En verso

La hora del lobo

OTRA NUBE

Ya sé que a veces lo que canto es triste,
que hay bombas y otra vez niños que mueren,
y que la enfermedad, la envidia, el hambre
los escondemos para estar tranquilos.
Pero mira: una nube. Mansamente
deja en el cielo el rastro de algo eterno
a punto de ser aire, de ser nada.
¿De qué mal nos perdona? ¿A quién redime?

 

CANCIÓN CIERTA

Quién tuviera una certeza
para pasar por la vida
sin temores ni cuidados
iluminando la niebla.

Me la pondría en el pecho.
«Abre el pico -le diría-,
pan duro mojado en agua
ten, discusiones e ideas».

Después, qué grande se haría.
Y subiría tan alto,
tan alto de cualquier muerte…
Yo siempre agarrado a ella.

 

EN UNA PIEDRA ASIRIA

He estado en un lugar que no imaginas.

Desde entonces no puedo abrir los ojos
sin que el mundo se llene de moscas y cadáveres.

¿Qué cuál era su nombre y cómo era?
Si te hablará de él, no me creerías.

 

LA HORA DEL LOBO

«No volveré a escribir. Lo juro»,
dije después de hundirme
como piedra en el fango.

La enfermedad es como un agua negra,
y contra el sucio,
resbaladizo fondo de la muerte

¿qué puede la canción del que va solo?

Y aquí me tienes,
cantando una vez más la luz de marzo
y el roce de mis pies sobre la hierba.

 

 

 

La hora del lobo
José Mateos
Editorial Pre-Textos
(Valencia, 2022)
56 páginas
15,00 €

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*