Ha pasado un ángel, y con él se ha hecho un sano silencio que echábamos en falta entre tanto ruido. Después de la trayectoria que lleva el cartelismo cultural sevillano, casi un subgénero que un buen día se empadronó en la polémica y le cogió cariño al lugar, el Festival de Sevilla ha presentado hoy la imagen de su 17 edición, un homenaje a El cielo sobre Berlín, el clásico de Wim Wenders, y a su icónico protagonista, Bruno Ganz, fallecido el pasado año. Y lo ha hecho sin jaleo, sin memes, sin chascarrillos localistas que acaban empañando el nivel de una propuesta que suma enteros cada año. El autor es el pintor sevillano Julio Serrano, Julepe (Sevilla, 1972), que ya firmó el cartel del Nocturama 2019, y que en esta ocasión ha dibujado un ángel de la guarda de uno de los sectores más tocados en este 2020 para olvidar, el del cine.
Guste más o menos, lo cierto es que el cartel ya atesora como mínimo un mérito: no haberse impuesto a lo que de verdad importa aquí, el propio Festival, una cita que, del 6 al 14 de noviembre, contra viento, marea y pandemia, reivindicará lo que lleva reivindicando muchos años: el cine en las salas. Y esto es lo que, con permiso de Julepe, hay que aplaudir. Porque, admitámoslo, Sevilla, quién sabe si por la herencia taurina, es una ciudad que viene otorgándole una importancia excesiva a la cuestión cartelista, que al cabo no es sino una parte del coro de una orquesta en la que deben mandar las programaciones.
«Lo importante es que la cita sevillana, contra viento, marea y pandemia, reivindicará lo que lleva reivindicando muchos años: el cine en las salas»
Con todas las medidas de seguridad necesarias, el Festival, que podría haber tirado por la calle de en medio, ha querido ser fiel a su ideario y seguir apostando por las proyecciones para ser un punto de encuentro para los protagonistas del mejor cine del continente. Lo ha hecho en estrecha colaboración con otras citas del sector, hasta dar con un modelo presencial acorde a este tiempo desafiante. Con ello, también logran mantener en pie más de 100 empleos directos y reproducir, en lo posible, su impacto económico sobre la ciudad. “Al servicio del sector, hoy más que nunca queremos ser útiles a los directores y a los distribuidores nacionales e internacionales. Desde la edición de 2019 hasta el primer día de comienzo de 2020, más de 30 películas cuya premiere nacional o internacional se celebró en Sevilla, se habrán estrenado en salas comerciales, y como mínimo otras tantas han participado en otros festivales de cine de nuestro país, tanto presenciales como online”, ha explicado el director del Festival, José Luis Cienfuegos, que garantiza que los premios y ayudas de distribución del Festival suman en la visibilización del cine europeo.
Pero vamos a lo que importa. El hecho de que durante nueve días, el público europeo pueda acceder a los mejores estrenos. En Sección Oficial, se estrenará Siberia, la última del mítico Abel Ferrara, que ya visitó la ciudad el pasado 2019 con Tommaso. En su nuevo trabajo, una coproducción entre Italia -país donde reside-, Alemania y México, Ferrara tiene como cómplice por tercera vez consecutiva a un Willem Dafoe cuyo personaje aísla en el corazón de una tundra helada, para hacer de Siberia un catártico viaje marcado por sueños y recuerdos.
Otro grande de la cinematografía europea actual, el alemán Christian Petzold (que con Barbara ganó el Oso de Plata al Mejor Director en la Berlinale en 2012) se inspira en la mitología germánica y la traslada al Berlín contemporáneo para construir una intensa y dolorosa historia romántica con pátina fantástica. El resultado es Ondina, y en ella repite con Franz Rogowski y Paula Beer, la magnética pareja protagonista de su anterior largometraje, En tránsito (2018). La película llegará a la Sección Oficial de Sevilla con los avales del Premio Fipresci y el Oso de Plata a la Mejor Actriz, conseguidos en la última Berlinale.
También forman parte de la programación dos de los títulos más comentados en el mercado de Cannes: la coproducción entre Polonia y Suecia Sweat, del director Magnus von Horn, en la que plantea la fascinación que generan los influencers de la vida sana y muestra el lado más vulnerable de una gurú del fitness, y Gagarine, primer largometraje de la pareja Fanny Liatard y Jérémy Trouilh. En esta cinta francesa, lo que parece comenzar como otra muestra de cine social ambientado en el extrarradio parisino termina virando hacia las alturas de Encuentros en la tercera fase y Stranger Things. El joven Yuri, que siempre quiso ser astronauta, se atrinchera y defiende con uñas y dientes el bloque de viviendas sociales donde ha vivido toda su vida (las torres Gagarin), a punto de ser derribado.
Otro de los grandes títulos a concurso será El año del descubrimiento, nuevo largometraje de Luis López Carrasco, que llega a Sevilla tras obtener reconocimientos en Rotterdam, Jeonju (Corea) y el prestigioso festival Cinéma du Réel, donde encabezó el palmarés. El director murciano regresa al certamen, donde estrenó su primer largo, El futuro (2013), manteniendo ese estilo que él mismo define como una mezcla heterodoxa entre la ficción y la no ficción, para proponer un viaje hacia la España de 1992, la de los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Expo de Sevilla, pero también la que vivió una revuelta de obreros de Cartagena y La Unión, que desembocó en el incendio del Parlamento de Murcia. Una mirada nada complaciente a la España de ayer y, también, a la de hoy.
Más cine español se podrá encontrar en la emblemática sección Las Nuevas Olas, con la que el Festival de Sevilla propone una ventana a los trabajos más audaces, formal y argumentalmente. La bonaerense Lupe Pérez García (directora de Diario argentino y Antígona despierta) firma P’atrás, ni pa’tomar impulso, producida por Marta Esteban y con première internacional en Sevilla. Este título ofrece un retrato de Carmen Mesa, una bailaora de flamenco multifacética que se muda a Buenos Aires por amor y que, a pesar de sufrir un desengaño, decide quedarse en la capital porteña y pelear con todo su arte y su energía por su único y verdadero amor, el flamenco.
En la misma sección brillarán también Walden, coproducción franco-lituana dirigida por Bojena Horackova, que elige dos momentos de la vida de una mujer: primero en su adolescencia, en plena encrucijada vital con el telón de acero del comunismo a punto de ser derribado; y 30 años después, en su regreso a Vilnius tras un exilio en Francia. Y también desde el país galo llegará Rascal, ópera prima de Peter Dourountzis, que une a dos personajes con un potente reverso oscuro que viven al margen del sistema, y a los que interpretan Pierre Deladonchamps (visto en El desconocido del lago o en Vivir deprisa amar despacio) y Ophélie Bau (Mektoub my Love).
En Las Nuevas Olas No Ficción, el Festival de Sevilla presentará como estreno mundial Dear Werner, en la que Pablo Maqueda emprende el mismo recorrido a pie de Munich a París, que siguió en el invierno de 1974 el gran Werner Herzog, y que relató en el libro Del caminar sobre el hielo. Maqueda propone un peregrinaje cinéfilo tras la pista de la esencia del cine del autor alemán, implicado de manera personal en el proyecto a través de la locución de la película. El artista sonoro y compositor de la partitura original del film, José Venditti, realizará en vivo la música de la película, una propuesta que sumerge al espectador en la experiencia física del viaje del director.
Otros dos títulos estarán también en Las Nuevas Olas No Ficción. Por una parte, la franco-danesa Little Girl, con la que el cineasta Sébastien Lifshitz sigue a Sasha, una niña transgénero de nueve años que él define como “una heroína moderna”. El film, estrenado en la Berlinale, explora la identidad de género desde el punto de vista de una pequeña enfrentada a un mundo que no acepta su diferencia, y a la vivencia de su familia. Por otro lado, Downstream to Kinshasa, de Dieudo Hamadi, coproducción entre Francia, Bélgica y Congo. Se trata de la contundente historia de un grupo de supervivientes de la Guerra de los Seis Días camino a la capital congoleña, Kinshasa, para reclamar a las autoridades indolentes que reconozcan el conflicto, lo condenen y les compensen por los daños sufridos.
Una nueva sección llevará el cine en las aulas
Ante las especiales circunstancias que se presentan en los centros educativos de toda España, el Festival de Sevilla y la Semana Internacional de Cine de Valladolid (SEMINCI) han aunado esfuerzos en una apuesta pionera para abrir una Ventana cinéfila a los más jóvenes. La nueva sección online a través de la plataforma Filmin, compartida por ambos certámenes, se desarrollará durante tres semanas: desde el inicio del certamen vallisoletano el 24 de octubre al final del Festival de Sevilla el 14 de noviembre.