba el fin de una era donde las imágenes habían sido símbolos de inmutables verdades, inspiró en la década siguiente a un gran renovador de la fotografía del siglo XX, Garry Winogrand (1928-1984). El centro expositivo KBr, que Fundación Mapfre abrió el pasado otoño, acoge una muestra en torno a este creador que, junto a sus coetáneos Diane Arbus y Lee Friedlander, formó el triunvirato de la fotografía callejera. Una corriente que, más allá de su vertiente documental, primaba el poder expresivo de la imagen para transmitir las desilusiones y los conflictos que siguieron a la prosperidad en su país.
La retrospectiva en KBr Fundación Mapfre sobre Garry Winogrand muestra una gran selección de sus icónicas obras de fotografía callejera y de eventos
El hechizo y la decepción, la aceleración y la observación extrañada e irónica de la sociedad norteamericana de aquella época se filtran en las 169 instantáneas —más 152 diapositivas a color inéditas en España— de un itinerario expositivo que recoge su trayectoria desde que, con 22 años, decidiera marcharse del hogar familiar para volcarse en su nuevo oficio. En muchas de sus estampas asistimos al caos urbano y a un retrato fragmentado de sus personajes y elementos principales o secundarios, todos ellos actores del bullicio: Winogrand se valía del gran angular y de los planos inclinados para mostrar el desasosiego en detalles que ni siquiera ocupan una posición relevante en el conjunto. Explotó la fuerza de la imagen como relato, pero no tanto por lo que contaban como por lo que ponían en cuestión; más una connotación moral que un comentario sociológico.
A lo largo de nueve secciones, accedemos a algunos de sus reportajes más representativos, como el que en 1964 emprendió sobre el paisaje (también humano) de Estados Unidos mientras los recorría en coche, captando su lado menos convencional. También sus fotos de los primeros 70, donde alternó la convulsa cobertura de eventos políticos en torno a la era Nixon con su particular visión de la sociedad del espectáculo, despreciando la formalidad de ambos proscenios para convertirlos en espacios de experimentación visual. Como en su posterior y casi postrera etapa en la que plasmó con igual nervio la emancipación social de la mujer y el ambiente cowboy de los rodeos. «A veces siento como si el mundo fuera un lugar para el que he comprado una entrada», dijo una vez Winogrand, mientras nos revelaba el espectáculo en todo su raro esplendor.
VISITA APTA PARA: Fans del american way of life y de su negativo fotográfico con toda la escala de grises.
VISITA NO APTA PARA: Quienes prefieran la composición estudiada a la naturalidad del gatillo fácil sobre lo cotidiano.
Garry Winogrand Comisariada por Drew Sawyer, Phillip Leonian and Edith Rosenbaum Leonian KBr Fundación MAPFRE, Barcelona Hasta el 5 de septiembre de 2021 |