Horas críticas

Libros de la semana #158

Recomendaciones literarias de la redacción de Mercurio

Volver para contarlo, de Andrea Calamari (Paidós)

Como lo define su prólogo, a cargo del escritor y guionista Matías Bauso, este libro es «una historia literaria del viaje, del modo de acercarse, de abordar, lo novedoso y lo ajeno» o, con mayor precisión aún, «un atlas literario e histórico de las (mil y una) formas de recorrer, conocer y narrar el mundo». Se trata de una empresa ambiciosa si atendemos a su punto de partida, pero en estas páginas se ha encarado con la curiosidad de un niño y, también, la sabiduría de una lectora y una exégeta tan voraz como lúcida a la hora de conectar los diversos referentes, las coordenadas que, desde épocas y orígenes muy alejados entre sí, conforman toda una casta de descubridores y visitantes que siempre estuvieron de paso y, a la vez, nunca se fueron de aquellos sitios, pues condensaron aquellas esencias respiradas en sus crónicas. Andrea Calamari (Santa Fe, 1968), doctora en comunicación, investigadora y editora en Argentina de Jot Down, que nos ha deleitado a menudo con su serie El oficio de leer —en formato pódcast y web—, muestra en Volver para contarlo algo así como el oficio de viajar, o más bien el arte de recorrer el mundo, que es, en suma, el de abrir la mente. Por el camino, logra cartografiar toda una tradición literaria que va de Homero a Clarice Lispector, de Cavafis a Dante, de Heródoto a Ibn Battuta, de Anne Carson a Rebecca Solnit, de Hebe Uhart a Mark Twain, de Cortázar a Sei Shōnagon, etcétera, etcétera; este es un libro de etcéteras, una lista inagotable de posibilidades de desplazamiento. Como explica la autora argentina, «el viaje involucra el cuerpo y la mente, aviva fantasmas, genera preguntas, produce conocimiento» y, además, representa un hecho narrativo que desentraña una porción del planeta y la registra por escrito en base a una particular mirada. «La realidad de los viajes es la ficción que los cuenta», cita a su compatriota César Aira, otro de los insignes aludidos. A través de sus breves capítulos, que funcionan a modo de relatos o episodios de una gran epopeya, Calamari nos hace conscientes de que «cada punto del viaje es un sitio al que volver, una fuente de historias nuevas»; de ahí su carácter interminable. Al viaje, y del viaje, siempre se regresa, pero sin duda todos somos otros después del trayecto; como lo somos tras la lectura de este magnífico libro/expedición, que combina un fascinante despliegue de material bibliográfico, diverso y universal, con una asombrosa habilidad para narrar, con pulso tenso y evocador, estas extraordinarias aventuras exploratorias de quienes se rebelaron ante nuestra finitud, ansiosos siempre de atisbar nuevos horizontes. Para dibujarlos, pisarlos, escribirlos.


La imagen incesante, de Jordi Balló y Mercè Oliva (Anagrama)

¿Qué tiene que ver un reality show con un documental de naturaleza o con los reels de una cuenta en Instagram? Este ensayo trata de establecer una anatomía de los formatos audiovisuales diversos que han proliferado en las últimas décadas hasta nuestros días, diseccionando cómo reflejan aspectos de la sociedad que van de la identidad a los conflictos o las inequidades, la libertad de elección, el imaginario laboral, la erudición o el choque entre información y entretenimiento, la credibilidad y el poder, entre otros. Jordi Balló (Figueres, 1954) y Mercè Oliva (Alguaire, 1980), especialistas y docentes en comunicación de la Universidad Pompeu Fabra con amplio prestigio y trayectoria,  se han propuesto rastrear estos lenguajes y dispositivos desde el punto de vista de su impacto en el debate público y en los discursos vigentes, condensando «las principales tensiones ideológicas de nuestra época, marcada por el desmantelamiento del estado del bienestar y el avance del comercialismo y la individualización». Al contrario de la actitud que puede sugerir esta avalancha de impactos visuales diarios, La imagen incesante se detiene a analizar con minuciosidad y un enfoque transversal, que apela tanto a la sociología como a la filosofía, la «trascendencia y perdurabilidad» del flujo continuo de programas, concursos, talk shows, videoblogs o directos de redes sociales en la definición de la cultura y el pensamiento contemporáneos. Basta con echar un vistazo a su bibliografía y su exhaustivo índice de títulos mencionados para darse cuenta de la amplitud de miras —nunca mejor dicho— de este esfuerzo por entender la (hiper)representación del presente: de Didi-Huberman, Baudrillard, Sontag o Illouz a Bartra, Garcés, Carrión o Zafra; de Gran Hermano a Black Mirror, El Rubius o los true crime, pasando por Cronenberg, Kim Kardashian, Pasolini o Mary Beard, todo cabe en nuestras pantallas y todo tiene su conexión e interpretación en este ensayo capaz de abarcar la naturaleza mutante y netamente popular de estos formatos audiovisuales, en la que según los coautores reside su éxito. Un saludable y brillante ejercicio de reflexión y una inmersión en esa complejidad audiovisual presente «desde una óptica diversa que nos permite pensar las imágenes y las narraciones a partir de su capacidad para generar otras». Incesantemente, como una máquina que jamás se apaga.


Viaje a Irán, de José Tudela Aranda (Athenaica)

«En el mapa de un viajero, pocos lugares evocan tantas imágenes y tantos tópicos como puede hacerlo Irán», anuncia en su nota preliminar el autor de este libro, al que ha dado forma a partir de las notas tomadas de su recorrido por aquel país en 2013: en plena crisis diplomática debido al programa nuclear, en pleno Ramadán y en pleno mandato —aunque ya expirando— de Mahmud Ahmadineyad. Formado en ciencias políticas y en derecho, José Tudela Aranda (Madrid, 1962) es investigador, analista, docente y escritor, pero sobre todo es un consumado, audaz y apasionado viajero y bibliófilo, vocaciones que ensambla en esta mezcla de cuaderno de viaje, ensayo histórico —incluyendo la historia del arte—, crónica de actualidad y análisis sociopolítico y cultural. Sus pasos se inscriben, señala en su prólogo Juan Manuel Bonet, sobre las huellas de viajeros anteriores como Robert Byron o Roger Housden, pero también de pintores como Mark Rothko o Giorgio de Chirico y de fotógrafos como Ed Ruscha o Manuel Espaliú; estéticas que impregnan «un relato eficazmente hipnótico» por los jardines y los versos anclados en lugares legendarios como Teherán o Isfahán. Este Viaje a Irán hace parada en la memoria de este país, cuna de una de las grandes culturas y civilizaciones de la humanidad; en su posición geopolítica, que lo hace coprotagonista en el tablero estratégico contemporáneo; y en su conflictiva realidad social, que a la opresión de la dictadura ayatolá opone los movimientos por la liberación que han emprendido de forma más o menos reciente, y emblemática, colectivos históricamente sometidos; de forma singular, las mujeres, víctimas del régimen teocrático y de su restricción de libertades. Pero la prohibición, recuerda el autor, conlleva el germen de una revuelta y «nadie debe desdeñar la capacidad de rebeldía y la determinación de un pueblo que ha demostrado haber saltado las barreras que justificadamente impone el miedo». Tudela Aranda ofrece en estas páginas un concienzudo retrato de los contrastes y los claroscuros de Irán, pero también de sus fascinantes paisajes —naturales o erigidos— que se prestan a la contemplación y delectación, a la vez que desmonta no pocos tópicos, empezando por el de que se trata de un país desprovisto de color (pese a que contiene «los azulejos del mejor arte persa y las vidrieras de mezquitas y palacios»). Del mismo modo, aterrizar en territorio iraní despierta pronto al visitante la visión de «una sociedad más libre, menos ortodoxa y siempre educadamente amable».


España diversa, de Eduardo Manzano Moreno (Crítica)

En un texto de 1640, citado al inicio este ensayo, observa Baltasar Gracián que en España, «donde las provincias son muchas, las naciones diferentes, las lenguas varias, las inclinaciones opuestas, los climas encontrados, así como es menester gran capacidad para conservar, así mucha para unir». Resuenan esas palabras, cuatro siglos después, como excelente preámbulo a un repaso a la diversidad en todos los ámbitos de un país que, de algún modo, siempre ha estado roto o, más bien, se ha nutrido de un crisol cultural tan rico y tan plural que hoy es imposible entenderlo sin esa herencia. El investigador histórico Eduardo Manzano Moreno (Madrid, 1960), adscrito al CSIC y a diversos medios en los que, como en sus varios libros previos, difunde su labor, ha emprendido en España diversa una obra fascinante para reinterpretar ese conflictivo y complejo pasado nuestro, que tanta polvareda —ideológica— sigue levantando. Como explica en su introducción, «la historia de España se ha convertido en campo de batalla de las guerras culturales, que han reemplazado en nuestras sociedades avanzadas a las antiguas luchas de clases». De estos tiempos de polarización y exaltación de identidades, de trincheras y de juicios aleccionadores sobre el presente y sobre la memoria, pero también en respuesta al relato histórico canónico «sectario y poco integrador» que proyecta su sombra sobre musulmanes, gitanos, poblaciones precolombinas, herejes, disidentes políticos e ideas rivales, surge esta revisión que ya reclamaba Ramón y Cajal a finales del siglo XIX: desde la delimitación de su territorio y el «falso problema de la identidad de España» al tesoro de sus lenguas (incluyendo la importancia histórica de la poesía andalusí), pasando por las figuras de Isidoro de Sevilla o Bartolomé de las Casas, las falacias y malentendidos en torno a la conquista árabe, el mestizaje colonial y los indígenas, las sucesivas uniones y desuniones de España del XVII al XIX, las fracturas regionales y las violencias contra la diversidad. Con tanto rigor como ritmo narrativo, Manzano Moreno afronta estas páginas no desde una posición equidistante, sino diferente al habitual enardecimiento, que mira a España no como unidad triunfalista o perpetuo agravio, sino como nación «diversa y cambiante, paradójica e inesperada, compleja e inasequible a la simplificación». Todo un reto que este libro, al mismo tiempo erudito, accesible y emocionante, nos ayuda a superar con el fin de que empecemos a «salir de nuestro creciente ensimismamiento identitario».

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