Pedro Ortega, historiador del arte, investigador y divulgador especializado en el estudio de la ocultura, explora los misterios de la conexión entre lo visible y lo invisible en sus numerosos trabajos. Autor de obras como Arte y sociedades secretas y editor de la revista Mistérica Ars Secreta, Ortega combina el rigor académico con su pasión por desentrañar los enigmas de la cultura esotérica. Su nuevo libro, El Tarot en el Renacimiento. Entre la Historia y el Misterio, se adentra en los orígenes del tarot como objeto cultural, analizando su nacimiento en la Italia del siglo XV y su evolución hasta convertirse en una herramienta cargada de simbolismo, espiritualidad y fascinación universal.
¿Cómo surge tu interés por el tarot?
Todo surgió hace seis años, cuando una buena amiga y amante del Tarot, Victoria Braojos, insistió en que tenía que participar en el primer Congreso Internacional de Baraja y Tarot que iba a dirigir ella. Ahí surgió mi primer trabajo sobre el Tarot de Mantegna, una baraja muy singular fechada a mediados del siglo XV en el norte de Italia. Esto me dio pie a estudiar el nacimiento del Tarot en la Italia del Renacimiento y de ahí di el salto a tratar de comprender el desarrollo de estas barajas en la forma del Tarot de Marsella, para desembocar en la Francia del siglo XVIII donde tenemos la primera prueba del uso adivinatorio del Tarot.
Como historiador del arte y experto en cultura oculta, ¿cómo integras tus conocimientos en ambos campos a la hora de analizar y desentrañar el simbolismo del tarot?
El Tarot es un artefacto complejo y su estudio requiere un conocimiento «exotérico» que implica disciplinas como la historia del arte, la iconografía, la heráldica, las técnicas artísticas, etc. y por otro, el conocimiento «esotérico» que implica saberes como la astrología, la alquimia, el hermetismo… Yo conozco algo de ambos mundos, pero he de puntualizar que para este libro me he apoyado en estudios previos de investigadores que me han allanado el camino. Este texto tiene un setenta por ciento de divulgación y un treinta de investigación y aportaciones personales.
¿Hubo algún descubrimiento inesperado o sorprendente durante tu investigación para este libro que haya cambiado tu visión del tarot?
Podría decir que ahora el Tarot me merece mucho respeto. Se trata de un objeto poliédrico que todavía no ha sido descifrado en toda su dimensión. Hay muchos enigmas y misterios por resolver. Creo que todavía están por salir a la luz algunos tarots desconocidos que a buen seguro nos ampliarán la visión actual que tenemos del Tarot. Como hecho singular, mencionaré el Tarot Sola Busca de finales del siglo XV, que según uno de los investigadores que ha trabajado en él, pudo ser concebido como una herramienta para realizar magia talismánica, y con aspectos no muy positivos… También ha sido un descubrimiento para mí el Tarot de Leonora Carrington.
¿Qué relación personal tienes con el tarot? ¿Lo ves principalmente como una herramienta cultural, espiritual o algo más?
Te puedo decir que nunca usaré el tarot para la adivinación. En dos ocasiones en mi vida me han predicho el futuro, y fue además de eventos negativos y que se cumplieron a pies juntillas, por lo que no voy a tentar más a la suerte con el Tarot. Hecho este pequeño comentario creo que el Tarot tiene muchas capas, la cultural y la espiritual son dos de ellas, pero también está la vía terapéutica o la del autoconocimiento, por citar dos que están en boga actualmente.
Además de este libro, has explorado temas de ocultismo y esoterismo en otros proyectos. ¿Qué crees que hace del tarot un tema tan especial y fascinante en comparación con otros elementos de la «Cultura Mistérica»?
Pues la cuestión es que el Tarot, al menos en España, es un objeto maldito. Está muy vinculado a los tarotistas de esas cadenas de teletienda que por la noche sacan los cuartos a personas que sufren y no tienen consuelo. El Tarot es mucho más que eso y mi idea ha sido romper una lanza a su favor y mostrarlo como un objeto verdaderamente valioso y que merece la pena ser conocido en sus distintas perspectivas. Pero es que todo se une. Por ejemplo, Papus, de quien traté en mi libro Arte y sociedades secretas, es uno de los promotores del uso adivinatorio en su obra El Tarot de los bohemios. También Crowley, que ha protagonizado varios números de la revista Mistérica Ars Secreta tiene también su Tarot. Al final, las disciplinas que consideramos ocultas tienen muchas ramificaciones y están vinculadas entre sí.
En este punto quiero reivindicar los estudios sobre ocultura (la cultura de lo oculto) pues creo que es necesario conocer estas perspectivas esotéricas para comprender la historia del hombre en toda su dimensión. Y es que han sido muchos años en los que los estudios académicos han negado sistemáticamente el referirse a estas disciplinas. Esto está cambiando, afortunadamente, y cada día hay más estudiosos dedicados a la ocultura con todo el rigor científico.
El tarot ha evolucionado hasta convertirse en un fenómeno cultural. ¿Cómo ves el papel del tarot hoy en día, tanto en la cultura pop como en la espiritualidad?
Pues justo en ese punto es en el que cierro el libro. No he querido entrar en la cultura contemporánea y en su relación con el Tarot pues creo que se trata de un campo muy basto y que requeriría otro libro solo para él. Dicho esto, mencionar apuestas por el Tarot en la cultura popular como la exposición «La torre invertida» en La Casa Encendida de Madrid que arroja mucha luz a este aspecto. En lo tocante a la espiritualidad, honestamente creo que hay personas que tienen un don y que utilizan el Tarot de forma honrada para conectarnos con otro mundo que no sabría definir: otra dimensión u otro plano distinto del que consideramos real.
¿Cómo definirías la importancia de Milán y Ferrara en el nacimiento del tarot, y qué características específicas aportaron a las primeras barajas?
Es fundamental. De hecho el primer registro de unas «cartas de triunfos» lo encontramos en Ferrara. No obstante, las primeras cartas que conservamos son de Milán, los conocidos como Tarots Visconti. Es importante señalar que con este estudio sitúo el origen del Tarot en este contexto renacentista y no valido la teoría de que el Tarot tenga ascendencia egipcia, como a veces se comenta, pues no creo que haya una base documental para sostener esa idea.
En el libro mencionas la baraja Visconti-Sforza. ¿Qué simbología heráldica tienen las cartas y cómo representaban a las familias Visconti y Sforza?
El Tarot de los orígenes es un artefacto aristocrático: son barajas hechas a mano, con ricos materiales y que creemos que eran regalos. Este origen aristocrático queda patente en el elemento que indicas: escudos nobiliarios, lemas de las familias, personajes vinculados a cada estado… En el caso del Tarot Visconti Sforza representa la unión de dos linajes: los Visconti, tradicionales gobernadores de Milán son relevados por una familia plebeya que ganó su fama en las batallas, esto es, el linaje Sforza. Ambos tienen sus emblemas en distintos naipes de esa baraja.
Hablas de Bonifacio Bembo como el probable autor de varias cartas del Tarot Visconti-Sforza. ¿Qué papel jugó su trabajo en la construcción visual del tarot que conocemos hoy?
El papel de Bonifacio Bembo es el de un gran pintor que acomete un encargo nobiliario partiendo de unas instrucciones proporcionadas por su comitente. Su aportación es más estética que iconográfica, a mi juicio. Cierto es que va a establecer algunos cánones, pero las variaciones serán muchas, sobre todo en los siglos venideros donde el Tarot pase a Francia y con la imprenta se configure el Tarot de Marsella.
En algunos tarots como el Visconti-Sforza faltan cartas como «El Diablo» y «La Torre». ¿Cuál es la hipótesis sobre su ausencia y cómo afecta esta falta en la interpretación?
Todavía hay muchas incógnitas sobre la configuración de los primeros tarots. De hecho, el primer Tarot, conocido como Visconti de Modrone, sabemos que tenía más cartas de corte e incluso había más virtudes que en las barajas posteriores. Las hipótesis señalan hacia que el Visconti-Sforza tenía 78 cartas con los arcanos de El Diablo y La Torre que se han tomado prestados de otros mazos. El hecho de tener el Tarot Sola Busca, con 78 cartas y cercano en el tiempo, nos hacen pensar que efectivamente el Visconti-Sforza tenía las 78 cartas tradicionales.
¿Qué representa para ti el «arte de la memoria» medieval y renacentista en relación con el tarot? ¿Crees que sigue vigente esta conexión en el uso contemporáneo de las cartas?
Pensemos que en aquellos tiempos la mayoría de las personas no sabían leer ni escribir, pero sí que conocían perfectamente el significado de las imágenes. Por eso creo que en origen las cartas del Tarot no tenían nombre, todos las conocían por sus atributos. También, a través del «arte de la memoria» se transmitían los conocimientos, y aquí está mi hipótesis de que el Tarot de los orígenes pudiera ser también una herramienta educativa o «espejo de príncipes» para que los futuros gobernantes aprendieran sus primeras lecciones.
¿Cuáles fueron los elementos que tomaron los ocultistas franceses, como Antoine Court de Gébelin, del tarot, y cómo transformaron su significado hacia el ocultismo?
La cuestión es que en la Francia del siglo XVIII ocurren hechos significativos para esa ocultura que comentaba antes. Court de Gebelin es el primero (del que tenemos constancia) que postula que el Tarot es una herramienta para la adivinación. A su vez, se vive la llamada «Egiptomanía», furor por lo egipcio y fascinación por unos jeroglíficos mágicos que todavía no habían sido descifrados. Era muy tentador reivindicar el pasado oculto del Tarot y situar su origen mágico en el Antiguo Egipto. Esta vía la siguieron otros ocultistas como Alliette, Papus o Falconier. Ahí empieza el vínculo del Tarot con el ocultismo moderno.
¿En qué sentido influye el poema «Triunfos» de Petrarca en la construcción de los primeros tarots? ¿Cómo se relacionan los conceptos de los triunfos con las cartas del tarot?
Mencionaba antes que los primeros tarots eran conocidos como «cartas de triunfos» y esto se debe, muy probablemente, a que se inspiraron en los Trionfi de Petrarca. Y es que este insigne escritor estaba muy vinculado a la familia Visconti. Muy probablemente estableció su lema «A bon droit» (a buen derecho) y tras su muerte, su biblioteca se custodió en Milán por la familia Visconti. Estos vínculos hacen plausible la hipótesis de que el Tarot naciera de la traslación de los conceptos de los Triunfos de Petrarca a la baraja de cartas en forma de lo que conocemos como arcanos mayores.
Explicas que figuras del Renacimiento utilizaban el tarot como herramienta mnemotécnica. ¿Crees que estos usos siguen influyendo en cómo se percibe el tarot en la actualidad?
Yo creo que no. Desafortunadamente en la actualidad, la mayoría de las personas no utilizamos reglas mnemotécnicas porque lo tenemos todo a un click o a una mirada al móvil. Y respecto a la percepción del tarot, hay tanta libertad en su uso que el significado original de las cartas se ha desvirtuado en la mayoría de los casos.
En el Tarot Minchiate florentino incluyes los elementos alquímicos y signos zodiacales. ¿Cómo este tarot expande los significados y cómo crees que esto afectó su recepción en comparación con otras barajas?
Esta es una baraja curiosa. Se gestó en Florencia posiblemente a la vez que los Tarots Visconti, el Mantegna y el Sola Busca. Se trata de un mazo con 40 arcanos mayores en vez de 22 que amplia con los Cuatro Elementos, todas las Virtudes y los doce signos del Zodiaco. El caso es que esta baraja se ha utilizado durante siglos como un juego de azar y esto ha permitido que se mantenga viva hasta nuestros días. Por ello su aceptación ha sido mayor que la de otras barajas.
¿Qué papel desempeñaron las mujeres en las primeras representaciones del tarot y cómo se reflejaba su posición en la sociedad de la época?
Pues pese a lo que se pueda pensar, la mujer estuvo muy presente en el Tarot de los orígenes: el Visconti de Modrone o Tarot Cary Yale (el más antiguo conservado), que por desgracia está incompleto, contiene un mayor número de mujeres que los demás, tanto en las cartas de corte como en los triunfos. También tenemos cartas que encumbran a la mujer como la Emperatriz o la Papisa. Y en el Tarot de Mantegna hay mujeres en las series dedicadas a las Musas, a las Virtudes y a los Saberes. No me cabe duda de que el elemento femenino estuvo presente, al menor en los primeros momentos, en la configuración del Tarot.
Hay mucha influencia de culturas como la egipcia y la griega en el tarot. ¿Crees que este sincretismo cultural ayuda a que el tarot resuene de forma universal?
Si esas influencias están presentes es porque se habían asumido en el Renacimiento. En el libro mantengo que el origen del Tarot se da en el norte de Italia en el siglo XV y elementos clásicos o egipcios aparecen allí por pertenecer a la cultura occidental que estaba impregnada de elementos de la Antigüedad.
En tu libro, mencionas el trabajo de Leonora Carrington con su propio tarot. ¿Cómo crees que Carrington integró su propia cosmovisión y el eterno femenino en sus arcanos?
Leonora Carrington fue una artista excepcional y una gran erudita. En Europa se fijó en tradiciones paganas como la celta, que incorporó a su imaginario artístico. Con el tiempo, viajó a América y quedó fascinada por las culturas precolombinas que también permearon en su repertorio. Si lo ancestral lo unimos con lo femenino (la Diosa Madre) tenemos la vuelta a un pasado remoto en el que el matriarcado habría regulado la sociedad. Creo que este es el vínculo de Carrington con lo pagano y el eterno femenino.
¿Cómo transformaron los surrealistas, especialmente Dalí y Carrington, el significado del tarot en el siglo XX?
En primer lugar, señalar que Dalí y Carrington no crearon ningún tarot ex novo sino que reinterpretaron los tarots tradicionales, fundamentalmente el Tarot de Marsella. El valor de sus tarots reside principalmente en esa mirada surrealista que ambos aportan al Tarot y que los convierte en auténticas obras de arte.
¿Cuál es la importancia del tarot de Mantegna, a pesar de que, como señalas, no es exactamente un tarot? ¿Qué aportes trae su estudio a la comprensión de las cartas?
Para mí el Tarot de Mantegna es fundamental para comprender cuál fue el significado de los arcanos mayores o triunfos en su origen. El Mantegna tiene 5 palos de 10 cartas cada uno: el primero son las condiciones del hombre o Microcosmos y el último las estrellas o Macrocosmos. Entre medias: las musas, los saberes y las virtudes, que ponen en relación el Microcosmos y el Macrocosmos. Siguiendo esta teoría, los arcanos mayores, que son 22 serían tres grupos de 7 cartas más el Loco que no tiene número. Pues bien estos tres septenarios serían el Microcosmos, el Macrocosmos y las fuerzas que relacionan el uno con el otro. Esa es una de las propuestas que aporto en el libro.
Exploras la influencia de la alquimia y la astrología en el tarot. ¿Cómo percibes que estos elementos se manifiestan en la estructura de las cartas?
La alquimia y la astrología estaban muy presentes en el Renacimiento. La astrología la podemos ver en los naipes del Sol, la Luna y la Estrella o en todo el palo del Macrocosmos en el Tarot de Marsella. Y también en el Minchiate están los doce signos del Zodiaco. La alquimia y sus grados de iniciación aparecen en el palo de las condiciones del hombre del Tarot de Mantegna y es también plausible que esté oculta en el palo de Discos (que sustituye al de Oros) en el Tarot Sola Busca.
¿Qué papel juegan los elementos de la cábala en la obra de ocultistas como Papus, y cómo integraron el simbolismo cabalístico en el tarot?
Una de las innovaciones del Tarot en el siglo XVIII es su puesta en relación con culturas ancestrales sin un vínculo objetivo. En aquella época miraron tanto al mundo egipcio con sus jeroglíficos como al hebreo con la Cábala. Así, Papus por ejemplo, expone que los 22 arcanos mayores se corresponden con las 22 letras del alfabeto hebreo y surge ahí todo un repertorio de referencias cruzadas entre el Tarot y la Cábala.
En el contexto del tarot como herramienta de autoconocimiento, ¿qué relación encuentras entre los arquetipos de Jung y los arcanos mayores?
Este es para mí uno de los usos más interesantes del Tarot. Lo estudió a fondo Sally Nichols en su texto Jung y el Tarot. No es que Jung usase el Tarot, sino que su discípula trabó relación entre los arquetipos de Jung y los arcanos mayores. Si tí te enfrentas a una carta del tarot y estableces cuál es su arquetipo puedes ponerlo en relación contigo y así analizar algunos aspectos de tu personalidad.
Y por último, echo en falta que no hables de las famosas cartas de Magic: the Gathering ¿no crees que están muy inspiradas en el Tarot?
Tenía que parar en algún momento. El estudio del Tarot en el mundo contemporáneo es vastísimo. Me he dejado por el camino algunos tarots interesantes como el de H.R. Giger, el Stardust de David Bowie, el Tarot erótico de Milo Manara… pero es que hay cientos. La baraja de Magic obviamente se basa en el Tarot pero sus características de ser una baraja no acotada y orientada al juego de rol a mi juicio la alejan un tanto del Tarot. Si tengo ánimo, quizá en el futuro dedique otro texto al uso contemporáneo del Tarot y daremos cabida al Magic.