Entrevistas

Nazarenos: «Nuestras portadas son un reflejo de la línea editorial de la revista, de nuestro descaro»

Portada del número piloto de la revista «Nazarenos», febrero de 2021.

En un ecosistema cultural orientado al clickbait y con una presencia cada vez menor del papel impreso, es digno de admiración que aparezcan nuevas revistas culturales realizadas con buen gusto, cuidando la fotografía, la ilustración y el diseño, y con una impresión de mucha calidad.

Nazarenos es todo eso y mucho más. En palabras de sus editores, se trata de «una revista sobre la Semana Santa, las personas que la hacen, las personas que la piensan, que la sueñan y que la sienten». Con un enfoque transversal y una propuesta visual en blanco y negro, tremendamente rompedora, la revista Nazarenos es un objeto bello e insólito.

Hablamos con sus creadores, Carlos Cabrera, Álvaro Dávila-Armero y Jaime Rodríguez, para que nos cuenten como se gestó el magacín, qué alcance y qué futuro tiene un proyecto tan original en los tiempos que corren.

¿Cómo surge el proyecto de Nazarenos?

El confinamiento en plena cuaresma, con la Semana Santa suspendida, hizo surgir un sinfín de iniciativas digitales de información sobre la Semana Santa. Comenzamos con la idea de hacer algo antagónico a esas nuevas iniciativas, olvidar lo digital, volver al clásico, al papel, y hacerlo además tratando temas en profundidad, heterogéneos y poco manoseados. Temas reflexivos y con firmas y visiones muy diferentes y poco vistas, en un mundo en el que estaban repitiéndose las mismas voces en todos lados. Recordamos esas viejas revistas cofrades, que han tenido decenas de títulos en la historia de la Semana Santa y que se habían perdido, como se había perdido el reportaje amplio, el debate tranquilo y la vanguardia visual. Digamos que, en un mundo de información cofrade muy inmediato, repetitivo y estandarizado, quisimos romper por un clásico renovado. Pensamos, además, en dar voz a los verdaderos debates cofrades, los que se daban en la calle, en los bares, en las casas de hermandad incluso, pero que no llegaban a trascender por un ridículo concepto de pudor en los medios existentes. Era una apuesta complicada. Mientras en las hermandades y los medios clásicos cofrades se estrujaban el cerebro por acomodarse a lo digital, nosotros volvíamos al papel y la revista de quiosco.

¿Quiénes estáis detrás del proyecto?

La aventura la comenzamos cuatro personas: Daniel Marín, Carlos Cabrera, Álvaro Dávila-Armero y Jaime Rodríguez. Daniel tuvo que dejarnos, por proyectos personales varios, y continuamos nosotros tres. Aunamos experiencia en medios de comunicación, fotografía, publicaciones y conocimientos de arte e historia, pero sobre todo desbordamos inquietud y movimiento cofrade, que no es igual a ser cofrade sencillamente; es estar en movimiento en este mundo que en ocasiones parece detenerse en el tiempo. Detrás de Nazarenos estamos tres cofrades que vivimos la Semana Santa desde dentro de nuestras hermandades, a la vez que somos conscientes de la gran heterogeneidad que tiene la fiesta.

¿Cuál ha sido la respuesta de los lectores?

Hicimos un número piloto, incluso lo numeramos con el «#0» pensando en una tirada corta para iniciar el camino, lo colocamos en un puñado de quioscos de la ciudad, contados con los dedos de la mano, y lo publicitamos en unas redes sociales convencionales y gestionadas por nosotros mismos. En poco tiempo, tuvimos que hacer dos encargos más a imprenta, quintuplicando la tirada inicial, y comenzamos a ampliar los puntos de venta y distribución. Jamás pensamos que Nazarenos tendría tanta aceptación, y no son ya los números que fuimos alcanzando de ventas sino la identificación de los lectores con nuestros temas. Desde un principio estuvimos preparados para recibir críticas y saber encajarlas; al fin y al cabo, hacemos una revista muy atrevida, con fotografías e ilustraciones inusuales, en blanco y negro, con textos poco convencionales, heterodoxos e incluso en algunos casos provocadores. Lo cierto es que nos sorprendimos porque la revista fue aceptada desde el primer día con un entusiasmo que no esperábamos, nos llegaron felicitaciones y apoyo de todos sitios e innumerables ofrecimientos para colaborar y sumarse a la comunidad de redacción que hemos creado, y a la comunidad de lectores que estaban ahí y habían encontrado un hueco que les faltaba en su información sobre esta fiesta.

¿Qué diferencia una revista de Semana Santa de una sobre la Semana Santa?

Bueno, nosotros defendemos mucho que la Semana Santa es algo poliédrico, un fenómeno festivo total, que diría el antropólogo sevillano Isidoro Moreno. Por eso decimos que la revista no es de Semana Santa, sino sobre la Semana Santa, porque se ocupa también de otros ámbitos de la ciudad que se imprimen en la Semana Santa pero no son directamente ella. La política, la economía, la sociología tan particular de esta ciudad, el mundo de las relaciones y asociaciones de los sevillanos entre ellos, hasta el deporte y la sin igual pasión de los sevillanos por sus cosas: todo se puede leer en la Semana Santa, porque no deja de ser una muestra de la ciudad en un pequeño cosmos particular.

¿Vuestros lectores son de Sevilla? ¿Cuál es el sitio más curioso desde el que os han comprado la revista?

Nuestro grueso de lectores es de Sevilla pero, desde que comenzamos, abrimos nuestras miras más allá. Sabemos de la existencia de un atractivo especial de nuestra Semana Santa en muchos puntos de España y no renunciamos a ellos. Vendemos en quioscos de toda Andalucía de forma física pero, a través de nuestra tienda online (www.revistanazarenos.es), vendemos un alto porcentaje de nuestras revistas por toda España. Hacemos una revista exclusivamente de Semana Santa sevillana, pero nos sorprende aún la atracción que tiene en otros puntos, destacando por ejemplo Castilla, el levante o Madrid y Barcelona, por supuesto. Reconforta llegar a un pueblecito perdido de Huesca o llevar números a Bélgica, Londres, universitarios de Oxford, e incluso cruzar el charco a Estados Unidos o Argentina.

¿A quién se le ocurrió la grandísima portada de la Nazarenos #8?

Las portadas son fundamentales para nosotros, ya que son el primer reclamo visual de cada uno de los números que vamos editando. Son un reflejo de la línea editorial de la revista, de nuestro descaro. Nos gusta apostar por imágenes atrevidas y poco habituales, pero siempre sin traspasar la línea de la ofensa. Hemos podido ver a dos amigos con el antifaz puesto tomando una cerveza en la barra de un bar, a una chica con la clásica peina colocada a modo de visera o a un señor intentando ajustarse el esparto tras los duros meses del confinamiento. Las portadas, aunque fotográficamente son obra de Jaime Rodríguez, nacen de un trabajo en equipo en el que participamos los tres. En el caso concreto de esta última, Jaime planteó la idea inicial de un nazareno que, en su interior, se mostrara como un superhéroe y para ello se basó en la conocida escena de Superman en la que Clark Kent se abre la camisa, dejando ver la famosa «S», antes de iniciar el vuelo para rescatar a Lois Lane.

¿Habéis tenido críticas negativas por parte del mundo nazareno?

Alguna ha habido, pero lo cierto es que muchísimas menos de las que nos esperábamos. Sabemos que nadie es profeta en su tierra y un proyecto así podría conllevar alguna crítica, pero han sido poco reseñables. Se ha respetado mucho el trabajo, la profesionalidad y el rigor con el que hemos querido siempre hacer las cosas y, pese a no coincidir con algunas visiones, normalmente nos han respetado mucho por el trabajo que desprende cada número y porque también los colaboradores son personas que no vienen a derribar nada, sino a construir, aunque sea desde la crítica. Esta es una fiesta que, por encima de todo, la amamos y vivimos todos.

¿Os consideráis capillitas?

Diríamos que sí, aunque el término ha venido adquiriendo tintes peyorativos con el tiempo. En los años 80 y 90, ser capillita era algo que se decía con orgullo. Ahora mola más decir cofrade, pero cofrade es el hermano de una cofradía. El aficionado, el que de verdad piensa en esto todo el año, independientemente de si es hermano, sale o no sale, ese es el capillita, y haríamos bien en no devaluar la palabra que se usa de forma despectiva en algunos círculos que desprecian esta fiesta y todo el entuerto social que la rodea, pero que no es sino una realidad palpable de la ciudad con sus luces y sombras, como todas.

¿Por qué el blanco y negro?

Fue algo que, curiosamente, tuvimos muy claro desde el principio. Para esta estética bebimos, principalmente, de la influencia de Jot Down, nos encanta cómo tratan la fotografía en esa publicación y el poder que sigue teniendo el blanco y negro para transmitir sensaciones. Ya dijimos antes que queríamos romper con lo habitual del mundillo, acostumbrado a fotos en color y mensajes muy básicos y directos. Nosotros creímos, desde el principio, que el blanco y negro le daba un toque atemporal y recordaba a esas revistas clásicas del siglo pasado, que funcionaba más con el tinte reflexivo y sosegado de los temas que se trataban y, para qué engañarnos, nos sumó algún punto el saber que las tiradas en imprenta salían algo más baratas. Somos valientes y atrevidos, pero también un poco tiesos.

¿Cuáles son vuestros referentes como publicación cultural?

Las primeras conversaciones para ver el estilo y forma que le queríamos dar a nuestra revista giraron en torno a una mesa llena de publicaciones culturales que se hacían en España. Miramos todo: revistas de moda, decoración, música, arte e historia, deporte y generalistas. Entre todas, destacaban dos estilos que quisimos tener como referencia: Jot Down y Panenka, una revista cultural y una de fútbol, estilos que no tienen por qué ser contradictorios a pesar de que los temas lo parezcan. Y ahora tenemos una de Semana Santa con ellas dos de modelo…

Aunque tenéis una web bastante chula, en ella no se pueden leer los artículos de vuestra revista impresa. ¿Tenéis pensado ofrecer una suscripción digital?

Hemos estudiado mucho este tema y en algún momento se ha valorado la posibilidad de publicar contenidos exclusivos en la misma línea, más breves, en la web, para atraer a posibles nuevos clientes a la revista. Pero desde el inicio hemos sido radicales en la idea de hacer algo clásico, solo en papel, tanto es así que vendemos la revista retractilada para que no se pueda ni hojear porque creemos que el misterio en este tipo de producto es un valor añadido; por eso hasta ahora no hemos publicado artículos sueltos en la web ni tenemos edición digital. Puede que estemos esquivando algo inevitable, pero a día de hoy seguimos en nuestras trece. Quizás podamos dar algún paso en este sentido aunque por ahora, como la Semana Santa actual, estamos siendo un poco inmovilistas.

Hay más colaboradores masculinos que femeninos. ¿Buscáis la paridad? ¿Es representativa la proporción de colaboradoras respecto al número de nazarenas?

Prácticamente en todos los números hemos tenido a varias mujeres escribiendo o participando de entrevistas. Hay varias y muy buenas articulistas sobre la Semana Santa en Sevilla, pero es innegable que hay pocas firmas femeninas en comparación con las masculinas, en general, en este mundillo. La Semana Santa ha sido un espacio muy masculinizado y las hermandades hasta hace nada eran, prácticamente, clubes de hombres, y los círculos dirigentes lo siguen siendo. Aunque nos podemos adelantar al cambio social que se sigue produciendo en estos espacios, no podemos hacer milagros. No hemos buscado la paridad porque tampoco hemos buscado a los articulistas en relación a su sexo, sino a lo que podían aportarnos. Con nosotros han colaborado muchas más mujeres en comparación con otros medios, una proporción doble o triple, pero hacen falta más y podremos llegar a no tener que hablar del género del articulista. Lo que es innegable es que la visión femenina por naturaleza enriquece un debate en estos espacios y las queremos encontrar.

¿Esperanza de Triana o Esperanza Macarena? ¿Cuáles son vuestras hermandades?

Son dos grandes devociones, pero no son de nuestra cabecera. Carlos es de Triana, pero de la nueva Triana, Barrio León y San Gonzalo. Jaime es hermano de la Esperanza de Triana, aunque se mueve por San Juan de la Palma con su hermandad de la Amargura, y Álvaro es hermano de la Macarena, pero es habitual encontrarlo por la Magdalena, en la Quinta Angustia, lo que sitúa un 1-1 en el marcador. Pero las hermandades de cabecera de los tres están en la misma calle: la céntrica Alfonso XIII. Jaime y Álvaro hacen vida en su hermandad de El Silencio y, justo enfrente, Carlos en la del Santo Entierro. Una misma calle para todos, aunque entre risas siempre discutimos sobre cuál será la acera más correcta.

¿La Semana Santa es, sobre todo, música?

No, la Semana Santa es sobre todo sensaciones, lo que entra por los sentidos. Los cinco naturales y algunos más del corazón y el recuerdo. La música es una forma más de entrar por los sentidos, intensa, potente, artística, que ha evolucionado a la excelencia lingüística e interpretativa generando un fenómeno de masas, quizás el mayor de la fiesta. Pero en cada caso particular la fiesta escoge un camino para penetrar en tus emociones. Hay multitudes a las que les seduce el esplendor artístico, el sentido comunitario de los costaleros, la identificación con su barrio, con su familia o sus amigos, el olor, el color, el escenario. La Semana Santa no se puede reducir tan sencillamente, tiene caminos tan diversos para mostrarse que sería inútil reducirlos, aunque la música le ponga banda sonora.

¿Cuál es la periodicidad de la revista?

Sacamos cinco números al año, cada dos meses aproximadamente aunque no de forma exacta, porque le damos misterio a la llegada de cada uno de ellos y los ajustamos al calendario cofrade o al descanso veraniego.

El número tres de Nazarenos funde fútbol y cofradías en una sola pasión, ¿cómo se os ocurrió? ¿Tuvo buena acogida?

Fue una idea que tuvimos presente desde el principio, porque son dos acontecimientos que vertebran mucho la personalidad de la ciudad, o al menos de mucha parte de ella. Aunque no te guste el fútbol o la Semana Santa, en esta ciudad convives irremediablemente con ellos de forma diaria, con el almanaque de la Macarena y el póster del Betis en tu frutería o con el azulejo del Gran Poder en el portal y la bandera del Sevilla en el balcón. Además, la forma del sevillano de afrontar estas dos aficiones es pasional, pasional hasta lo enfermizo. El fútbol y la hermandad te entroncan con tu familia, tus amigos, tus recuerdos más primarios, tu niñez, y llenan de conversación tu día a día. La forma del sevillano de vivir, para todo, se muestra de forma muy clara en estas dos aficiones, y quisimos unirlas. El fútbol y la Semana Santa son las cosas más importantes para los sevillanos, entre las cosas menos importantes. Son las dos grandes pasiones de la ciudad.

¿En Nazarenos se pueden encontrar semanas santas que no sean la de Sevilla? ¿Y de fuera de España?

Hemos tenido algunos guiños a la Semana Santa de la provincia, pero aún pocos, queremos tener muchos más. Y de fuera de Sevilla no hemos tocado prácticamente nada (aunque contamos las procesiones musulmanas en Iraq y su parecido a las nuestras), no porque no nos guste, sino porque la realidad que conocemos es esta y es la que queremos empezar a narrar. Quedan muchas cosas por contar y saldremos de nuestra zona de confort, seguro, a buscarlas, pero acabamos de empezar como quien dice.

¿Sois un proyecto viable económicamente?

Somos un proyecto cultural y, como tal, sobrevivimos. Aunque dependemos de nosotros mismos y nuestras ventas, hemos aparecido en una época muy dura para este tipo de publicaciones que basan el salto real de su beneficio en la ayuda de la publicidad. También hay que ser conscientes de que el producto cultural es casi lo primero en ser desechado cuando aprietan las necesidades. Nosotros tuvimos muy claro que queríamos vender un producto de calidad, en los materiales que empleamos, en los profesionales que nos ayudan y en la presentación final de la revista, y eso es caro. Somos viables, sí, realizamos una inversión asumible y con la venta podemos ir recuperándola, pero los costes son muy altos y en ocasiones surgen las dudas de si merece la pena el trabajo tan minucioso y dedicado que hacemos. Las administraciones no ponen nada fácil empresas de este estilo, que podrían ser más viables y asegurar más beneficios con muchas menos trabas económicas y facilidades de las que ponen.

¿Dónde se puede conseguir la revista Nazarenos? ¿Tenéis abiertas las colaboraciones?

La revista Nazarenos se vende, prácticamente, en todos los quioscos de Sevilla, y en muchos de la geografía andaluza, en varias librerías temáticas y, además, todos los números están disponibles en nuestra tienda online, www.revistanazarenos.es, desde donde enviamos ejemplares a todo el mundo.

Como no somos más listos que nadie y sabemos que hay mucha gente haciendo cosas interesantes por ahí, estamos encantados de que la revista Nazarenos se convierta en un escaparate de todas esas ideas geniales, locas, extravagantes, divertidas, serias o alegres que al personal se le ocurra sobre la Semana Santa. Así lo decimos en nuestra web y así lo hemos hecho ya en muchas ocasiones, nos han llegado muchísimas propuestas que hemos publicado en estos casi diez números que ya han visto la luz. Tenemos un correo electrónico, colaboraciones@revistanazarenos.es, donde recibimos todas esas propuestas.

¿Cuándo sale la próxima Nazarenos? ¿Con qué nos vais a sorprender?

Pues a finales de noviembre, o principios de diciembre, estará en la calle el siguiente número, que sería ya el #9. Tras defender la figura imprescindible de los nazarenos en el número #8, vamos a adentrarnos en la jornada más mágica y a la vez problemática de la Semana Santa. Llevaremos de nuevo fotos muy impactantes, temas controvertidos y muchas más cosas.

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