Cultura ambulante

Rodin y Giacometti vuelven a conversar en un Madrid reabierto

La Fundación Mapfre abre de nuevo las puertas de la gran exposición que enfrenta a dos de los genios de la modernidad. Dos artistas cuyas aportaciones cambiaron para siempre el arte de la escultura y la representación de la figura humana

Sólo llevaba cinco semanas en marcha cuando la crisis del coronavirus puso fin a una de las muestras más relevantes de 2020 en la Fundación Mapfre. La propuesta ponía a conversar a los dos grandes titanes de la escultura moderna, Auguste Rodin y Alberto Giacometti, una experiencia «conmovedora», señalaron algunos críticos, en cuanto a su capacidad para dejar patentes sus puntos de encuentro y la devoción de Giacometti por el artista francés, casi una obsesión que nace en su época de discípulo de Antoine Bourdelle, que durante 15 años se había formado junto Rodin, y que prosigue a lo largo de toda su vida, a través de un compulsivo análisis de su trabajo y la adquisición de todas las páginas que se publicaban alrededor del autor de El pensador. No en vano, abre la muestra una fotografía del suizo posando ante el célebre conjunto escultórico Los burgueses de Calais.

Comisariada por los franceses Catherine Grenier y Hugo Daniel, la propuesta ha sido ensalzada por su montaje y sus profusas explicaciones alrededor de las conexiones entre ambos artistas, cuyas obras quedan dispuestas casi como si se tratase de un duelo intelectual, planteando sus paralelismos y disparidades a la hora de subvertir el arte de la escultura y las reglas de la representación de la figura humana. Más de 200 obras sostienen cómo ambos lograron, con una generación de diferencia, una producción completamente rupturista respecto a todo lo anterior.

«Las más de 200 obras se exhiben enfrentadas, como si de un duelo intelectual se tratase, planteando sus paralelismos y disparidades»

A través de ellas, Rodin-Giacometti muestra cómo estos dos creadores encontraron, en sus respectivas épocas, modos de aproximarse a la figura que reflejaban una visión personal pero engarzada en su tiempo: en Rodin, el del mundo anterior a la Gran Guerra; en Giacometti, el de entreguerras y el inmediatamente posterior a la Segunda Guerra Mundial.

Más allá de algunos aspectos formales que comparten ambos artistas, como pueden ser el uso de la materia y la acentuación del modelado, la preocupación por el pedestal y el gusto por el fragmento o la deformación, el diálogo que se establece entre ellos va mucho más allá. Rodin es uno de los primeros escultores considerado moderno por su capacidad para reflejar -primero a través de la expresividad del rostro y el gesto, con el paso de los años centrándose en lo esencial- conceptos universales como angustia, dolor, inquietud, miedo o ira. También es este uno de los rasgos fundamentales de la obra de Giacometti: sus piezas posteriores a la guerra, esas figuras alargadas y frágiles, inmóviles, a las que Jean Genet denominaba “los guardianes de los muertos” expresan, despojándose de lo accesorio, toda la complejidad de la existencia humana.

En esta nueva vida de la exposición, como agradecimiento a su labor contra la COVID-19, todo el personal sanitario, así como los integrantes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y el Cuerpo de Bomberos, podrán disfrutar gratuitamente de esta exposición.

 


Rodin-Giacometti
Fundación Mapfre
Hasta el 23 de agosto de 2020
Lunes, de 17 a 21 horas. De martes a domingos (y festivos) de 11 a 15 y de 17 a 21 horas 

VISITA APTA PARA: Caminantes, pensadores y otros amigos de la piedra y el metal.
VISITA NO APTA PARA: Quienes no saben ver en tres dimensiones y aún no se han enterado de lo clásica que es ya la modernidad. 

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