Horas críticas

«Contrition»: no habrá reinserción para los depredadores

La historia de Contrition (Norma Editorial, 2023) comienza cuando una obstinada reportera recibe una llamada en plena madrugada. Marcia es una madre trabajadora, atrapada en un sistema capitalista lleno de gastos, facturas y largas jornadas laborales que apenas permiten a la clase media sobrevivir. Pero ella está decidida a vivir del periodismo, incluso aunque tenga que rehipotecar su casa con tal de perseguir su sueño. No cuenta con mucho respaldo por parte de su marido, un trabajador de gasolinera, pero su vocación y sus ansias de descubrir qué se oculta debajo de cualquier asunto la impulsan a investigar cualquier noticia por pequeña que sea.

Hank, el jefe de Marcia, le informa de que un misterioso incendio se ha producido en Contrition, un pueblo habitado por depredadores sexuales que viven señalados y con bajas posibilidades de reinserción. Esta es una de las primeras cuestiones que se plantean en este cómic: ¿y cómo podrían reinsertarse en la sociedad si son señalados y recluidos de tal manera? Pero si eso no fuera suficiente, ¿quién estaría dispuesto a tenerlos en su barrio? Marcia no tiene tiempo para estas cuestiones. Solo quiere saber qué hay detrás del enigmático incendio.

En Contrition, los pederastas viven en aparente calma. Llegan a la urbanización tras cumplir su condena y su conciencia oscila entre la culpa, la vergüenza y la voluntad de reintegrarse. Asisten cada domingo al oficio del reverendo Shaw en busca de guía espiritual y ocupan su tiempo realizando pequeños trabajos para la comunidad. Viven bajo el desprecio y el temor de la sociedad, y son pocos los visitantes que se aventuran a adentrarse en este funesto pueblo.

A partir de este planteamiento, la historia cobra vida y seguimos a Marcia a lo largo de su investigación. Paso a paso, iremos descubriendo más sobre los personajes involucrados, y en este aspecto, las viñetas de Keko juegan un papel fundamental. Su trabajo es eficiente y sintético, dotando de velocidad a una trama en la que la intriga se va desvelando de manera gradual. A través de los contrastes entre luces y sombras en las viñetas, se logra una historia ágil y comprensible. No obstante, los continuos flashbacks invitarán al lector a releer páginas y descubrir detalles que pueden pasar desapercibidos en una primera lectura.

La trama de Carlos Portela logra conectar el problema del bullying con la pederastia, y a través del personaje de Josh, un joven que sufre acoso por parte de sus compañeros, descubrimos lo peligroso que puede ser el acceso a internet para los menores. Los depredadores sexuales aprovechan la vulnerabilidad e inexperiencia de estos niños para convertirlos en sus víctimas. La falta de comunicación entre algunos de estos niños y sus padres, así como la falta recurrente de supervisión en los centros educativos, puede tener consecuencias devastadoras.

Esta lección nos llega a través de Josh, quien encuentra refugio en su ordenador y nos sumerge en una historia lamentablemente común en la actualidad. Son aquellos niños que deben navegar por internet a través de redes sociales, salas de chat y correos electrónicos, pero a menudo se enfrentan a peligros que les sobrepasan. Desde robos de identidad hasta extorsiones y una multitud de problemas con los que no son capaces de lidiar. Cuando se suma la falta de comunicación con sus padres, el acoso escolar y la frustración, estas historias pueden tener un desenlace trágico.

Contrition («Contrición»), el nombre del pueblo, define a los personajes. Un pueblo marcado por la sombra de sus habitantes, exconvictos en busca de una nueva oportunidad, personas que se enfrentan a los desafíos de la reinserción social. A pesar de haber saldado su deuda con la justicia, luchan por escapar de la estigmatización y el peso de sus propios remordimientos. Cumplen una pena anímica. Han dejado atrás la prisión, pero parecen llevarla consigo en sus mentes. Ni siquiera el arrepentimiento los libera del perdón.

El cómic teje estas problemáticas en una trama inquietante. Nos sumerge en un ambiente oscuro y opresivo, donde la redención parece inalcanzable. A través de personajes complejos y vívidos, exploramos la lucha interna de los protagonistas, su búsqueda de redención y su desesperada necesidad de ser perdonados, tanto por los demás como por sí mismos.

Contrition nos invita a reflexionar sobre temas profundos y urgentes de nuestra sociedad. Aborda la reinserción social desde una perspectiva cruda y realista, sin evitar los aspectos incómodos y perturbadores que rodean estos procesos. El cómic nos confronta con la oscuridad de la naturaleza humana y nos desafía a cuestionar nuestros prejuicios y juicios superficiales.

En resumen, Contrition es un cómic que trasciende los límites de la ficción. A través de su narrativa cautivadora y su estilo visual impactante, nos sumerge en un mundo donde la reinserción, el bullying y el perdón se entrelazan de manera inquietante. Nos deja reflexionando sobre las complejidades de la condición humana y la reinserción.

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