En un suntuoso palacio barroco de La Rambla barcelonesa, que sirve de portal al Raval, tiene su sede La Virreina Centre de la Imatge, espacio consagrado desde 2007 al arte contemporáneo, en especial sus imágenes desde un enfoque ideológico y estético. Figuras internacionales como Pedro Costa o Chantal Akerman, pero también locales como Amèlia Riera, protagonizan exposiciones y actividades sobre cine, música, arquitectura, poesía o diseño, que conjugan pensamiento y activismo social para abrir el debate colectivo en torno a las derivas culturales (o sea, visuales) de nuestro tiempo.
Preservar y difundir el legado histórico de esta forma de arte y entretenimiento es el fin de OXO Museo del Videojuego en Málaga. Visitarlo no solo nos permite conocer su evolución desde los años 50 a través de sus títulos más icónicos, sino vivir en 3D la experiencia que entrañan. Si a esa zambullida en fascinantes universos interactivos sumamos un área donde comprobar las últimas tendencias del sector en el ámbito de la innovación y la vanguardia, tenemos un escenario sin parangón para amantes de los videojuegos y quienes tengan la suerte de descubrirlos a estas alturas.
Las artes visuales contemporáneas tienen un punto de referencia ineludible en el emblemático paseo del Borne de Palma de Mallorca: el armonioso edificio señorial Can Morell que, inaugurado en 1985 como Casal Solleric, es hoy epicentro de los mayores seísmos culturales de la isla. Sus tres plantas —conectadas mediante escalera imperial— acogen una gran diversidad de disciplinas en muestras como la dedicada hace poco a la pintora Dolores Sampol, y de eventos como el festival internacional Còmic Nostrum, así como ciclos especiales o intervenciones site-specific.
Primero galería, luego fundación y más tarde centro de artes visuales, en 2021 se estrenó en Cáceres el nuevo Museo de Arte Contemporáneo Helga de Alvear, que reúne la colección más importante de este ámbito en España: unas 3.000 obras, incluyendo ejemplares de movimientos tan singulares como el Light and Space Group o el land art. Junto a la exhibición de piezas, el espacio auspiciado por la diletante alemana —que este año ha recibido el Premio Patrimonio de la Humanidad— se dedica a investigar y educar en torno a la creación visual reciente, destinada a dejar huella en la retina.