Artistas del hambre, feminismo «glitch» y otras ideas

Finales del siglo XIX: los que más adelante serán conocidos como Hungerkünstler («artistas del hambre») comienzan a recluirse en una celda de cristal, a la vista del público paseante, para representar un ayuno prolongado, por un módico precio. El presente libro, compuesto de una primera parte ensayística y una segunda en formato de cómic, presenta una historia cultural y una ficción gráfica en torno a estos creadores que, mediante su acción radical sobre el propio cuerpo, lo sometían a una metamorfosis. No en vano, fue Kakfa quien primero se inspiró en su figura —para componer un relato breve—, como más tarde lo haría el Cabaret Voltaire en sus performances dadaístas. El historiador, traductor y escritor Fernando González Viñas, con afán investigador y claridad divulgadora, recorre el hilo que va del doctor Henry Tanner en 1880 (quien a su vez se inspiró en la afamada ayunadora Mollie Fancher) hasta artistas contemporáneos de vanguardia como Marina Abramović o Abel Azcona, emparentando su renuncia a la de los antiguos ascetas que elevaban su espíritu al abandonar los terrenales placeres: místicos-religiosos encarnados en profetas, eremitas o fasting girls. Pioneros en el arte de morirse de hambre —un clásico del sector— como muestra de fuerza de voluntad, de victoria sobre la muerte y de expresión de lo que significa poner la vida en juego en pos de la obra definitiva, determinados «a llevar su idea hasta el final».

APTO PARA: Creadores a los que les rujan las tripas o que entiendan la vida como continua puesta en escena.

NO APTO PARA: Quienes, puestos a pensar en jaulas, prefieren las actuaciones de los monos de circo.

El glitch electrónico es un fallo casi inadvertido; el concepto se hizo popular en los videojuegos y en el arte, donde define la manipulación de datos o dispositivos con intención estética. Este ensayo se propone reconocer la belleza de ese error, «un desgarro en el tejido de lo digital» que suele desatar la ansiedad tecnológica al mostrar que no hay nada infalible en «las autopistas de la maquinaria maldita». Frente a las amenazas de la vigilancia y el saqueo de datos, la comisaria de arte y escritora Legacy Russell nos insta a socavar los algoritmos con un enfoque de género que ocupe el espacio —virtual— de lo descorporeizado. Por un lado, parte de su propia experiencia como ciberfeminista y mujer joven, negra y queer, aunque su aspiración es más esencial y cósmica que las reivindicaciones de identidad y representación. Por otro, recoge la obra de artistas contemporáneas que plantean alternativas a la tiranía del binarismo fabricada y mercantilizada por el capitalismo, como Juliana Huxtable, Anaïs Duplan, Sable Elyse Smith, Sondra Perry o Kia LaBeija. Feminismo glitch es un manifiesto de actitud punk que apela a las cualidades de la remezcla y el virus informático para, transitando de la vida online al mundo alejado del teclado, conducirnos hacia nuevos marcos y visiones: «Seremos todos los seres y todos los avatares, expandiéndonos en una furiosa totalidad de nuestro espectro».

APTO PARA: Gente furiosa con la deriva que han tomado las vidas online, y deseosa de reconquistarlas.

NO APTO PARA: Internautas adocenados, tecnófilos y acólitos de las plataformas.

La parte del fuego es el segundo poemario del joven escritor Pol Guasch, el primero que nos llega al castellano. Ya desde las dos introducciones que abren el libro —una ya incluida en el original catalán, y una nueva por la edición traducida—, el amor se erige como tema central, que sirve como recurso para desarrollar otras ideas relacionadas con el desarrollo del relato personal en torno al yo poético: «Todo lo desconocemos. Pero de todo / podemos contar aún la historia». Es lógico pensar que al final la historia de un individuo está muy relacionada con el amor, o con amar, pues cualquier tipo de relación humana está impregnada de este sentimiento; cuestión que se puede observar leyendo con la suficiente dedicación los excelentes poemas del autor tarraconés: «[S]é que se puede amar sin preguntarse por / qué se ama». Pero en lugar de quedarse en las primeras y más conocidas fases del desarrollo amatorio, Guasch piensa y codifica el hecho amoroso como un lenguaje de posibilidades vitales, las cuales enfrenta al propio yo poético: «[Q]ue nosotros huíamos de nosotros, ya lo sabemos». Sin lugar a dudas estamos ante una de las voces llamadas a enriquecer el panorama poético de nuestro país en los próximos años, un autor que en esta obra maneja con gran soltura las diatribas teóricas de las relaciones y que las presenta hermosas, simples y fundamentales.

APTO PARA: Quienes deseen conocer por qué el amor es un motor de cambio.

NO APTO PARA: Los que fingen no ser controlados por sus emociones.

Catedrático de Geografía e Historia, investigador social y ambiental, Francisco J. Tapiador presenta en este ensayo la síntesis o el colofón a un estudio geográfico nacional avalado por un trabajo de campo que desarrolló durante quince años. Recogiendo el testigo de La España invertebrada de Ortega y Gasset (que hace poco cumplía un siglo), lo releva en la ardua tarea de alumbrar una definición del país y diagnosticar algunos de sus problemas. A los males detectados por el filósofo —fanatismo, particularismos— confronta la propuesta de una tercera España que, para empezar, se reconoce española, aunque huya del patrioterismo; progresista y liberal, pero sin participar del cacareo ideológico. Apuesta el autor vallisoletano por el bienestar económico, la diversidad cultural, la cooperación regional y la concordia territorial, pues «no se trata de ser todos iguales, sino de poder ser diferentes dentro de un marco común». Bajo ese enfoque, somete al país a un análisis DAFO en toda regla, estableciendo una relación causal entre calidad de vida (o lo que es lo mismo: felicidad) e indicadores geográficos como su medio físico y la huella humana, sin escatimar elogios hacia sus «condiciones privilegiadas» para el desarrollo. Un libro a contracorriente por su templanza y sentido común, su voluntad de ver el vaso medio lleno; lo que, paradójicamente, es algo del todo atípico de España.

APTO PARA: Quienes estén dispuestos a superar la noción de las dos Españas.

NO APTO PARA: Exaltados de lo nacional y dóbermans de la ideología tuitera.