He reclamado la imperfección
para mí
tan solo para mí
yo que me la merezco
yo que puedo
he atravesado la
imperfección
hasta el poema
no se llega a él por un camino
de rosas
sino de espinas
he reclamado la imperfección
no para otros
sino para mí
***
Eras tan hermoso
allí a mi lado
que no supe comprenderlo
como si belleza no hubiera bastante
con que la nombraras
y no precisara el mundo
más que de tu aliento
—todo él un engaño
roto en los ocasos
presto en la mañana—
eras tan hermoso
que no supe verlo
ni la segadora
que ya non cortaba hierba
ni las luces vi
no supe mi padre
girar bien la llave
no cedió el cerrojo
no se abrió la puerta
***
Ay si me hablaras eternamente
y yo no tuviera que responder nada
si me dejaras así estar muerta
si me miraras eternamente
como se mira un muerto
ay si me preguntaras
***
Y qué dijiste
si todo cuanto dijiste
ya no sirve ni predica nada
fue necesario para llegar hasta aquí
abrirse paso entre los fantasmas
una travesía que nunca dirías
que tendría fin
un fin que no podías
ni tú ni tus antepasados
imaginar
pues esa capacidad para imaginar
viene dada por lo vivido
con mucha anterioridad
a tu presencia aquí
antes incluso de tus recuerdos
aquellos que te son privativos
y elaborados sin el concurso
de fantasma alguno
Un amor antiguo Luisa Castro La uña rota (Segovia, 2020) 76 páginas 12,00 € |