La ronda de la vida

PALABRAS

Las palabras son fieras feroces
enjauladas
que braman por salir
son piedras de lapidar
que arrojamos sin piedad
las palabras son finos estiletes
que hienden la piel y la sangran
las palabras muerden roen rajan
cuando no nacen del amor
de la piedad y la redención.

PECIOS

Burbujas de dolor
estallan en mi corazón
y derraman su bilis ardiente
su veneno sangriento
son pecios del naufragio de vivir
restos de amores perdidos
ilusiones rotas
amistades fracasadas
y el tiempo que pasa indefectiblemente
destruyendo los huesos
la carne y esta costumbre idiota
de vivir.

PEGADA

He vivido pegada a una lengua
como el feto a la madre.
A veces basta reconocer el acento
de esa lengua su dulzura su riqueza
sus ondulaciones de mar
sus ritmos sus cadencias
para que mi corazón se llene de alegría
y brinque como una comadreja
que ha encontrado su rincón.
Busco cualquier afinidad con el hablante
para que sus teclas sus tonos me acaricien
caricia de madre caricia de hermano
pero no siempre hay otras afinidades
más que zureo rumoroso
y siento una leve decepción.
Solo la música involuntaria de la lengua
me estremece
y ese lazo furtivo es efímero.

SORDAS

Oír no es escuchar.
Como sordas en autista soliloquio
cada una recitó su papel
sin escuchar a la otra
solo atentas al propio monólogo
acaso la piel y sus temblores
fueran otro lenguaje
que escuchábamos
más a menudo
pero lo dejamos de oír
la única vez que en realidad
hablamos
y las palabras fueron tan crueles
que rompieron el himen de la
piel que nos unía.