
Corría el año de 1954 cuando la mítica Ava Gardner visitó Brasil para promocionar su recién estrenada película La Condesa Descalza, en la que compartía protagonismo con Humphrey Bogart bajo la dirección de Joseph Mankiewicz. Tras ese viaje la actriz decidió alejarse de Hollywood y trasladarse a España, generando en nuestro país un pequeño terremoto social cuyas ondas aún hoy perduran en series de televisión, libros y comentarios en la prensa del corazón. Este cómic narra la estancia de Gardner en Brasil en pleno divorcio con Frank Sinatra, sus relaciones con la prensa, con el gobierno local y la política del país suramericano y con la productora de su película y a través de ésta con todo Hollywood.
La belleza de las imágenes que crea Ana Miralles va de la mano de la elegancia y contención del guion de Emilio Ruiz. A través de un viaje que casi se podría calificar de anecdótico, los autores consiguen levantar una historia de personajes, donde la trama histórica queda eclipsada por la definición argumental y gráfica de los protagonistas. En otras manos esta historia podría haber acabado en otros derroteros, tanto argumentales como gráficos, pero Ruiz y Miralles han sabido huir de la anécdota en torno a Gardner y al propio viaje, sin dejarse atraer por los cantos de sirenas del morbo y llevar al lector a un mundo más interesante y atractivo. Han levantado una historia donde la psicología de los personajes, donde la tramoya emocional le roba acertadamente el protagonismo a la mera anécdota de famosos hollywoodienses. Además de un canto a la belleza de Gardner sustentado por la belleza de los trazos de Miralles, Ava es sobre todo una reflexión sobre la información, el poder, la fama y la soledad que habita en el éxito.
Parte del mérito de los logros del cómic a la hora de recrear el viaje y lo que en él aconteció es la solidez y la belleza con la que recrean el Río de Janeiro de los 50. Miralles es capaz de crear a través de sus dibujos un ambiente en el que los personajes se desarrollan plenamente y gracias al cual el lector se sumerge sin dificultad alguna en la época. Tanto en los exteriores, calles y playas, como en los interiores, sobre todo de hoteles, los lápices de Miralles consiguen recrear un ambiente en el que la trama de la obra encaja a la perfección, dando el entorno perfecto para desarrollar a los personajes retratados en el cómic. El Río de Janeiro de Miralles y Ruiz es uno de los puntales narrativos de este cómic.
Junto al guion de Ruiz y los lápices de Miralles también ha de ponerse en valor la edición de Astiberri, en un formato algo mayor que el del habitual álbum europeo que permite apreciar mejor el dibujo del cómic. La inclusión de recortes de prensa originales sobre la visita de Gardner a Brasil en las contra cubiertas aportan un punto de verismo y permite contrastar la realidad con la ficción del cómic en un divertido juego de espejos. Y cuenta además con una portada de una belleza que hace justicia a la propia actriz y al contenido de la obra.
Se trata de una obra clásica en el mejor sentido del término, de una enorme fuerza autoral, donde guionista y dibujante muestran un pulso y una maestría que emana de la mejor tradición del cómic europeo. Este Ava muestra, una vez más, que desde España se hace, también, el mejor cómic europeo. El reconocimiento que el colectivo de librerías especializadas en Cómic, Zona Cómic, acaba de dar a Ava como mejor cómic de 2024 ratifica tanto la calidad de la obra como el estado de gracia creativa en el que se encuentran tanto Ana MIralles como Emilio Ruiz.