DESAYUNO
Il
Anoche. amor,
tiritábamos en la cocina, otra vez
se nos hizo tarde y no sabíamos qué cenar.
III
El hambre me hizo soñar mal. Y me parece que he soñado
contigo. Alguien me miraba desde debajo de la cama me
clavaba las uñas en las muñecas que me sobresalían del
colchón de este colchón viejo que cruje como una barriga
astillada. Tú en el sueño dormías a mi lado. Alguien de-
bajo de la cama me clavaba las uñas en las muñecas y tú
dormías a mi lado.
IV
No creo poder perdonarte
que durmieras con calma.
Anoche, amor.
tiritábamos en la cocina otra vez. Otra vez dejamos
estirarseestirarseestriarseeltiempo
calmando la sed,
y nos olvidamos del hambre.
ALMUERZO
Il
Volver a casa sola volver
a casa arrastrando los pies
como una gata arrastrando
el lomo por el sol.
III
Una se toca el cuerpo se toca las clavículas magulladas y la
herida de dentro de la boca. Se deben pulsar los agujeros
abiertos del cuerpo como el pistón de una trompeta oxi-
dada. Una se mete el dedo en los huesos aplastados para
convocar otros cuerpos, para convocar la convulsión
aaaaaa[y el choque.
IV
Volver sola a casa volver
a casa expulsada
aaaaaaaa[al mundo
desde una cama, desde un
pan masticado duro
bajo la lengua y la saliva.
MERIENDA
IV
Aprendí a sentir hambre antes que frío,
desde la voz de la otra persona a mi lado.
V
Si recuerdo la primera vez del hambre, el hambre era
amarilla, gateaba. Antes de ser una bola pegada a los de-
dos y a los órganos, el hambre fue una ventana porque el
mundo era mudo y yo aprendí a hablar. Con la boca del
estómago, aprendí a hablar.
VI
Si yo aprendí a hablar no fue por mí sino porque la voz
primero salió de ti que empezaste a gritar
llamando a mamá. Si tú no hubieras gritado
diciendo tu hambre,
yo no hubiera sentido la mía.
Pero como tú habías gritado
y te alejaron de mí para alimentarte,
yo aprendí a gritar llamé a mamá
también con mi hambre para que me llevaran contigo.
Amor y Pan Paula Melchor Letraversal (Málaga, 2022) 102 páginas 13,90 € |