Paco Román (Melilla, 1972) es un amante de la música y de los animales. Ese amor lo llevó a crear el proyecto de Neuman tras su desencanto con una multinacional, y a ponerle el nombre de su perro que le acompañó durante 15 años, incluido su retiro en un pequeño pueblo.
Hablamos con este murcianico de adopción afincado en Granada sobre su capacidad de creación, su fidelidad a seguir cantando en inglés, ajeno a las modas, y de cómo la vida te regala el hecho de poder trabajar con alguien a quien tú admiras.
Paco, algunos te definen como heredero del shoegaze. ¿Me puedes explicar en qué consiste este término y si tú te identificas con él?
Es un término que literalmente significa «mirarse fijamente los zapatos»: imagínate a un músico durante minutos con la cabeza hacia abajo, tocando en medio de un éxtasis musical, lo que conlleva canciones y progresiones muy largas en las que llegas a entrar en trance. Es algo con lo que Neuman se involucró mucho musicalmente, porque así me lo pedía el cuerpo y el corazón. Luego, obviamente, fui desarrollando y desarrollando hasta lo que hoy día es Neuman, que aún tiene esos tintes, aunque no tan marcados o teñidos; el proyecto ha ido evolucionando con el paso de los años. También es importante decir que esta etiqueta musical se fue desfigurando desde su origen, con el paso de los años, y ha ido a su vez evolucionando.
Eres de los pocos que no ha abandonado el inglés…
Es algo que va intrínseco en mí, Neuman comenzó así, y así seguirá. Me acostumbré a ello, a esa forma de cantar, de hecho realizo algunas colaboraciones con artistas internacionales. Aunque también hay canciones de Neuman publicadas en castellano, que al fin y al cabo es mi idioma, no puedo dejar de cantar en inglés. No soy bilingüe, pero encontré mi forma de hacerlo y es correcta, perfecta para mi desempeño. No concibo cantar en castellano con Neuman, parecería que tuviera alguna intención oculta, aunque hay gente que ha cambiado de idioma y tiene todos mis respetos.
En los 90 formabas parte de otra banda murciana, La Fábrica de la Luz. ¿Qué recuerdos tienes de aquella época?
Fueron mis inicios, cuando empecé a tocar la guitarra y componer, ¡ensayábamos todos los días! Fue tan bonito… pero con el tiempo algo pasó, y me di cuenta sinceramente de que no quería estar en una multinacional, y para responder a esto voy a citar un texto que escribieron hace poco [en el blog Atømica Sonora] y que expresa con franqueza el motivo y lo bien que resultó aquella decisión de dejar a un lado las multinacionales:
«Paco Román, un músico que fue capaz de huir de una multinacional por no tener el control de su carrera ni de sus canciones para luego convertirse en uno de los estandartes de los últimos veinte años de la música indie patria y facturar discos tan grandes como If, referente de la década pasada.
Así es Paco Román, capaz de crear maravillas como Tell You y sentir después de escucharla que la vida por momentos puede ser maravillosa. Uno de esos genios de la música de nuestro país que nos va soltando pequeñas joyas bajo el nombre de Neuman, un grupo que ya es sinónimo de calidad y por supuesto de honestidad»
Publicasteis dos álbumes: Sonic Love (Locomotive Records) y La fábrica de la luz (EMI-Odeon), del cual llegasteis a vender 40.000 discos. A pesar de la buena acogida os separasteis, formando dos bandas: Neuman y Second.
No sé si fueron tantos discos, pero sí cumplimos las expectativas. Second ya existía pero, al romper el contrato con EMI, dos de los componentes preferían estar en una multinacional ¡mientras que Mariano [López bajista] y yo no!
¿Qué os pasó com EMI?
¿EMI? Ya no existe, pero yo sí. Quiero decir, lo artístico es lo primero en la industria musical, y quien piense de forma diferente está equivocado. Sí, puedes ganar mucho dinero, pero para qué; al arte no le puedes pedir eso. Así que el tiempo puso todo en su sitio: a mí en Subterfuge, y a la compañía de The Beatles en el suyo. No puede llegarte el director de marketing y, en medio de una grabación, decirte que hay que meterle «chorus» a la voz; yo nunca fui a su oficina a decirle cómo tenía que vender los discos. Me vi envuelto y rodeado de artistas con los que no empatizaba, y en un mundo en el que se despilfarraba demasiado dinero para/por tonterías. Ahora, por el contrario, no se gasta ni un duro en nada, eso también es muy malo.
Este desencanto te empujó a un retiro en la Sierra de la Pila, donde tu perro Neuman, al que le debes el nombre del grupo, fue tu gran apoyo.
Debes de ser alguien cercano a mí, pues todos estos detalles no los sabe casi nadie… estoy intrigado. Decidí disolver La Fábrica de la Luz y desarrollar más a fondo el proyecto en el que ya llevaba años trabajando. Al principio lo llamé Neumann y Yo, más tarde Neumann y finalmente Neuman, en el que tocaba todos los instrumentos menos el bajo, que lo tocaba Mariano López. Él decidió seguir mis pasos y no se dejó engatusar por una multi que sabía que sin mí no seguíria haciendo discos. Me costó poco que me dieran la carta de libertad… Pues cuando lo decidí, resulta que todo el equipo había hecho una escapada a otras multis (todos) y EMI había contratado al equipo entero de Sony, y su mayor objetivo era una artista que en Eurovisión había quedado la última. Qué pena me dio, pero ahí vi la salida; me dije «esta es la mía» y envié unas demos de los más lo-fi, y al A&R le asustaron. Fue a posta [risas].
Decidí irme de la ciudad a una aldea de sesenta personas en la Sierra de la Pila, a vivir a una bonita casa, donde compuse y compuse. Todo esto con 22 años aproximadamente. No tenía coche, y de vez en cuando venían a verme amigos que se quedaban a dormir varios días conmigo y me hacían compañía. Allí compuse muchísimas canciones que aún están ahí, y que son inéditas. Podría estar hablando de esto todo el día, gracias por recordarme aquellos momentos tan arriesgados, preciosos y bonitos vividos.
Años más tarde pasarías de una multinacional a Subterfuge Records. ¿Qué te aportan ellos que no te dio EMI?
Con mi familia Subterfuge llevo ocho o nueve años, y los llamo familia, es algo muy significativo. Ellos confían en mí y yo en ellos y, sin ir más lejos, esta mañana he escuchado un audio de cumpleaños feliz de Gema del Valle. Un audio largo, me ha emocionado. Somos una familia y pasa lo que en todas, para lo bueno y lo malo, pero eso nunca se olvida y Neuman terminará su carrera allí, porque soy fiel y honesto. Así lo dije y así lo cumpliré.
Hablando de familia: a tu perro le has dedicado varias canciones, entre ellas Mi pequeño Nuiman y Plastic Heaven.
Le he dedicado el disco If, por ejemplo, pues murió un poco antes de que se editara, y muchas canciones, algunas inéditas que no han visto la luz. Soy amante de los perros, los adoro, no hay ser más noble y cariñoso en esta vida; y Neuman, aunque era muy rebelde, fue mi gran amigo que nunca olvidaré, siempre estará en mi corazón. Cada vez que lo recuerdo lloro por él y por todo lo que me aportó. No es fácil estar al lado de un artista, y él se amoldó a mi loca vida una y otra vez.
¿Cuándo te diste cuenta de que querías volver?
Seguí tocando con amigos, componiendo, grabando en mi pequeño estudio… pero llegó un momento, más o menos a los diez años, en el que quería expresar mi música, así que decidí montar una banda y regresar. La herida de lo que significaba la industria ya había cicatrizado.
¿Eres un poco compulsivo componiendo? Has llegado a hacer más de doscientas canciones.
No es compulsión, es mi vida. De alguna manera, me levantaba y necesitaba expresar mis sentimientos.
¿Cómo es tu proceso creativo?
Tan solo necesito de algún instrumento para expresarme y ya está. En un 98% soy de contar mis sentimientos y no tanto de contar historias. Esto quizás lo haga todo más complicado, pero así soy, me gusta complicarme la vida.
¿Qué le debes a Fernando Lillo?
Deber es una palabra muy fea, creo que no le debo nada a nadie, ni nadie me debe nada a mí. Sí creo que yo le debo a la música mucho, pero no materialmente hablando; le debo haber puesto norte y sentido a mi vida, así lo siento yo. En la música, cuando compartes algo debe haber respeto, fidelidad, honestidad, nobleza, amor y algunos rasgos humanos que yo tengo muy integrados porque mis abuelos me lo enseñaron: en la vida hay que ser así, y en la música también. Fernando fue, es y seguirá siendo un gran amigo con el que compartí grandes cosas, y yo soy de las personas que no olvidan, todo lo contrario, siempre estará en mi corazón.
Ya como Neuman lanzas el LP Plastic Heaven. ¿Cómo fue la acogida por parte del público y de la crítica?
Fue un comienzo inolvidable para un proyecto muy de mirarse a los zapatos. Tuvo su repercusión, y además creo que es de los pocos discos que se han hecho en España que duran 78 minutos. La acogida del público no fue muy amplia, pero sí de la critica especializada.
Un año después (2011), comienzas a grabar The Family Plot. ¿Por qué volviste a grabar como se hacía anteriormente, casi sin avances tecnológicos y prácticamente todo en directo?
Se grabó en cinta magnética, sí, como después he seguido haciendo. En este álbum hubo un avance muy notorio: hicimos una gran gira, fue uno de los discos del año para muchas webs y medios y quizás con los años se haya convertido en el disco más de culto de Neuman.
De hecho, Radio 3 lo catalogó como uno de los mejores discos del 2012.
Lo que ha hecho y hace Radio 3 por Neuman es impagable. The Family Plot fue número 1 para muchos medios.
En 2013 sale a la luz Bye Fear/Hi Love, donde colabora Ken Stringfellow. ¿Qué aportó al disco?
Este disco marcó un antes y un después para Neuman. Vino Ken Stringfellow en plan amigo, a cantar y tocar algo conmigo, y fue fascinante. ¡Con este disco fichamos por Subterfuge! La gira fue bastante extensa.
Bye Fear/Hi Love es un disco más luminoso, pero tú estabas en un momento personal complicado…
Para hacer una canción alegre no tienes por que estar alegre. Así son los sentimientos, así afloran. Quizá estés triste y te salga algo alegre o viceversa, es paradójico: lo normal es que si estás triste tus sentimientos a expresar sean tristes, pero te aseguro que no, pueden ser alegres porque tu subconsciente te diga eso, «¡haz algo alegre!».
En If vuelves a contar con la colaboración de Ken Stringfellow y utilizas gran variedad de guitarras e instrumentos de los años 60, 70 y 80. Incluso llegas a grabar en la mesa de mezclas donde Supertramp registró algunos de sus mejores discos y Queen algunas pistas. ¿Por qué te fascina tanto el sonido vintage?
If supuso 330 conciertos en tres años. Fue un éxito, poco más puedo decir.
Te marchas a vivir a Granada, donde construyes tu casa/estudio por culpa de un limonero…
Después de la vorágine de If y el hecho de no tener tu centro neurálgico donde descansar cuando regresabas de tres conciertos seguidos cada semana (vamos, de no tener tu casa, tu sillón, tu cama) y de andar de un sitio para otro… tuve que parar y poner fin a esa situación. Decidí irme a Granada a vivir a una casa, donde había un limonero lunero al entrar, un sueño. Allí empecé a echar raíces en esta gran ciudad, cerca de mi hijo Curro y un poco lejos de mi hija Ingrid a la que también echo tanto de menos, pues vive en Murcia, pero allí los reuní, allí teníamos nuestra casa, con el tiempo y con el amor de mi vida compré una gran finca en Granada y aquí es donde vivo ahora. Aquí tengo mi gran estudio, mis dos preciosos perros y soy feliz.
Compaginas la música con tu profesión de cámara y realizador. ¿Esto te quita presión a la hora de componer un disco?
Hace años las compaginaba. Me hice director de cine por la Escuela de Cine de Nueva York, y también iluminador, operador de cámara, montador… Fueron años preciosos, pero cuando la música me absorbió hace como ocho años, lo dejé y me centré solo en la música.
Baby the Sunrise, tu último single, fue elegido para la campaña de O2. No es la primera vez que utilizan tu música para un spot…
Han sido ya muchas, ¡y que siga! [risas] La música de Neuman es muy audiovisual, todos los años surge alguna sincronización para televisión, etc. Estoy muy agradecido también por esto.
Apostaste por Viva Suecia desde el principio. ¿Conexión murciana?
Les produje sus dos primeras trabajos y me siento muy orgulloso por ello, creo que dio sus frutos con creces. Conexión musical murciana, sí.
Acaba de salir un tema en el que has colaborado con Immaculate Fools, que es una banda de referencia tuya, ¿cómo surgió?
Es una bonita historia que nació por mi mánager personal, que es músico y contactó con él para enseñarle una versión que quería hacer de una de sus canciones. Le habló de que trabajaba conmigo y Kevin era fan de Neuman, etcétera…
¿Cómo es trabajar con personas a las que admiras? ¿Más presión?
En absoluto, es todo un honor y un orgullo. Un regalo que te da la vida, que te da la música.