Palpitaciones, vértigos, confusión, temblor a cada paso, con cada paisaje. Es el síndrome de Stendhal. Una reacción extrema, abrumadora, ante la contemplación del arte y la belleza, que Sevilla podría provocar al primer vistazo. Pero la ciudad tiene un antídoto para combatirlo: ser muy famosa, y a la vez muy […]