Horas críticas

Libros de la semana #104

Recomendaciones literarias de la redacción de Mercurio

Ballard Reloaded, de Beatriz García Guirado y Andreu Navarra (H&O Editores)

Afrontar una suerte de semblanza y un análisis, a la vez, de lo que ha supuesto para la literatura y para el mundo una figura tan totémica y compleja como la de James Graham Ballard (1930-2009) solo parece posible a través de un libro tan imaginativo en su estructura y caleidoscópico en su forma como este. La tesis de la que parte el artefacto textual que aquí reseñamos es el hecho de que esa distopía a la que llamamos presente no podría responder más fielmente a la creatividad visionaria del escritor inglés. Ballardamus, lo han rebautizado los coautores de este libro, en cuyo desarrollo van insertando algunas de sus profecías cumplidas: «Si J. G. Ballard hubiese sido hijo del siglo XXI, no habría escrito, se hubiera limitado a mirar desde su ventana», aseguran. Como muestra nos vale cualquier botón de los abrochados aquí: «Gracias a la videoteca y los inminentes milagros de la proyección holística, pronto la presencia física de los demás ya no será necesaria para nosotros. […] Incluso los pocos trabajos que queden por hacer, todo se llevará a cabo desde la casa», dijo aquel iluminado Tiresias. La periodista y escritora de weird fiction Beatriz García Guirado (Barcelona, 1983) y el también novelista, ensayista e historiador Andreu Navarra (Barcelona, 1981) abordan su estilo herético, escéptico e incómodo en un libro que se aleja de las convenciones de la literatura biográfica y académica. Dicen haberse dejado llevar por las «experiencias ballardianas» por todo hilo conductor de este caótico y mesmerizante cut-up de los fragmentos que un espejo roto nos devolvería de su silueta, con elementos de reportaje de ficción y de discusión metanarrativa. Con múltiples y variadas referencias que ayudan a entender —o no— su obra bajo un prisma diverso, de Pío Baroja a Kubrick, Ann Quinn, Delvaux, Marina Garcés, Pablo Capanna o Bernardo Esquinca, se acercan a su legado ahondando en las heridas de la existencia contemporánea que abrió, y que aún hoy permanecen abiertas: sus visiones del capitalismo como arrasadora catástrofe, la tristeza a la que conduce nuestro amor por la virtualidad, el posapocalipsis climático por el que casi ya deambulamos, la brutal y fría psicosexualidad de la carne que asimilaría Cronenberg, la grotesca alienación y enajenación de los potentados… Ballard Reloaded arranca en el cementerio de Alicante, donde yace enterrada la que fue su mujer, y cuya pérdida cambiaría para siempre su obra, dotándola de una «lógica imaginativa» que trataba de otorgar un sentido oculto a tanta muerte indefendible. Aquel suceso y lo que a partir de entonces concibió su mente alucinada lo convirtieron en «alguien peligroso y, por tanto, necesariamente olvidado», según García Guirado y Navarra. Su respuesta está a la altura de aquella peligrosidad: esta obra multifacetada, radical y poética en su extrañamiento se aloja en todo momento en el vértigo y la inmoderación de lo narrado, y se perfecta como perfecto prólogo y destilado de las esencias de Ballard, a cargo de dos fanáticos de su obra que por suerte se han metido demasiado en el personaje. Da gloria leerlos.


3 noches. 3 auroras, de José Mateos (Newcastle)

Este libro se presenta con el loable propósito de quitar los autores inmortales escogidos el aura de intocabilidad habitual con que son leídos —o no tanto—, para en cambio explorar y sugerir nuevas formas de acercarse a sus obras. Estas, viene a decirse, no pueden ser consideradas como si hubieran sido labradas en mármol, sino más bien como materiales moldeables por cada época. Al fin y al cabo, un clásico tal y como lo define Italo Calvino «suscita un incesante polvillo de discursos críticos, pero que la obra se sacude continuamente de encima». Armado de ese sano espíritu desacomplejado y de su cuidada prosa, el poeta, aforista, narrador y dramaturgo José Mateos (Jerez, 1963) homenajea a tres grandes «espíritus del pasado para guiarnos por nuestro presente» que nos siguen hablando de algo que sobrevive al paso de los siglos, algo esencial que es propio de todo gran arte y que nace de ciertos orígenes culturales, a menudo soslayados pero siempre vigentes. 3 noches. 3 auroras comienza con un conjunto de anotaciones sobre La Divina Comedia de Dante, una obra que «nos saca de raíz de ese huerto ameno de verdades incuestionables, de esa tierra abonada por la soberbia científica de nuestro tiempo» y que, según el autor, dio pie a mucha de la mejor poesía europea posterior. Situándola entre otras obras seminales de Homero y Virgilio, se comenta su relación con la posmodernidad y su compleja mezcla de filosofía, teología y sistema armónico de saberes en que el lenguaje aparece como método de salvación y, a la vez, frustrante incapacidad de expresarlo todo. En un segundo bloque, Mateos se detiene en el Quijote de Cervantes como lugar feliz que ha suscitado interpretaciones tan diversas y hasta contradictorias como las de Unamuno, Nietzsche o Américo Castro. Propone la locura como motor fundamental del personaje, consistente en «acomodar la realidad a sus deseos y fantasías, imitar a toda costa modelos falsos, irreales»; ficciones y fábulas que se hacen extensibles a toda la sociedad y que auguran los cambios históricos y los cataclismos morales —crisis de valores— de nuestra época con el doble «desengaño histórico, filosófico, ideológico» del personaje y el autor. Finalmente, se adentra en el Hamlet de Shakespeare tratando de evitar los «panegíricos escritos al pie del ídolo» y optando primero por quienes le han puesto algún pero, como Wittgenstein y Tolstoi, argumentos que no le restan valor, sino al contrario: la shakesperiana es una lógica de la irrealidad que responde al arrebato creativo y cuya actualidad reside en que «sus peores pesadillas han terminado siendo nuestra cárcel». Una forma de resumir el valor de esta obra de José Mateos, que servirá al menos para constatar «que lo profundo no precisa de la falsa originalidad de nuestro tiempo» y que el acto de leer estos clásicos supone «ser alcanzado por un silencio que nos interroga, por unas palabras sobrecargadas de sentido que apenas entendemos y que sin embargo nos transforman».


Manga, anime y psicología, de Ivelise Fortim [ed.] (Odaiba)

Este inesperado volumen editado por Odaiba pone a dialogar dos mundos que nos resultan a priori tan exóticos como alejados entre sí: el de la cultura japonesa del manga y el anime, y el pensamiento brasileño ligado al psicoanálisis. Lo hace a través de un conjunto de artículos, cada uno con un enfoque propio, aunque compartiendo el análisis de los personajes esta tradición narrtiva en base a la escuela teórica de Carl Gustav Jung. Su concepto de arquetipo se aplica bien a estas historias que median simbólicamente entre el consciente y el inconsciente —papel que antes se reservaba a la religión, los mitos y los cuentos de hadas—, y que se resumen en un conjunto de caracteres arcaicos que, tanto en forma como en significado, presentan «determinadas formas en la psique, presentes en todo tiempo y lugar, y comunes a todos los seres humanos». La investigadora en comunicación Sonia M. Bibe Luyten, de amplia trayectoria en esta temática y con numerosos ensayos publicados al respecto, señala en su prefacio la trascendencia de estas obras para entender la complejidad de Japón, su ideología y los relatos no oficiales «que se borraron a la hora de exportar la cultura tradicional entre los diversos países del mundo», desde la coerción social de las mujeres a la necesidad de escape del implacable crecimiento tecnológico. Por eso no se ha querido emprender en estas páginas un abordaje frío de esta temática, ni tampoco una visión encendida propia de los fans de este género, sino una investigación rigurosa que, eso sí, parte de la fascinación por el objeto de estudio. Una propuesta que parte de la doctora en Psicología Clínica y docente universitaria Ivelise Fortim, quien abre el compendio de textos con un ensayo a modo de introducción que conecta las narrativas ancestrales con los animangas y la presencia de la cultura pop japonesa en Brasil: desde la gran ola de inmigración que estrechó lazos entre ambas naciones a primeros del siglo XX a su consolidación en creaciones propias a partir de los años 60, hasta la explosión reciente del fenómeno otaku y la expansión del universo imaginario nipo-brasileño. Le siguen otros catorce textos que se ocupan de asuntos tan interesantes como la percepción de estas obras desde el trastorno del espectro autista; la junguiana imagen del héroe en la legendaria Los Caballeros del Zodíaco; la distorsión entre realidad y fantasía en la maravillosa Paranoia Agent de Satoshi Kon; la construcción de género, es decir de lo masculino y lo femenino, en el shoujo de Osamu Tezuka; o el viaje en busca de la identidad y la madurez —personal y colectiva— en los clásicos Nicky la aprendiz de bruja y El viaje de Chihiro, del genio Hayao Miyazaki. Por el camino, los artículos de Manga, anime y psicología son capaces de conectar mente y corazón a través del estudio de esas obras que nos han cambiado la mirada.


Cuestiones candentes, de Margaret Atwood (Salamandra)

La multipremiada y alabada autora de obras como El cuento de la criada o Alias Grace acomete con este su tercer libro de ensayos, después de Mejor dicho (1960-1982) y Blancos móviles (1983-2004), en los que ha ido abarcando sus ideas a lo largo de las últimas seis décadas, «una montaña rusa llena de sobresaltos y sacudidas, de tumultos y conmociones». Cuestiones candentes, que son tales porque «los problemas a los que hemos tenido que enfrentarnos en lo que va de siglo XXI son más que apremiantes», se abre tras el cambio de milenio, en un momento histórico marcado por el miedo y la suspicacia. Margaret Atwood (Ottawa, 1939) recoge en estas páginas una colección de más de sesenta «piezas de ocasión» —entre artículos, ensayos, discursos, reseñas…— que se atienen a cierta actualidad, pero que en su caso, como en el de otros excelsos articulistas, sirven para cualquier momento. En ellos entrega la escritora canadiense, que al momento de su finalización tenía 81 años, su lúcida visión de la contemporaneidad, que no obstante se adelanta siempre a su propio tiempo y a los venideros gracias a su portentosa curiosidad, su crítica incisiva y su sagacidad ilustrada, además de una faceta humorística a la que muchos lectores no la habrían asociado hasta ahora. El libro está dividido en cinco bloques que abarcan varios periodos entre 2004 y 2021, cada uno de ellos marcado por un punto de inflexión: el colapso económico, el auge de los nuevos totalitarismos encabezado por Trump, la emergencia medioambiental y la crisis de la covid-19, el feminismo y las democracias virtuales, o el poder de la narración, aunque «no hay nada inherentemente sacrosanto en un libro». Por supuesto, sobre todos ellos planea la sombra de la inequidad económica: «¿Y qué decir de las desigualdades en la distribución de la riqueza, no solo en Norteamérica, sino prácticamente en todo el mundo? ¿Cuánto puede durar semejante desequilibrio? ¿Cuánto falta para que la inmensa mayoría se harte y, como si dijéramos, prenda fuego a la Bastilla?», así de incendiaria se muestra desde el inicio. Todos esos temas los va trufando de referencias al proceso creativo de sus propias obras en ese periodo —Oryx y Crake, Pagar (con la misma moneda), MaddAddam y Los testamentos—, navegando entre lo personal y la actualidad circundante con un tono entre el diario, el ensayo y la tribuna calificado de «brillante» por una mente tan preclara y añorada hoy como la de Joan Didion. No en vano, Atwood se muestra generosa mentando a otras autoras que le han servido de inspiración y a las que admira, de Alice Munro a Doris Lessing, Marie-Claire Blais, Gabrielle Roy, Ursula K. Le Guin o Rachel Carson, a la que señala como conservacionista insigne: «A mediados del siglo XX, cuando empezó a publicar, lo que convenía era negar, evitar y posponer, pero eso ya no es posible (suponiendo, claro está, que queramos seguir siendo una de las especies que habitan este planeta)». Su amplitud de miras y agudeza de enfoques aporta más «tentativas de respuesta» que soluciones, claro, pero Cuestiones candentes supone un esfuerzo ingenioso y comprometido por dar sentido al mundo. Contra la tendencia a la especialización y el aislamiento intelectuales, si necesitábamos una mirada entusiasta y esclarecedora a lo que viene pasando —y a lo que, más que probablemente, pasará—, esa es la de Margaret Atwood.

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