Analógica Horas críticas

La gran anomalía italiana

Muchos años antes del covid-19 Italia ya era un país gravemente enfermo. Un cómic y un ensayo nos llevan a los terribles años de plomo. La cobardía moral de la izquierda queda al desnudo

Es imposible substraerse a la suspensión en la que entraron todas las vidas a causa del coronavirus. La portada de Del Trastevere al paraíso es, como toda cubierta, una ventana que invita a asomarse al hipotético lector. Nos permite atisbar un mundo, y que la luz movediza del mundo entre en nuestra casa. Meses atrás, por culpa o gracias al estado de sitio, las ventanas cobraron una dimensión insólita. En el caso de Antonia Santolaya (Ribafrecha, La Rioja, 1966, “dibujante de historias para niños, jóvenes y adultos”), y su talento para el color, la atmósfera y la perspectiva, la primera impresión es lírica. Una muchacha de espaldas, asomada a la ventana, parece hacer un gesto a alguien que pasa. Pero podría estar fijando con la mano abierta un pensamiento, o una obsesión. Porque si bajamos la vista comprobamos que, en la mano izquierda, junto al muslo, la falda corta, empuña una pistola. Y todo cobra otro sentido.

He buscado un hilo de cobre, conductor, que, aparte de las concomitancias entre un cómic que habla de la violencia política en Italia en los años setenta y cómo cambia el alma y la vida de una muchacha que opta por alterar (violentamente) el estado de las cosas, haga masa con un ensayo titulado Italia oculta, escrito por Giuliano Turone (Santa Margherita Ligure, 1940), uno de esos magistrados lúcidos, honestos y valientes que impidieron que la bancarrota política y moral no se llevara por delante la democracia italiana.

«Italia oculta se devora como un ensayo vibrante y documentadísimo empeñado en contar la verdad»

Este libro reconstruye, sirviéndose de un extraordinario caudal jurídico, dos años que dejaron a Italia devastada, 1978-1980, los de la logia masónica Propaganda 2, el secuestro y asesinato de Aldo Moro por las Brigadas Rojas, la matanza de la estación de Bolonia, y los intentos de golpe de Estado en los que estuvieron involucrados los servicios secretos, la mafia, el ejército, los carabineros, la ultraderecha, parte de la clase política (con el sector democristiano de Giulio Andreotti a la cabeza), la banca, el Vaticano, la CIA… Una historia del poder oculto conjurado para evitar el compromiso histórico: que el más poderoso Partido Comunista de Occidente llegara al poder.

Italia oculta se devora como un ensayo vibrante y documentadísimo empeñado en contar la verdad. Al final, el autor hace recuento: Andreotti (Il Divo, personaje siniestro y fascinante, siete veces primer ministro, absuelto de connivencia con la mafia) aparece citado 305 veces, mientras que Licio Gelli (el señor P2, el “jefe indiscutido de la más secreta y potente logia masónica” sólo 207, y Francesco Cossiga (ministro del Interior y presidente del país), 30. Los tres eran miembros de Propaganda 2, capos de una organización criminal, del poder tenebroso que bajo la Democracia Cristiana intentó forzar los destinos de Italia, y en gran medida lo logró, con un coste brutal.

Como subraya Corrado Stajano en el prólogo a la edición italiana, “la P2 ‘es la metástasis de las instituciones’, el corazón, la madrastra perversa, portadora de casi todas las iniquidades de aquellos años”. Dice Stajano que no es una autobiografía, sino una “historia negra. Una historia desgraciadamente verdadera”. El recuento de las complicidades son tantas que deja sin aliento, y sorprende hasta qué punto el poder oscuro (que denunció Pier Paolo Pasolini, recuerda el espléndido traductor, Perfecto Andrés Ibáñez, en el prólogo a la edición española) hizo de Italia una anomalía, una democracia gravemente enferma en Europa Occidental.

La conexión directa entre Del Trastevere al paraíso e Italia oculta está en una cita en la página 357. Giovanni Moro menciona en una entrevista cómo se jugó con la vida de su padre y se optó, por razones de Estado, por no evitar su muerte. Durante los 55 días del secuestro, dos correos de las Brigadas Rojas solían comer en su restaurante favorito del Trastevere. Lazo oblicuo. Del Trastevere al paraíso prueba, para escépticos recalcitrantes, la ambición, honestidad y altura artística que puede alcanzar un cómic. El volumen conmueve desde la dedicatoria: “A nuestros padres, a los que comprendimos poco y juzgamos mucho”.

«Del Trastevere al paraíso prueba, para escépticos recalcitrantes, la ambición, honestidad y altura artística que puede alcanzar un cómic»

Me reconozco y comparto el trasfondo ético y político de este álbum que incomodará a izquierdistas profesionales que no han hecho examen de conciencia, sobre todo a la hora de justificar el asesinato político (ETA y sus herederos todavía cuentan con adeptos capaces de sacar rédito de más de un gobierno) y siguen justificando dictaduras de izquierdas, como si fueran menos miserables que las otras. Como se dice en un momento de la peripecia de Valeria Stoppa, “la humanidad se pasa la vida concibiendo paraísos de los que luego la gente no sabe cómo salir”. El Che, un santo que sigue en el altar de quienes no ven la sangre que empapó su camisa y sus manos (y no como médico), queda aquí desnudo. Además de encarecer la lectura de estos dos libros que nos conciernen, me gustaría resaltar las palabras de un brigadista (de las Rojas, no las Internacionales), Alberto Franceschini, en este Trastevere: “Nosotros sólo hemos sido unos toxicómanos, drogados de un tipo particular de ideología (…) una droga mortal, peor que la heroína. Bastan unos pocos centímetros cúbicos y estás perdido de por vida”.

 


Del Trastevere al paraíso
Felipe Hernández Cava y Antonia Santolaya
Reservoir Books 
Barcelona, 2020
304 páginas
29,90 €
Italia oculta
Giuliano Turone
Prólogo y traducción de Perfecto Andrés Ibáñez
Trotta
Madrid, 2020
382 páginas
19 €

Un comentario

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