Horas críticas

Libros de la semana #98

Recomendaciones literarias de la redacción de Mercurio

Mitos errantes, de Tommaso Braccini (Alianza)

Este ensayo se centra en el estudio histórico de lo que hoy conocemos como leyendas urbanas, si bien el autor prefiere referirse a ellas en estas páginas como leyendas contemporáneas, como aquella que aseguraba que mezclar cocacola y aspirinas regala un mejunje más potente que el LSD (según cuenta el conocido del conocido de un amigo, ya saben). Tommaso Braccini, docente de Filología y Crítica de la Literatura Clásica en la Universidad de Siena, tiene en su haber numerosas publicaciones previas que analizan los relatos en torno al lobo, el vampiro o el orco devoraniños, entre otras historias del folklore. Mitos errantes. Leyendas urbanas de hoy y de siempre se propone demostrar su condición de migratorias a través del tiempo y el espacio, capaces de «echar raíces, como semillas llevadas por el viento, en los más diversos contextos», creando un puente entre nuestro mundo y el pasado: en este caso se remonta sobre todo a la tradición de la Grecia y la Roma antiguas, pero también la del medievo bizantino e incluso de la primera edad moderna. Desde las cloacas de las ciudades infestadas de pulpos monstruosos a los emperadores que conspiraban para quitar de en medio a los genios inventores de su época (y así conservar intacto su poder, se entiende), pasando ya arribado el cristianismo a los mensajes satánicos ocultos en oraciones de apariencia inofensiva, aquellas historias han ido mutando y adaptándose a sus tiempos. Braccini las confronta a algunos significativos casos actuales, especialmente en Italia, que aún hoy se hacen pasar por «inauditas novedades, signos de los tiempos, demostraciones de los riesgos y peligros del mundo moderno». De esa forma vemos que muchas de las noticias increíbles de hoy no son producto de las redes sociales, sino que han existido siempre. Como las fake news, las leyendas podían dar miedo o risa por igual, pero lo que perdura es esa «fascinación malsana que nos producen relatos ancestrales cosidos perfectamente sobre nuestras inquietudes». Este libro, tan riguroso y exhaustivo en lo histórico como divertido en su tratamiento de sus muy bien escogidos ejemplos, repasa «historias hechas para pasar por auténticas» sobre protagonistas genéricos o personajes famosos como Tiberio, Richelieu o Luciano de Samosata, conectados a temas como el covid, el 11-S, los alienígenas o Yahoo Answers. Además, traza la evolución de su estudio, de las fauses nouvelles a las urban legends, reivindicando los análisis de Jan Harold Brunvand, compilador de estos relatos a nivel global, o Bill Ellis, que tiró del hilo —invisible hasta entonces— entre una leyenda de los 80 en Estados Unidos y otra de la antigua Roma. La conclusión es que estas historias, «lejos de ser un producto específico de la época actual, no son más que la última expresión de historias que encarnan miedos e inquietudes universales». Las muertes prematuras, la presencia de lo diferente y los otros, las innovaciones silenciadas por el poder… las convierten en un antídoto para el cambio social, librándonos de cualquier responsabilidad o bien localizando un chivo expiatorio sobre el que depositar nuestra ira. Como señala Braccini, pueden ser rotundamente falsas, pero no siempre inocuas; ¿les suena esto de algo?


Las diseñadoras de la Bauhaus, de Marisa Vadillo (Cántico)

La mítica escuela de la Bauhaus, nacida en Weimar en 1919 y muerta en Berlín en 1933 a manos de unos doscientos policías nazis, representó un espacio pedagógico de influencia inaudita en la evolución del diseño industrial y gráfico del pasado siglo. La potencia de sus códigos visuales se impuso en paralelo a su capacidad de reflexión en torno los conceptos de forma y función, propiciando un enfoque transversal que congregaba a muchas otras disciplinas creativas. Pero, como en muchos otros ámbitos artísticos, un aspecto ha quedado invisibilizado en el estudio de aquel importantísimo vivero de arte y conocimiento: el papel de las mujeres en el colectivo, tanto en el alumnado como entre su admirado profesorado. Los célebres Gropius, Kandinsky o Klee estuvieron acompañados por creadoras que no le andaron tan a la zaga en el panorama internacional del diseño durante aquellos años; de hecho, como se señala en el inicio de este libro, fueron tan Bauhaus que todas «estuvieron igualmente perseguidas y castigadas sin poder ejercer una profesión en Alemania, exiliadas o exterminadas por las políticas del partido nacionalsocialista alemán». La diferencia es que ellas caerían en el más absoluto olvido. Las diseñadoras de la Bauhaus. Historia de una revolución silenciosa es un estudio pionero sobre aquellas pioneras, que convirtieron su insurrección estética en social o de género, trascendiendo el rol de «eternas intrusas o aficionadas» que la historia les solía reservar hasta entonces —y aún hoy lo hace; o mejor dicho, lo hacemos—. Por eso no es de extrañar que este ensayo de la doctora en Bellas Artes y docente universitaria Marisa Vadillo (Córdoba, 1976), quien también es artista multidisciplinar y ha expuesto su obra en medio centenar de ocasiones, haya tenido la repercusión que evidencia su trayectoria: nacida de una tesis reconocida con Mención Europea, publicada en sucesivas ediciones por la VEGAP (Visual Entidad de Gestión de Artistas Plásticos) junto con varios museos y entidades culturales alemanas, ahora nos llega de la mano de Cántico. Nacida hace veinte años, esta investigación hace un recorrido minucioso por la situación de la mujer y el diseño profesional a principios del XX, la relación de la Bauhaus con su alumnado femenino y, en sus dos bloques centrales, la nómina de talentosas creadoras que allí emergieron, así como el análisis detallado de sus obras desde un punto de vista contextual y propiamente técnico en términos de sus increíbles avances: diseñadoras textiles como Gunta Stölzl —de las pocas consideradas maestras en su época— o la muy prestigiada Else Mögelin, diseñadoras mobiliarias como Alma Siedhoff-Buscher, ceramistas como Marguerite Wildenhain-Friedlander, escenógrafas como Ilse Fehling y arquitectas como Annemarie Mauck, todas ellas mostraron su arte en los campos más diversos y hallaron su sitio en los principales centros internacionales dedicados a la creación de vanguardia. Es hora, por tanto, de rescatarlas de aquel lamentable olvido.


Democracia de trincheras, de Lluís Orriols (Península)

En 2010, con las consecuencias de la Gran Recesión aún coleando y un gobierno socialista que aprobaba el mayor recorte social de la historia para hacer frente a la deuda, dos estrellas de la tertulia televisiva más denostada debatían sobre sus intenciones personales de voto: Jorge Javier Vázquez se declaraba «socialista, pero sin Zapatero», mientras que Belén Esteban, que decía haber alternado entre socialistas y populares en anteriores elecciones, consideraba votar al PP porque el gobernante del PSOE había dejado en paro y bajado la pensión a su familia; «entonces voy a ver si con el próximo cambia», concluía. De esta anécdota catódica parte Democracia de trincheras. Por qué votamos a quienes votamos, un ensayo que tomando como referencia esos dos modelos, coincidentes en su ostensible descontento, compara al votante identitario, que decide «sintiendo los colores» de su partido, y el votante racional (lo crean o no, aquí representado por la Esteban), que emplea esta herramienta como forma de controlar —o castigar— a nuestros representantes políticos. Muchos hemos visto el partidismo, esa forma de ser hincha como quien lo es de un equipo de fútbol o fan irredento de un grupo de música al que se le perdonan todos sus discos malos, como un disparate cuando se aplica al futuro del país. Pero este libro nos hace darle una vuelta a su alternativa, en apariencia más reflexiva: «Dejamos que los políticos hagan su trabajo y al final de la legislatura emitimos un veredicto sobre si han alcanzado o no los objetivos marcados. […] Se espera que con esta lógica belenista acabaremos teniendo políticos responsables que se ajusten a las preferencias de la gente». El argumento central del politólogo y docente Lluís Orriols (Barcelona, 1978), experto en comportamiento electoral, es que el actual «supermercado de la democracia» en el que se busca y compara, por si se encuentra algo mejor, tiene sus peligros. Tampoco se posiciona a favor de la identidad de partido, pero sí sostiene que, aunque en los últimos tiempos se tiende a destacar el componente negativo de los vínculos emocionales con una determinada marca política —que ciertamente pueden fomentar ese dúo de polarización y crispación tan de moda—, el partidismo ofrece al ciudadano «una guía para poder formarse opiniones acerca de cuestiones políticas complejas». Ese último adjetivo es la clave de este libro: nada es tan sencillo como blanco y negro, hay que repensar ciertos conceptos. Desde la democracia de partidos en la que vivimos instalados al voto del miedo tan caro a la izquierda, el tan habitual sesgo de confirmación, las trincheras partidistas y los omnipresentes zascas como forma de convivencia… Precisamente la convivencia de dos tipos de votantes como los que representan Vázquez y Esteban es la que el autor, como resultado del análisis psicológico y social de todas estas cuestiones, defiende como necesaria, aquello que «constituye el ecosistema idóneo para que las democracias gocen de buena salud». Al fin y al cabo, de eso (y no de ganar o perder) es de lo que se trata cuando acudimos a las urnas; de que todas y todos ganemos.


Música, maestra, edición de Sinéad Gleeson y Kim Gordon (Libros del Kultrum)

Escribe la compositora e intérprete texana Heather Leigh en el prólogo: «Del mismo modo que el incauto lector que aborda esta lectura, no comparto antecedentes con ninguna de las dieciséis mujeres que participaron en esta antología; sin embargo, cada ensayo de esta vívida selección evoca en mí el sobrecogedor recuerdo de mi propia singladura vital. Semejante constatación da fe de la capacidad de la música para conectarnos con los recurrentes altibajos de nuestra existencia […]. La música diluye las diferencias y nos devuelve a la esencia de la vida». Antes de continuar con la reseña de este libro, conviene explicitar su extenso y elocuente subtítulo, Ensayos sobre música y mujeres escritos por mujeres, porque es justo lo que encontraremos en estas páginas. Un caleidoscopio de semblanzas de artistas y activistas de la música en todas sus vertientes: brillantes compositoras y letristas, excelsas intérpretes, inventoras de instrumentos, reinas del pop, vanguardistas, comprometidas… como Lucinda Williams, Sis Cunningham, Linda Sharrock y Wanda Jackson, entre muchas otras. Lo mejor es que quienes las evocan con palabras están a una altura creativa similar: 16 escritoras tan potentes como Ottessa Moshfegh, Leslie Jamison, Margo Jefferson o Rachel Kushner, por nombrar algunas. Reunidas por la periodista musical Sinéad Gleeson y la cofundadora de Sonic Youth (y autora del influyente La chica de la banda) Kim Gordon, dan forma a estos ensayos como si fueran canciones, con una prosa sinestésica llena de ritmo y fluidez sonora. A partir del recuerdo más personal de algunas de sus admiradas músicas y de su conocimiento del medio, nos muestran la importancia de pensar las artes desde un lugar distinto al tradicional, el impuesto; en este caso, el canon instaurado por la narrativa histórica de la literatura musical escrita por hombres, sobre hombres y para hombres. Música, maestra es un desafío a ese enfoque y un acto llamado a reparar olvidos, menosprecios y sorderas —deliberadas o no— dentro de la crítica (contra)cultural. También representa el reconocimiento de que nuestra propia experiencia en torno a la música está llena de contradicciones, de ahí que, como apunta Leigh en su introducción, las ensayistas aquí reunidas lleguen a cuestionar «la pertinencia de sus propias reflexiones y la validez de su prosa como medio para tal fin […]. ¿Alcanza esta antología acaso a atisbar siquiera el alma de la música», se pregunta. De lo que no cabe duda es de que ayuda a ampliar su misterio y su fascinación, pues aquí hallamos «música para volver a la música». Un libro recomendado para groupies de mente abierta, dispuestos a formarse nuevos referentes, y que seguramente disguste a todos aquellos que siguen creyendo en la existencia de una música de mujeres que no merece la pena pararse a considerar. Ellos se lo pierden. Se lo están perdiendo desde hace décadas.

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