Cultura ambulante Analógica

«Partitura», de Silvia Bächli: música para los ojos (y no solo)

«To Have a Shelf Life» (2017), de Silvia Bächli, en la exposición Partitura. / © Belén de Benito – Centro Botín

El 23 de junio de 2017 se inauguraba el Centro Botín incluyendo en su menú la exposición más relevante dedicada en España a los dibujos de Goya. Siete años después, el espacio cultural santanderino sigue interesándose por esta disciplina con la primera exposición en nuestro país de Silvia Bächli (Baden, 1956). Partitura recoge varias décadas de su virtuosa producción, partiendo de una secuencia acompasada de dibujos abstractos —con formas, figuras y estructuras más o menos básicas—, colocados en distintas alturas y atravesando las diversas salas hasta conformar un relato. En tinta china, carboncillo, aguada o pastel, sus diseños dialogan entre sí a través del color, la textura o el tipo de trazo, que resuenan o contrastan al yuxtaponerse.

La muestra lleva por subtítulo Cada dibujo es un sonido, y hay algo de sinestesia en su obra, que apela a los sentidos más allá de la vista y a las sensaciones que hallamos en otros entornos o ámbitos, como la literatura. Bächli asegura que sus dibujos actúan, sus líneas narran; hay también algo performativo en su arte gráfico, como si cobrara vida y tres dimensiones. A partir de las formas también acuden las palabras, «¿cuáles vienen a la lengua?», se pregunta la autora. Una de las piezas destacadas es su instalación das para la Bienal de Venecia, inspirada por la poeta experimental Inger Christensen: «no consigo escribir nada / el papel está vacío como ayer / parece tan ensismismado / blanquecino y silencioso».

Pese a su abstracción, las obras de esta Partitura se vinculan en realidad a lo físico, a los movimientos y ritmos del cuerpo. Así, como explica la comisaria de la muestra Bárbara Rodríguez Muñoz (directora de exposiciones y de la colección del Centro Botín), las composiciones de la artista suiza «parecen cobrar vida: respirar, moverse, descansar o gritar» desde la pared. De las colecciones fragmentarias de Tische (Mesas), que abarcan cuatro décadas; pasando por Rotes Zimmer y sus expansivas cuadrículas; hasta sus más recientes creaciones, como Farbfeld (Campo de color), una gradación de piezas de diversa consistencia y luminosidad, o la instalación mural creada con Eric Hattan To Have a Shelf Life, que imprime líneas negras en una serie de baldas de estantería, dando lugar a una suerte de pentagrama virgen.

La sencillez y austeridad de la propuesta de Bächli contrastan con su desafío a los límites del papel, del muro, del mundo de lo visible, lo representable. Pero ese desbordamiento requiere el marco de un orden que la artista establece a partir de los detalles, los fragmentos, las grietas de su partitura. Una melodía que espera ser recibida en actitud modesta y contemplativa, que espera acoger las notas que le den forma y emoción.

 


 PARTITURA 
Silvia Bächli
Comisariada por Bárbara Rodríguez Muñoz
Centro Botín, Santander
Hasta el 20 de octubre de 2024

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